De un tiempo para acá, cada vez escuchamos hablar más acerca de los pensamientos obsesivos y la ansiedad. Esta combinación de síntomas nos lleva a realizar compulsiones intentando que no suceda, sin embargo, esto no funciona, por lo que nos generamos más ansiedad y, al sentir la misma, generamos también más pensamientos obsesivos, creando así un círculo vicioso.
Primero, hay que establecer que la ansiedad es una respuesta natural, no solamente de los seres humanos, sino también de los animales. Es algo instintivo que nos concede la oportunidad de sobrevivir, debido a que prepara nuestro cuerpo para luchar o huir cuando nos enfrentamos a algún peligro. Esta respuesta es la misma que nos ha mantenido a salvo como especie los últimos millones de años.
Podríamos decir que la respuesta a esa pregunta es sencilla. Lo que transforma a una ansiedad adaptativa y útil en una ansiedad desadaptativa y problemática es la frecuencia, intensidad e interpretación que nosotros tenemos sobre ella.
A veces tenemos interpretaciones tan negativas sobre la ansiedad que empezamos a desarrollar una fobia a ésta misma, lo cual nos impide experimentarla de forma sana, creándonos mayor malestar.
Así que para poder comenzar a manejar nuestra ansiedad es importante poder identificar a qué se debe esta. Algunas de las causas de la misma pueden ser por evitar sensaciones desagradables comunes, baja tolerancia a la frustración, querer mantener el control, entre otras.
El TOC se caracteriza por una combinación de pensamientos, imágenes, impulsos recurrentes y persistentes que se experimentan como no deseados, lo cual genera preocupación, miedo y ansiedad. En otras palabras, es tenerle un miedo excesivo e irracional (o fobia) a tus propios pensamientos, ocasionando que hagamos actos mentales o comportamientos para detenerlos. A continuación, te lo explicaremos mejor.
El TOC es bastante común: se estima que aproximadamente del 2-3 % de la población lo tiene.
Se da en todas las edades, desde niños pequeños hasta adultos mayores, pero típicamente empieza en la adolescencia.
Los síntomas varían de gravedad en momentos, y esta fluctuación puede estar relacionada a eventos estresantes en la vida.
Los principales síntomas del TOC son los siguientes:
En pocas palabras, las obsesiones son las ideas que el TOC pone en tu cabeza y te causan malestar y las compulsiones son las cosas que haces que crees que te alivian temporalmente ese malestar.
Es muy importante que no te autodiagnostiques. A pesar de que a muchas personas les parezca que tienen TOC por leer los síntomas e identificarse, no significa que necesariamente lo tengan. Para poder tener un diagnóstico es necesaria la evaluación de un profesional.
En realidad, no se conocen bien las razones por las cuales algunas personas desarrollan TOC y otras no.
Existe evidencia de que las personas con este trastorno tienen ciertos desbalances químicos en el cerebro que involucran neurotransmisores como la serotonina o dopamina, que son importantes para el funcionamiento cerebral. Estos desbalances pueden ser debido a causas orgánicas o por factores ambientales y conductuales. Es por eso que algunos medicamentos que alivian los síntomas del TOC también cambian los niveles de serotonina. Sin embargo, no se sabe si ésta es realmente un factor importante en el desarrollo del trastorno.
También hay evidencia de que el TOC tiene un componente hereditario.
Pero en sí, las investigaciones demuestran que las causas del TOC derivan de una combinación de factores biológicos o genéticos y ambientales, como la crianza y la cultura.
Para poder empezar a tratar el TOC es necesario entender que más del 90 % de las personas tienen pensamientos intrusivos ocasionalmente. Esto quiere decir que aproximadamente 9 de cada 10 personas los tienen en algún momento. Los más comunes son estos:
Estos son sólo algunos ejemplos de los pensamientos intrusivos que comúnmente se tienen. Es algo así como tener "hipo mental".
Es por eso que es tan importante normalizar el tenerlos, ya que si comenzamos a verlos como algo malo o nos hacemos la idea de que hay alguna razón oscura tras de ellos, es muy probable que empecemos a temerles y evitarles, convirtiéndolos en obsesiones, lo que nos lleve a utilizar compulsiones para lidiar con este malestar.
Para tratar el TOC, tendrás que aprender una nueva forma de lidiar con las obsesiones sin recurrir a la evitación o a los rituales. La mejor manera de hacerlo (comprobado con estudios) es la Exposición y Prevención de Respuesta (EPR), y quien mejor puede darte este estilo de terapia es un especialista en el enfoque Cognitivo Conductual o Conductual.
La terapia cognitivo-conductual, o TCC, es un tipo de psicoterapia que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de una variedad de trastornos de salud mental, incluido el TOC.
La TCC ayuda a las personas a cambiar su forma de pensar y de comportarse con respecto a sus pensamientos y sentimientos, lo que puede ayudar a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Los terapeutas cognitivo-conductuales trabajan con los pacientes para desarrollar estrategias de afrontamiento útiles y les ayudan a practicar estas nuevas habilidades en la vida cotidiana.
En general, la terapia cognitivo-conductual tiene tres componentes principales:
Así que, si la terapia cognitivo-conductual está dentro de tus posibilidades, te recomendamos que busques un terapeuta formado en este enfoque para que puedas ser diagnosticado y, si es tu caso, tratar tu TOC.
Como te decíamos, los pensamientos intrusivos son en realidad una parte muy natural e inofensiva del ser humano. Todos los tenemos de vez en cuando. Pero si comienzas a notar que llegan con mucha frecuencia, que el malestar es muy intenso y sientes que te están alejando de hacer las actividades de tu día a día, entonces te recomendamos que consideres un tratamiento psicoterapéutico.
Recuerda que no estás solo. Ponte en contacto con nosotros para que te acompañemos en el camino.
Antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos, así como las recomendaciones que hacemos, no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar la guía adecuada.
Colaboradores: Karen Hidalgo y María Milagros.