Este post es para ti, si ya estás en la recta final de la ansiedad, si ya te estás liberando de ella, si ya es casi imperceptible pero de cierta forma… sigue ahí.
Este post es para ti, si ya estás en la recta final de la ansiedad, si ya te estás liberando de ella, si ya es casi imperceptible pero de cierta forma… sigue ahí.
Bueno, como lo puedes ver en este post:
nos resistimos a dejar ir la ansiedad por las múltiples ventajas que recibimos de ella, pero, hay algo todavía más importante que nos impide dejarla ir, y es que estamos identificados con ella y creemos que así es nuestra vida. A continuación te platico más sobre eso y otras razones por las que no la dejamos ir.
No dejas ir la ansiedad porque crees que eres ansioso
O sea, te identificas con la ansiedad, crees que sin ella dejarías de ser tu mismo, ya no sabes cómo sería vivir una vida sin ansiedad, ella ha ocupado tanto espacio en tu mente y en tu tiempo y en tu atención, que ahora ¿qué harías sin ella? ¿en dónde pondrías tu atención? ¿cómo podrías vivir la vida feliz sabiendo que ella existe?
No dejas ir la ansiedad porque sientes que tienes que estar alerta
O sea, tu mejor que nadie sabe lo horrible que se siente, y estoy de acuerdo, es horrible, y por lo mismo, crees que tienes que estar alerta para que no te vuelva a dar o para que no llegue “de repente”, y entonces al estar alerta, sigues aumentando la tensión y con eso, generándote ansiedad.
Crees que si te relajas, que si dejas de pensar en ella o simplemente si te vuelves a dar la oportunidad de vivir tu vida, quedas expuesto a que ella llegue de nuevo.
Y mi pregunta es… ¿ y qué si llega de nuevo? por lo menos ya habrás vivido unos días, meses o años libre y feliz, y tan sólo por eso vale la pena dejar de estar alerta.
No dejas ir la ansiedad porque no te permites ser feliz
Es como si no te permitieras ser feliz porque sabes que por ahí existe la ansiedad, que la gente sufre, que el mundo está de la patada, que tienes tantos problemas y tantos traumas de tu infancia, que tu cuerpo está tan dañado… que… ¿cómo podrías dejarte ser feliz?
De cierta forma te castigas a ti mismo por haber tenido ansiedad o por tenerla, y te castigas también por el sufrimiento que ves en los demás y en el mundo.
Así es que para dejar ir la ansiedad, tendrás que darte permiso de ser feliz, con todo y el sufrimiento que has tenido y que existe en el mundo. Para mi punto de vista, la mejor forma de disminuir ese sufrimiento, es tú dejándote vivir tu vida y compartiendo tu felicidad con los demás.
No dejas ir la ansiedad porque te mantenía distraído
Es lo que te digo, mientras que tienes ansiedad, se convierte en el centro de tu atención, y entonces, si de repente se fuera, ¿ahora qué harías o en qué pensarías? Y aquí necesitas darte chance de descubrir cosas nuevas, de abrirte a lo desconocido, de volver a abrir los ojos de tu atención a lo que te rodea, y no tanto a tus monstruos o miedos internos.
No dejas ir la ansiedad porque tienen una relación codependiente
Hazte de cuenta que has tenido una relación con la ansiedad, de días, meses o años, pero al final del día, se ha generado una relación entre tu y ella (obviamente en tu interior). Y esta relación, se pudo haber hecho codependiente, o sea, te sientes ahogado a su lado, te quieres liberar, pero cuando estás sin ella, te sientes extraño y hasta miedoso, y es por eso que la vuelves a buscar y le pides regresar.
Es como esas veces que te estás divirtiendo en una reunión o en una fiesta y de repente te acuerdas “ay, la ansiedad!” y te vuelve a dar… si esto te ha pasado, entonces, me temo que tienes una relación codependiente con ella.
No dejas ir la ansiedad porque tu mente está acostumbrada
Esto es muy neurológico, pero dentro de ti se generan conexiones entre neuronas, y ante la repetición, esas conexiones ya se hacen casi solitas y en automático. Tu mente se acostumbra a la ansiedad de cierta forma y le cuesta trabajo conectar de manera diferente sus neuronas.
Por eso también es importante que hagas las cosas diferentes, que cambies hasta el acomodo de tu cuarto si es necesario, que reacciones diferente cuando la empiezas a sentir, para que generes nuevas conexiones.
Entonces, si estás dispuesto a dejar ir la distracción, a relajarte a pesar de que ella existe y a darte permiso de ser feliz, aquí te comparto algunos puntos para realmente liberarte de ella.
Modifica el concepto que tienes de ti mismo
Si te sigues viendo como ansioso, depresivo, complicado, traumado y enfermo, la tienes difícil. Nadie nace con esas etiquetas, tu y la sociedad te las han puesto poco a poco. Así es que identifica cuáles son tus etiquetas que no te permiten ser feliz, y simplemente decide dejar de creer en ellas, y reemplazalas por etiquetas que sí te hagan feliz, que sean más realistas y que no te limiten.
Agradécele
Parte muy importante, necesitas agradecerle a la ansiedad y verla como una gran maestra e inclusive como tu mejor aliada, que te ha enseñado tanto sobre ti mismo, agradécele que te ha ayudado a enfrentar tus miedos, a recuperar el control sobre tu mente, a ser auténtico, a tomar tus propias decisiones. Si la ansiedad todavía no te ha enseñado nada, entonces no estás listo para dejarla ir.
En el momento que veas a la ansiedad como tu aliada, como algo que llegó a tu vida para ayudarte a conocerte mejor y evolucionar, le podrás agradecer. Y entonces, cada vez que vuelva a llegar, le das la bienvenida, escuchas su aprendizaje, le agradeces, y la dejas ir.
Deja de darle tanta importancia
Si ya pasaste por el proceso de aprendizaje y ella sigue ahí, quizás es por costumbre y por hábito mental. Entonces, necesitas dejarla de ver tan importante, y de vez en cuando ponerle un límite en cuanto a “no mereces mi atención estoy ocupado siendo feliz”. Esto siempre y cuando y se trate de la ansiedad residual que queda después de que ya pasaste por un proceso de crecimiento personal.
En el caso de que pases mucho tiempo sin ansiedad, y ella de repente se haga notar de nuevo, claro y por supuesto que necesita de tu atención, de que escuches qué te está queriendo decir y hagas algo al respecto para que no se haga más grande.
Pero en este caso, me refiero a que también de repente tenemos que ponerle límites a la ansiedad, un alto y decirle quién lleva las riendas de tu mente y de tu bienestar, o sea, tu.
Hazle una carta de despedida
Puedes hacerle una carta,o tener una cita con ella, en la que le dices todo lo que sientes hacia ella y por qué estás dando por terminada la relación, y cómo quieres relacionarte con ella de ahora en adelante.
Cuando yo hice esta carta me di cuenta de lo mucho que le tenía que agradecer, y ahí fue donde entendí que la ansiedad es mi aliada, y es por eso que si de repente se vuelve a asomar en mi vida, ya no se intensifica, pues no me asusto ni la rechazo ni la quiero controlar, la escucho, y en un par de días, hago el cambio que necesito hacer, y listo, se va. (esto en niveles muy ligeros)
Recuerda que la ansiedad se hace grande porque no la escuchamos. Entonces, en esta carta, hablas con ella, haces las paces con ella, le dices que te vas a dedicar a vivir tu vida, a ser feliz, y que si alguna vez ella vuelve a llegar, le darás la bienvenida en paz y verás qué está diciendo, pero que de momento, se vaya a tomar unas lindas vacaciones.
Despídete de ella constantemente
Esto es como una relación codependiente, en la que tu te despides de tu novio o novia, pero ella sigue buscándote, o tu, sin darte cuenta, a las 3 de la mañana, le marcas “sin querer”. Necesitas volver a acostumbrarte a vivir sin la ansiedad, y para eso quizás será necesario que te despidas de ella muchas veces.
Cada vez que llegue de nuevo, te vuelves a sentar a platicar y decirle “ya habíamos quedado que vamos a hacer nuestras vidas, te pido que te vayas por favor”, y entonces… regresas a lo que estabas haciendo. Repite esto unas cuantas veces, y verás que será cuestión de días para que se acostumbren mutuamente a estar separados.
Rompe tus hábitos mentales con acciones
Para romper esos hábitos de repetición en tus neuronas, lo mejor es que cuando llegue la ansiedad, en lugar de rechazarla o resistirla, la aceptes y te digas algo positivo a ti mismo. Y otra forma muy eficaz, es que si por ansiedad normalmente harías ciertas cosas, como irte a acostar, salir corriendo del lugar o quedarte callado, entonces, que hagas lo contrario.
Básicamente, es dejar de hacer lo que normalmente hacías, y actuar de manera diferente, es muy importante la acción, pues ahí es donde romperás esa conexión y generarás una nueva.
Créetela
Creo que esto es fundamental, si no te la crees, que puedas liberarte al 100 de la ansiedad (sobre todo la elevada o la que no te deja ser feliz), simplemente no podrás lograrlo. Y…¿ por qué no habrías de lograrlo? no es como que estás queriendo dejar de tener el color que tienes en tus ojos, o que estás queriendo dejar de tener la altura que tienes. (e inclusive esto cambia con el tiempo). Necesitas creértela de verdad que puedes ser libre de la ansiedad y volver a ser feliz, y verás que creyéndotela, el camino será más fácil y rápido.
Haz un nuevo plan de vida
Esta parte es importante, pues ya para realmente dejarla ir, necesitarás dejarte volver a soñar y crear tu nueva vida como tú quieras crearla. Sí te recomiendo tener un plan, hacerte de nuevas metas, visualizarte en esa nueva vida, para que entonces ahora, te dediques a ser feliz.
Me parece que la parte más importante para terminar de liberarte de la ansiedad, es que genuinamente le puedas agradecer y despedirte de ella, y que repitas una y otra vez nuevos hábitos y patrones mentales que remplacen a los pasados, claro, además, de realmente creerte que puedes ser libre y feliz de verdad.