Cuando el cerebro interpreta que está en algún tipo de peligro, activa todo el sistema de defensa y protección personal, tensándote y generando adrenalina, lo cual con el tiempo te lleva a sentir que no puedes relajarte, y esto es quizás porque te sientes en algún tipo de peligro emocional.
Inclusive, cuando esto sucede por mucho tiempo, nos puede llevar a sentir que relajarnos es peligroso, pues entonces quedamos desprevenidos ante cualquier peligro, cuando en realidad, sí podrías relajarte y descansar, cuando en realidad, no hay un peligro en ese momento.
Y esto normalmente sucede porque los peligros que vivimos son emocionales, no son algo en específico y fácil de ver, sino que más bien, son cuestiones que están por ahí escondidas, que nos llevan a estar en alerta.
Te comparto los principales peligros emocionales que he identificado, y que pueden ser los que te tienen sintiéndote en peligro constante:
Imagina por un momento, no tener que esforzarte por pertenecer, ser amado ni ser aceptado, imagina que sólamente con existir vales, que mereces el cariño de los demás y que estás protegido emocionalmente, que no estás vulnerable a que te lastimen y que puedes ser tú mismo o expresar tus diferencias, ya que ser rechazado ni implica un peligro para ti.
Imagina que puedes descansar y relajarte porque sabes que tus necesidades están cubiertas, porque sabes que el otro no te las tiene que cubrir, sino que está bien con ser tú mismo y estar ahí contigo, que no tiene que estar pasando realmente nada en especial en tu vida para que te puedas relajar.
Cuando aprendimos que teníamos que esforzarnos en ser diferentes para agradar a nuestros papás, para ser aceptados y pertenecer, podemos llegar a esta conclusión de configuración interior en la que crees que te tienes que esforzar y que no estás a salvo. Pero imagina, que ya eres amado.
Cierra tus ojos por un momento, y percibe esto que te digo, verás que te ayuda mucho. Y
Te recomiendo que escuches este audio para empezar a generar esta sensación de estar a salvo a nivel emocional.
Mientras más practiques el estar a salvo, esa sensación de no tener que esforzarte, de que está bien ser como eres, de que puedes expresarte, de que el otro no tiene la capacidad de lastimarte a nivel emocional porque estás en paz con quien eres y el momento de tu vida en el que estás, entonces, tu sistema nervioso irá apagando esa alerta, y podrás empezar a relajarte.
Estamos constantemente evaluando cómo reaccionan los demás hacia nosotros, para ver si nuestras acciones fueron buenas o malas, para ver si estamos en peligro de ser rechazados o no. Por eso, cuando te des cuenta que estás evaluando la reacción de otros, detente, y pregúntate - yo qué quiero? - estoy segura que aquello que quieres no lastima ni es malo, quizás es nada más irte a sentar en lugar de seguir parado... hacer algo que necesitas, que te hace bien.
¿Cuántas veces has dejado de hacer lo que necesitas por miedo a que a los demás no les parezca, te rechacen o te critiquen? ¿cuántas veces tensas tu cuerpo por estar al pendiente de las reacciones de los demás?
Hazlo consciente y poco a poco activa tu memoria practicada con el audio de estoy a salvo, y actívala en esos momentos que lo necesitas.
Las alertas emocionales pueden ser inclusive percibidas más peligrosas que las alertas físicas, te tensan y te estresan de una manera muy sutil, te hacen sentir que está bien estar apretado, fingiendo, protegiéndote... y te van alejando de ser tú mismo, de ser ligero y de sentirte tranquilo.
Así es que poco a poco, date cuenta que no tienes que esforzarte por lograr que los otros te cubran tus necesidades emocionales, y que realmente, ya estás cubierto, pues existes y eso significa que has sido amado en tu vida, conecta con eso.
Profundiza en cómo dejar de estar en alerta con este audio.
Y si quieres descubrir cómo volver a sentirte a salvo, escucha este otro audio.