Es normal sentirse ciclados cuando en la rutina diaria entramos en repeticiones de situaciones de estrés, y cuando no encuentras solución o salida, tomar un retiro puede ayudar mucho para recuperar perspectiva y ver las cosas con mayor claridad.
Pero la realidad es que siempre existe una salida, siempre hay una forma de resolver las dificultades diarias, nada más que a veces no las vemos a pesar de tenerlas frente a la nariz, porque estamos ciclados, atorados, ensimismados en la rutina y en las complicaciones del día a día, en las dinámicas con los que nos rodean.
De ahí la importancia de tomar distancia de nuestras dinámicas familiares y rutinarias, y poder encontrar respuestas.
Tomarse un retiro es alejarse momentáneamente de la rutina diaria para tomar perspectiva, ver desde fuera la situación, mirar desde otra óptica la vida propia y probablemente, obtener la claridad que se está necesitando.
En lo personal, creo que como seres humanos necesitamos tomarnos un retiro al año, que no es lo mismo que irte de vacaciones.
Irte de retiro es poner en pausa tus actividades diarias, la dinámica con tus seres queridos, la dinámica mental... para encontrarte contigo y con tu propia sabiduría interior.
Si te fijas, los grandes maestros como Jesús y Buda tuvieron dentro de sus vidas por lo menos un retiro de sus vidas diarias donde escucharon, encontraron o formularon respuestas a grandes preguntas y cuestionamientos existenciales.
A partir de ahí, muchas religiones practican el retiro espiritual, en los que normalmente se dedican a explorar y contemplar las enseñanzas de su religión. En este caso, la intención es fomentar la espiritualidad y reactivarla, a través de poner en silencio y en pausa las actividades más humanas.
Cómo sería un retiro psicológico
Irte de retiro a nivel psicológico puede ser que te aisles de tu rutina diaria con una intención de autoconocimiento, auto descubrimiento y auto superación. Puede ser a nivel general, o puede ser enfocado en un tema en específico.
Me he ido a 7 retiros en total en mi vida, y desde mi experiencia, es algo increíble que todos como seres humanos hemos de experimentar al menos una vez en la vida.
Los primeros 4 retiros fueron con tema religioso, tres de ellos se trataron de estar en total silencio, inclusive, no podías hacer contacto con la mirada con otras personas. Así es que no nada más era entrar en retiro de tu vida cotidiana, sino de cualquier cosa cotidiana para ti.
El primer retiro al que fui la mente me ganó con sus miedos y me escapé jejeje a pesar de que no estaba permitido y que estaba en un lugar remoto, me las ingenié para escaparme, fue toda una aventura.
En ese entonces no tenía muy bien manejado el tema de la ansiedad, y en realidad, tuve un ataque de pánico por ideas de miedo que se me habían impuesto, impulsado por la incomodidad de encontrarme conmigo misma.
Después, me fui a retiros donde confiaba más en el ambiente y digamos que era más familiar a mi, y pude estar en silencio y en retraimiento durante tres días. Y la verdad es que todos fueron increíbles, retadores pero igualmente profundos y trascendentales en mi vida.
Finalmente, también me fui a un retiro para conocer mi Eneatipo (a través del eneagrama), y el más reciente, a uno para realizar puras prácticas saludables con el increíble equipo de Sanantes.
Y bueno, además de estos, tuve un intento fallido de retiro donde ya estaba en el punto de reunión para irnos un mes a salvar tortugas a una playa Virgen en Yucatán, y de nuevo, me dio un ataque de pánico por la idea de sentir que iba a estar incomunicada. Quizás, fue demasiada exposición para mi y no estaba lista, además de que no tenía nada de trabajo personal con la ansiedad.
En los primeros retiros casi siempre tenía ansiedad previa de separarme de mi familia, de mi vida, de irme a un lugar nuevo, de convivir con personas nuevas. La ansiedad por separación y la ansiedad social me hacían pasarla mal. Casi siempre los días previos estaba dándole mil vueltas, pensando en cancelar, imaginando los peores escenarios y debatiéndome la cabeza como si fuera una decisión de vida o muerte.
La realidad es que al no tener consciencia de mi ansiedad por separación y social, nada más le sufría y me forzaba a no sentirme así. Lo cual ha sido diferente con los últimos dos retiros a los que fui, en los que quizás aparecía cierto nervio previo, pero ya nada que me imposibilitara ir.
Además, como sé que mi experiencia será positiva y que regresaré con nuevos aprendizajes e ideas, me enfoco en lo que sí quiero vivir y de esta forma he ido perdiendo el miedo a separarme y llegar a un lugar nuevo con nuevas personas.
Quizás ya has escuchado que espiritualmente tenemos una guía interior, un maestro espiritual en nuestro interior que tiene todas las respuestas que necesitas en cada momento dado.
Yo sí creo en esto porque lo he sentido, sobre todo cuando me aislo un poco de mi situación de conflicto. A veces inclusive me bastaba con subirme a la azotea de mi casa y acostarme a ver la luna y las estrellas, para redimensionar mi tamaño, el lugar en mi vida, lo que estaba pasando y relajarme de ver que quizás estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua, o que la solución estaba frente a mis narices.
Pero para escuchar a este maestro interior, hay que generar cierto silencio en nuestra mente y en nuestro interior, pensar en otras cosas, escuchar a otras personas, meter nueva información en nuestras mentes para que de repente, mezclando todo esto con nuestro propio maestro interior, lleguen las respuestas.
No podemos forzar las respuestas, y tampoco se valdría irse de retiro con la súper mega expectativa de que todo se resolverá en tres días, pero sí puedes abandonar las ganas de tener respuestas, y abrirte a escuchar.
En los retiros que organizamos en México, les decía que cada uno recibiría lo que en ese momento necesitaba recibir, y creo que así fue. A veces no recibimos la respuesta tal y como la imaginamos, pero sí recibimos alguna respuesta que resulta ser la que sí necesitábamos. En mi experiencia esto sucede, cuando abandono la expectativa de recibirla y me entrego a la experiencia, al momento presente, a las actividades y al silencio interior.
Pues igualmente dicen por ahí, que no podemos escuchar a nuestra voz interior si no estamos en silencio para escuchar.
Así es que el retiro es eso, entrar en silencio, observar la naturaleza... y estar dispuesto a escuchar sin expectativas.
Claro que ayuda mucho alejarte, poner distancia, manejar o subirte a un camión para que sientas esa distancia.
Recuerdo una vez que me fui de retiro cómo iba sintiendo la liberación mientras observaba el paisaje por la ventana del camión. Pero igualmente, recuerdo una sensación de claridad al tomarme un retiro dentro de mi casa, pidiendo que me dejaran sola todo el día y dedicándome a "la nada".
Creo que de lo que se trata es que encuentres la forma de poner silencio, al menos por un día, a las voces, actividades y relaciones en las que estás involucrado diario, para que puedas entrar en contacto con tu interior.
Intenta darte esos espacios personales de encuentro contigo, pon pausa de vez en cuando a la vida diaria, intenta separarte por un par de días de tu rutina y de las personas de tu vida diaria... y descubre lo increíble que es tomar perspectiva y obtener claridad a través del retiro.