La ansiedad y la depresión son padecimientos muy comunes alrededor del mundo. Y una forma muy eficaz para tratarlos es la terapia Gestalt. Este post discutirá por qué esta forma de terapia es tan exitosa en el tratamiento de estas dos cuestiones.
Esta terapia consiste en pedirle al paciente que se concentre en la experiencia presente y exprese lo que experimenta sin juzgarlo. Los terapeutas gestálticos creen que la depresión y la ansiedad provienen de los intentos de las personas por evitar emociones, experiencias o recuerdos desagradables. El terapeuta hará preguntas como "¿Qué quieres?"; "¿Por qué no puedes tenerlo?" e intentará ayudar al paciente a acceder a sus sentimientos para superar la falta de conciencia sobre sí mismo.
En esta terapia las situaciones pasadas aparecerán y el paciente tendrá que volverlas a activar con el objetivo de completarlas y asimilarlas en el presente.
Resulta beneficiosa porque los pacientes aprenden a no enfrentarse a las situaciones utilizando mecanismos de defensa -que suelen empeorar las cosas-, sino teniendo en cuenta otros aspectos como las experiencias pasadas, las creencias y los valores que se derivan de ellas. Estos podrían ser algunos de los factores que causan este padecimiento en primer lugar, por lo que descubrir formas de gestionar estas reacciones ayuda a reducir los síntomas relacionados.
La terapia pretende aumentar la consciencia de uno mismo para hacernos responsables y dueños de nuestros pensamientos, actos y conductas. Además, nos ayuda a cerrar situaciones del pasado que hoy en día pueden estar repercutiendo en nuestro bienestar.
Este enfoque es muy eficaz para tratar la ansiedad y la depresión, según los estudios sobre la terapia Gestalt. Sin embargo, no ha sido ampliamente aceptada por la comunidad médica porque no hay pruebas sólidas de que este tipo de tratamiento funcione mejor que otros, como las terapias conductuales. Pero no cabe duda que la Terapia Gestalt parece una alternativa interesante para tratar estos dos problemas de salud mental.
Se trata de un acompañamiento al paciente para ayudarle a llevar su proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal. Los sentimientos, las emociones y los pensamientos del paciente son considerados por el terapeuta para permitir una mejor comprensión de estos procesos internos.
Los terapeutas de la Gestalt animan a los pacientes a ser más conscientes de su cuerpo porque saben que esta experiencia puede ayudarles a comprender sus propias luchas personales, incluidas las relacionadas con la ansiedad o la depresión.
Este proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal tiene como objetivo permitirle al paciente encontrar un camino dentro de sí mismo o en relación al entorno para que así pueda afrontar la vida.
Cada proceso terapéutico es distinto para cada persona, pero en la terapia Gestalt se acepta al paciente en cualquier estado en el que se encuentre; se considera que todas las personas tienen un impulso innato para crecer y ser conscientes de sí mismas, por lo que se hace mucho hincapié en la responsabilidad dentro de este proceso terapéutico.
También se centra en el diálogo, tanto dentro de las sesiones con el terapeuta como fuera de ellas con otras personas, como amigos o familiares. Esto crea un sistema de apoyo para los pacientes que no siempre se sienten cómodos vocalizando sus sentimientos durante las sesiones individuales.
Hay una fase de acción en la que se incluye la creación de cambios de conducta aprendiendo a realizar pequeñas alteraciones en las rutinas o actividades cotidianas hasta que se formen nuevos hábitos, los cuales pueden generar cambios a largo plazo.
El objetivo fundamental no es tanto hablar sobre los problemas o traumas que marcaron a la persona en el pasado, sino que se tratan los problemas y dificultades que tiene en el presente.
Desde la perspectiva de la gestalt la ansiedad puede representar una brecha entre el "ahora", es decir, nuestra realidad en el presente, y el "entonces", o los escenarios que son producto de nuestros pensamientos, expectativas e imaginaciones que muchas veces se alejan de la realidad.
La ansiedad surge en ese momento, cuando nuestros pensamientos, sentimientos y expectativas de cómo debería ser nuestra vida no se alinean con la realidad.
Este vacío puede crear una sensación de confusión: ¿Cuál es la realidad, qué estoy haciendo o experimentando realmente? ¿Dónde se ha equivocado mi vida? ¿Por qué todo este sufrimiento parece no tener fin?
Las razones de estos sentimientos tienen su origen en nuestras experiencias pasadas, pero también pueden desencadenarse por estímulos externos, como las conversaciones con otros.
Así, la ansiedad que se experimenta cuando tenemos que realizar una tarea difícil o un acontecimiento importante que se avecina puede entenderse en términos de una brecha entre nuestro yo presente y el futuro. Esta teoría sugiere que es posible reducir esta "brecha de ansiedad" siendo capaces de salvar esta distancia para no sentirnos abrumados por lo que nos espera.
Por eso en la terapia Gestalt se le ayuda al paciente a comprender su ansiedad y su funcionamiento, y a darse cuenta del sentido que tiene la ansiedad en este momento de su vida.
No busca sólo reducir los síntomas, sino que pretende ayudar al paciente a comprender su ansiedad y a encontrar nuevas formas de afrontarla.
La terapia Gestalt te ayuda a ser más consciente de tus sentimientos, pensamientos, sensaciones y experiencias. Te proporciona herramientas que te permiten estar en contacto con tus emociones sin juzgarlas ni temerlas.
Es una oportunidad para el autodescubrimiento a través de la experimentación sobre cómo percibimos nuestra situación vital. A través de este proceso, los pacientes son capaces de comprender mejor quiénes son como individuos y qué les hace únicos en comparación con los demás. Este mayor sentido de la identidad hace que aumente la confianza en uno mismo, lo que reduce la preocupación por no encajar en los estándares de la sociedad.
En última instancia, la terapia Gestalt pretende proporcionar a las personas herramientas para que aprendan a enfrentarse mejor a las distintas situaciones con el fin de reducir los problemas futuros.
Pretende buscar una vida más libre y satisfactoria con mayor bienestar para el paciente. Además, ayuda a mejorar nuestro autoconocimiento y darnos recursos personales, con mayor toma de conciencia relacional y emocional.
Nos permite encontrar un mejor ajuste con la vida, de forma que la crisis de ansiedad sufrida pueda funcionar como punto de referencia para saber qué hacer.
La depresión es un sentimiento incapacitante que afecta a muchos seres humanos, provocando un grave desequilibrio emocional e interfiriendo en la vida cotidiana, las relaciones familiares, el trabajo y la calidad de vida.
La depresión, así como la ansiedad, es un mensaje de nuestro organismo de que algo no está bien, por lo que es importante reconocerla y escucharla con respeto. Cuando entendemos el sentido de cada emoción que sentimos y lo aceptamos, podemos atravesar el momento y salir de la depresión.
Según la terapia Gestalt, la depresión acontece cuando hay un bloqueo en el flujo de energía dentro de nosotros mismos. En este caso puede haber un conflicto en el que una parte no quiere identificarse con otra y siente un vacío en su interior porque está separada de otras partes.
La depresión se produce cuando hay un bloqueo o desconexión entre el cuerpo y la mente, por lo que la terapia Gestalt trabaja para resolver los conflictos haciendo que las personas entren en contacto con sus experiencias corporales en lugar de alejarlas mediante la distracción o los medicamentos. También se centra en darse cuenta de que estas emociones son sólo partes de nosotros, ¡no definen quiénes somos por completo!
En términos generales, la depresión se produce cuando algo va mal, ya sea interna o externamente, cuando nuestra realidad deja de tener armonía y perdemos incluso la capacidad de conectar con nosotros mismos y nuestras necesidades.
Entre las técnicas que usa esta terapia para tratar la depresión está primero poder expresar lo que sentimos, estar en contacto con nuestras emociones y dejarlas salir.
Otra técnica consiste en hacernos preguntas sobre el origen de nuestras creencias. Una vez que empezamos a hacerlo con curiosidad y compasión por nosotros mismos, dejaremos de juzgarlas y criticarlas como correctas o incorrectas.
El enfoque más compasivo que utiliza la terapia Gestalt ayuda a las personas a comprender mejor sus experiencias para que puedan tener una dirección en la vida y ser más felices.
También busca favorecer la integración y equilibrio entre nuestro organismo y el entorno, mediante cuestionamientos a nuestros pensamientos negativos, para tener más conciencia de lo que pensamos y sentimos al respecto.
La terapia gestáltica puede ayudar a una persona a descubrir qué es lo que no se permite experimentar o expresar en su vida y, a continuación, trabajar para realizar cambios y que esto no vuelva a ocurrir.
La terapia Gestalt es una alternativa a la psicología tradicional que puede utilizarse para la ansiedad y la depresión.
Es importante entender los distintos tipos de terapias disponibles, porque no todo el mundo responderá bien a un mismo tipo. Así que si buscas más información sobre otros enfoques terapéuticos, visita nuestra página.
Antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar la guía adecuada.
Colaboradores: Michel Solórzano y Pablo Aparicio.