La terapia cognitivo conductual centrada en el trauma es una forma de tratamiento que ha demostrado ser eficaz para ayudar a las personas que han vivido algún trauma.
Este tipo de terapia les ayuda a comprender y afrontar los pensamientos y sentimientos asociados a su experiencia traumática.
En esta entrada del blog explicaremos en qué consiste la terapia cognitivo conductual centrada en el trauma.
Una de las formas de terapia cognitivo conductual (TCC) utilizada en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático (TEPT) es la terapia de exposición. Ésta ayuda a confrontar los recuerdos del trauma y las situaciones temidas de manera terapéutica.
Esta terapia es la que cuenta con evidencia más sólida, ya sea que la exposición a los eventos relacionados con el trauma se realice en imaginería o en vivo.
Ésta incorpora la exposición imaginaria donde el paciente debe recordar memorias traumáticas durante las sesiones.
La idea que subyace a este tipo de tratamiento es que el trauma necesita ser procesado emocionalmente para ser menos doloroso.
Muchos pacientes con TEPT creen que recordar el trauma puede resultar peligroso y, por ende, realizan muchos esfuerzos para evitar procesar o pensar en el trauma. Así que revivir imaginariamente el trauma ayuda a desmentir esta creencia disfuncional.
Otras formas de exposición, llamada exposición en vivo o en la vida real, incluyen enfrentarse repetidamente a situaciones, lugares u objetos que sean objetivamente seguros pero que traigan recuerdos del trauma hasta que ya no evoquen emociones tan fuertes. Algunos terapeutas, por ejemplo, le solicitan al paciente que escriba muchas veces sobre el trauma como forma de exposición.
En la desensibilización sistemática se le enseña al paciente a relajarse para que luego se le presenten gradualmente recuerdos del trauma aumentando en jerarquía, es decir, desde el menos hasta el más perturbador. Si se ponen más ansiosos o molestos, se detiene el ejercicio de imaginería. Esto se hace hasta que puedan enfrentar todos los recuerdos o situaciones sin angustiarse.
La reestructuración cognitiva enfocada al trauma pretende alterar los pensamientos y creencias disfuncionales que se asocian al mismo. El terapeuta ayuda al paciente a identificar estos pensamientos, a analizarlos para comprobar su exactitud y a elaborar pensamientos más precisos y útiles. Esto implica desafiar y poner a prueba las creencias, así como idear nuevas formas de ver las cosas.
El objetivo es ayudar a la persona a desarrollar un estilo de pensamiento más flexible y adaptable, que a su vez le ayudará a gestionar mejor sus síntomas. No siempre es un trabajo fácil, pero puede ser muy eficaz para ayudar a las personas a superar los impactos negativos del trauma.
La exposición prolongada se recomienda para personas que hayan vivido acontecimientos traumáticos tales como una catástrofe natural, un accidente grave, un atentado terrorista o una agresión física.
Mientras que la reestructuración cognitiva es útil para las personas que han sufrido abusos sexuales o físicos durante la infancia.
La duración de las sesiones con exposición prolongada varía dependiendo de las necesidades y respuestas del paciente, pero los objetivos del tratamiento son los siguientes:
Los principales componentes terapéuticos de la EP son los siguientes:
Los beneficios de la terapia cognitivo conductual enfocada al trauma incluyen los siguientes:
La evidencia que apoya la eficacia de la TCC individual para el tratamiento de TEPT en adultos es muy convincente.
Numerosos programas han demostrado buenos resultados en estudios bien controlados que cumplían con estándares metodológicos altos.
Teniendo en consideración tanto la cantidad como la calidad de la evidencia en apoyo a cada tratamiento, la terapia de exposición tiene la mayor cantidad de estudios, con 24 estudios controlados aleatorizados que, con pocas excepciones, apoyan su uso a lo largo de un amplio rango de poblaciones traumatizadas.
De todos los estudios, la terapia de exposición ha sido implementada exitosamente de muchas formas, incluyendo exposición imaginaria, en vivo, y escribir sobre el trauma, a pesar de que el método más frecuente de implementar la exposición, y, por ende, el que ha recibido más apoyo, es la combinación de exposición imaginaria a la memoria del trauma junto con exposición en vivo a personas, situaciones y lugares temidos y evitados que sean de bajo riesgo. De hecho, ninguna otra modalidad de tratamiento ha recibido tanto apoyo como la terapia de exposición.
La terapia cognitivo conductual centrada en el trauma se basa en la idea de que el trauma puede tener un impacto duradero en la forma de pensar, sentir y comportarse de las personas, por lo que se dirige a todo esto al momento de trabajar.
Este tipo de terapia puede ayudar a reducir síntomas como los flashbacks, las pesadillas y los pensamientos intrusivos. También puede ayudar a las personas a gestionar mejor sus emociones y a desarrollar habilidades de afrontamiento saludables.
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Colaboradores: Lucía Vaccarezza.