Una preocupación generalizada que a veces observo a mi alrededor es la de no ir al mismo ritmo de los demás.
Y esto lo veo tanto en quienes están en el camino de superar la ansiedad, como en quienes viven con estrés elevado, una sensación de cumplir con esos términos de tiempo que están entendidos que hemos de tener. Una sensación de tener que hacer todo igual que los demás, de dudar de nuestro propio camino de evolución y crecimiento personal, dudar de si lo estamos haciendo bien o mal… solamente porque alguien por ahí lo está haciendo diferente a ti.
Y creo que esto nos hace mucho daño, pues nos hace creer que nuestra realidad actual, que nuestro esfuerzo y nuestros resultados… no son suficientes o valiosos por sí mismos. Dejamos de ver todo lo que sí somos, tenemos y hemos logrado y realmente sentimos como si no fuéramos nada más que un cero a la izquierda de un uno que nos pareció más bonito.
Algunos ejemplos de cuando sucede esto son los siguientes:
Hay personas que viven esto tan profundo que hasta se molestan de ser rebasados en la carretera o en la ciudad y son capaces de insultar a quien los rebasó ¿increíble verdad? pero no es porque sean malas personas, sino porque se sintieron amenazados en lo más profundo de su ser al ver que alguien va más rápido que ellos.
En fin, como puedes ver, muchas de esas cosas y otras más provienen de ese momento en el que volteas a ver a alguien más con ojos de supuesta admiración disfrazada de inseguridad no reconocida y generas la hermosa y famosa acción de compararte.
La comparación es de las cosas más dañinas que podemos hacernos a nosotros mismos, pues lejos de inspirarnos para convertirnos en nuestra mejor versión de nosotros mismos, nos hace sentir desesperanzados y defraudados de quienes somos ahora, de nuestros logros y nuestros esfuerzos.
Es como si de un momento a otro dejaras de existir, tú y todas tus cualidades, tú y tu historia, y de repente eres un ratoncito a lado de un elefante. Esto se da gracias a que magnificas las cualidades de otros y minimiazas las tuyas. Y no sólo cualidades, sino que minimizas tu estilo, tus formas, tu camino, tu ritmo…
Así es que con este post quiero motivarte a que dejes de compararte, no tiene el más mínimo caso.
Si quieres voltear a ver a alguien más, que sea para inspirarte… para preguntarte ¿qué me gusta de lo que esa personas está haciendo o siendo? y… ¿cómo puedo desarrollar yo mismo eso que me inspira a mi estilo?
Sabiendo que como bien dijo Frank Sinatra, será a tu forma, a tu estilo, a tu ritmo, con tu toque personal.
Creo que como sociedad perdemos muchos talentos precisamente porque quienes los tienen no creen en ellos, y porque en lugar de preguntarse “¿qué es lo mejor que puedo hacer con quien soy?” se preguntan…¿por qué no me salió igual que a esta otra persona?
En lo personal me ayudó muchísimo descargar un eBook gratis de Jeff Goins donde me motivó a creer en mi estilo y animarme a escribir sin preguntarme si estaba escribiendo “como se tiene que escribir” y más bien preguntándome si lo que estaba escribiendo reflejaba lo que desde el corazón quería decir… y mucho de que este blog exista es gracias a que a través de sus palabras escritas desde el corazón, me motivó a hacer lo mismo.
Así es que si quieres enfocarte en lograr tus propios sueños te dejo este audio.
Y si quieres inspirarte aquí te dejo al “buen Frank” para que te animes a hacerlo a tu manera.