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La sociedad en que vivimos nos lleva constantemente a experimentar estrés y ansiedad. Pero la programación neurolingüística (PNL) puede ayudarnos a controlar los síntomas que tenemos. Para ello, debemos analizar cómo funciona nuestro lenguaje y qué dice de nosotros cuando nos sentimos estresados o ansiosos.
La programación neurolingüística es un enfoque de la comunicación, el desarrollo personal y la psicoterapia creado por Richard Bandler y John Grinder en California, Estados Unidos, durante la década de 1970.
El nombre hace referencia a los procesos neurológicos ("neuro"), al lenguaje ("lingüístico") y a los patrones de comportamiento que utilizan las personas ("programación").
Es una herramienta que nos ayuda a comprender cómo funciona nuestra mente y qué lenguaje desencadena la ansiedad en diferentes situaciones.
Por ejemplo, si decimos "no puedo hacerlo" o "es imposible", entonces nos sentiremos negativos respecto a lo que intentamos conseguir. En cambio, si decimos "puede que me lleve un poco más de tiempo, pero lo conseguiré", esto resultaría positivo en lugar de sentirnos abrumados, estresados o frustrados.
Cuando experimentamos altos niveles de estrés, nuestra elección de palabras cambia drásticamente en comparación a cuando estamos en un estado mental normal. Al tomar consciencia de que esto pasa, podemos elegir mensajes positivos o compasivos para decirnos a nosotros mismos.
Cuando estamos estresados, a menudo hay algo de fondo que necesitamos abordar para evitar que aparezcan los síntomas de la ansiedad (lo cual puede ser difícil de identificar, así que no te preocupes). Por ejemplo, puede que empieces a sentirte muy estresado mientras vas conduciendo, aunque no haya tráfico ni vayas apurado, pero incluso así empiezan las emociones negativas, y esto puede ser reflejo de algún problema en el trabajo o con la familia que en ese momento se está liberando.
Si pensamos en el lenguaje cuando alguien experimenta niveles elevados de ansiedad o estrés, un patrón de pensamiento común es el “todo o nada”, en el que no hay matices de gris. Los pensamientos pueden expresarse a través de una interpretación de los acontecimientos en blanco y negro, lo cual puede incluso llevar asumir actitudes defensivas.
Otro patrón habitual durante los momentos de estrés y ansiedad es la sobregeneralización: cuando se utilizan palabras como "siempre" o "nunca". Esto puede considerarse una extensión del pensamiento de “todo o nada”, pues deja muy poco margen para el cambio. Por ejemplo, al estar ante una situación de estrés se puede decir algo como "nunca recuerdo los nombres", aunque los haya recordado en el pasado. Afirmando así la teoría sobre sí mismo de que es olvidadizo.
La PNL se basa en patrones a través de mensajes y rituales que se repiten para programar la mente. El propósito es generar un cambio en nuestro comportamiento y obtener los resultados que buscamos.
También busca que la persona aprenda a conocer cómo funciona su mente, y así pueda aprender nuevas formas para cambiar conductas, pensamientos y tener mejor manejo de sus emociones. Para ello, es necesario identificar el lenguaje que cambia el comportamiento y trabajar con cada uno de ellos.
Cada persona tiene su propia forma de pensar sobre sí misma, los demás y la vida en general, además de utilizar distintos canales sensoriales que predominan para interactuar con el mundo (audición, kinestésico, visual, gustativo y olfativo), de ahí el porqué algunas personas tienden a canalizar sus emociones de distintas formas como el arte, deporte, comidas, entre otros.
Algunos pensamientos funcionan como "filtros" y se forman a través de las experiencias a lo largo de la vida o de los diálogos internos. Cada filtro nos afecta de forma diferente, según el grado de precisión que tenga para nosotros. A veces ocurre porque algo fue traumático y la mente lo asocia con el dolor, lo cual puede llevarnos a tomar conductas que buscan evitar cualquier situación similar, pero estos patrones pueden ser totalmente innecesarios.
La PNL invita a la persona a cambiar su diálogo interno y desarrollar un autoconcepto positivo que traerá beneficios en cuanto al autocontrol y a encontrar equilibrio en la vida.
Trabajar en conjunto varios patrones ayuda a las personas con ansiedad. Esto se debe a que ésta puede estar causada por diferentes cuestiones de fondo, que generan síntomas similares y pueden ser abordados con distintas técnicas de la PNL para modificarlos o eliminarlos.
En términos sencillos se trata de aprender a centrarse en lo que va bien y construir una imagen positiva de sí mismo como alguien que se siente tranquilo.
Para los que sufren ataques de pánico, también significa utilizar su lenguaje corporal de una forma asertiva, al punto que diga "me siento seguro". También pueden programarse estímulos sensoriales que sirvan como “anclas”, para asociarlos a sensaciones placenteras y ayudar a disminuir la intensidad de los síntomas
Cabe mencionar que la programación neurolingüística funciona mejor cuando utilizas el tiempo presente: diciendo "me siento muy relajado", en lugar de "pronto podré relajarme".
La razón por la que la PNL funciona tan rápido es porque programamos nuestra mente con tres elementos: palabras, tono de voz y lenguaje corporal. Esto ocurre automáticamente si hablas en tiempo presente sobre cosas que son verdaderas ahora.
También podemos pensar en términos de neuroplasticidad -la capacidad que tiene nuestro cerebro de cambiar y desarrollarse con el tiempo- y en cómo podemos influir en este proceso utilizando el lenguaje y estímulos. Si nos centramos en la ansiedad como un problema que se ha resuelto con la PNL, no hay razón para que la mente siga volviendo a esos patrones de pensamiento o comportamientos negativos asociados al estrés y a los ataques de pánico.
No se discute que el manejo inadecuado de la ansiedad es un tema complejo, por lo que requieren una combinación de enfoques para superar con éxito los síntomas característicos.
Las fobias son esta sensación de miedo de forma desproporcionada que se experimenta ante situaciones específicas y/o estresantes. La PNL intenta eliminar o disminuir ese sentimiento de terror y modificar las conductas que se desencadenan por la sensación de pánico; esto se logra identificando el patrón que le hace sentirse así, por lo que la persona aprende a ser consciente de lo que le provoca ansiedad y adquiere herramientas para manejarse ante la situación, en lugar de dejar que se apodere de él.
Después de identificar qué patrones generan miedo o estrés, la PNL trabaja con ellos hasta sustituirlos por otros positivos. Esto puede ayudar a alguien que tiene altos niveles de ansiedad no sólo en determinadas situaciones, sino también generalizada a lo largo de la vida, así como a personas que sufren ataques de pánico o fobias.
Además, la PNL también te enseña a gestionar el estrés y a transformar los errores en aprendizaje para que no se repitan en el futuro. En definitiva, ayuda a tomar conciencia de nuestras emociones y acciones para gestionarlas mejor, y evitar así que se produzcan determinadas situaciones negativas.
Ante una fobia, la PNL invita al paciente a que cree en su mente la imagen de aquello que le provoque miedo. Debe hacerlo repetidamente hasta que llegue un momento en el que ya no le genere tanta ansiedad. En este sentido, se considera un ejercicio de visualización para disminuir la intensidad que provoca el estímulo por desgaste.
En el caso del TOC, la PNL se centra en modificar esos rituales o pensamientos obsesivos. Una de las formas en las que esto se puede hacer es con el uso de la imaginación: la persona tiene que crear en su mente la imagen o situación de aquello que le causa ansiedad y ver si la intensidad de esa situación o hábito aumenta, además de hacer ensayos visualizados para encontrar mejores resultados.
El objetivo es que la persona con ansiedad o estrés se enfrente a su miedo y lo trabaje hasta superarlo después de modificar conductas, pensamientos y contar con nuevas herramientas. Lo importante no es el tiempo que le lleve, sino deshacerse de sus miedos para sentirse mejor cada día.
Otras formas en las que trabaja la PNL incluyen la búsqueda de la excelencia, la visualización positiva, las órdenes encubiertas y el rapport.
La PNL puede utilizarse en el tratamiento del estrés y la ansiedad. Es una buena forma de ampliar tu autoconcepto y entender lo que sientes, además de cambiar patrones de comportamiento o pensamientos que no ayudan a mejorar tu estado de ánimo.
Es importante que las personas con trastorno de ansiedad sepan que no están solas cuando se enfrentan a sus miedos, pues contar con el apoyo de la familia resulta fortalecedor, sobre todo en la búsqueda del tratamiento adecuado para cada quien.
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Ten presente que toda la información que te hemos compartido aquí no sustituye la terapia psicológica, por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional.
Fuente:
Colaboradores: Pablo Aparicio, Ana Pau y Anel de León
Complementado con Jasper.
