En éste post te quiero compartir algunas recomendaciones para superar la ansiedad.
Plantéate un tiempo para trabajar en ti
plantéate cuánto tiempo deseas trabajar para aprender una manera más sana de pensar, aquella que esté más en contacto con la realidad.
Puede ser un tiempo al día, a la semana, o en un año, pero necesitas agregar ese espacio de trabajo en ti a la semana para que realmente modifiques lo que te está generando ansiedad. En este tiempo puedes ir a terapia, hacer ejercicios de relajación, escribir, hablar frente al espejo, debatir tus pensamientos, leer el libro que te está ayudando…etcétera.
Lo importante es que visualices que necesitas agregar tiempo de trabajo, pues los cambios así se generan.
Asígnale un número a la intensidad de ansiedad que sientes del 1 al 10, siendo el 10 el máximo, y ve llevando un registro diario de cómo va cambiando ese número, para que puedas observar qué eventos hacen que te sientas con más ansiedad, y cómo es que estás interpretando esos eventos.
También para que puedas ir observando tu avance y siendo objetivo acerca del nivel de tu malestar, porque luego nada más sientes un poco de ansiedad y tu mente dice… “sigo mal, no puede ser que no mejore, cuándo va a terminar ésto?” pero probablemente estás en un 4 de ansiedad, cuando podría ser un 10.
Y así cuando estés en el 10, puedas darte cuenta de qué está pasando en tu mente que te lleva a estar así.
Los patrones mentales te llevan a sentirte mal, aunque tu no te des cuenta. Por eso, necesitas empezar a darte cuenta de cuáles son los pensamientos que hacen que te empieces a sentir mal, y que en ese momento los debatas y actúes diferente a lo que te están diciendo. O sea, que hagas lo contrario a lo que tu miedo te dice.
Y después podrías identificar las creencias más profundas y debatir cada una de ellas y encontrar ejemplos que demuestren que no son verdad, por ejemplo:
“no tiene caso ir a la reunión, me sentiré mal…” identifica que es un pensamiento y una distorsión de la realidad, y ponte de pie y ve la reunión. ”si no tengo el trabajo perfecto no soy nadie”, “si no tengo novio entonces no soy digna de ser amada”, “si salgo de la carrera y no encuentro trabajo soy un bueno para nada”, “si no soy capaz de pagar la renta soy un fracasado”, “si estoy solo…no merece la pena vivir…”, “para mi edad debería de ser mas exitoso”, “no debería de tener sentimientos de debilidad”, “no es bueno llorar…”, etc.
Al cambiar tu manera de pensar, podrás cambiar tu manera de sentirte.
Obviamente que nos da vergüenza sentirnos con ansiedad, además nos sentimos poco entendidos, y así poco a poco nos vamos encerrando en nuestra cueva interior, desconectándonos de los demás.
Te recomiendo salir de esa cueva y de ese refugio y que empieces a hablar sobre lo que sientes y lo que piensas. Muchas veces a partir de que hablas y te escuchas a ti mismo encuentras las respuestas.
Si has estado teniendo pensamientos densos acerca de terminar con tu vida, te entiendo, es realmente desesperante sentirte así, pero entonces definitivamente necesitas buscar ayuda profesional, no dejes pasar un día más, no te mereces seguir sufriendo, y existe un camino de salida, ¡me consta!
Recupera actividades que alguna vez te gustaron realizar, seguramente hoy pienses que ya no te darán ese placer o satisfacción, pero simplemente hazlo, y prueba si contactas con esa esencia tuya que anda por ahí escondida y que alguna vez disfrutaba de las cosas.
Lógicamente no tendrás ganas de ir a hacer eso que antes te gustaba, de inicio te tendrás que forzar un poco, pero ya estando ahí, si te ubicas en el presente, tendrás muchas oportunidades para disfrutarlo.
A veces creemos que el verdadero problema de la ansiedad son sus sensaciones o pensamientos negativos, el malestar en general. Pero en realidad a lo que necesitamos ponerle atención a lo que te está generando ansiedad y no tanto en la ansiedad en sí.
Intenta hacer contacto con lo que en el fondo de tu ser te está molestando, preocupando o generando miedo, anótalo todo en una lista, y ve esos puntos como problemas, (más no como el fin del mundo) a los cuales puedes encontrarle una solución.
Si de plano no les encuentras una solución, es probable que no ves esas opciones, que tu mente está sesgada, o bien, que estás haciendo un problema más grande de lo que es. Te propongo entonces platicar sobre esto con alguna persona de confianza o con tu psicólogo, pues son esas preocupaciones y emociones guardadas las que se están manifestando en tu cuerpo como ansiedad y ataques de pánico.
Busca estrategias para relajarte, técnicas de respiración, meditación, tes de lechuga por las noches, baños calientitos a la luz de las velas, conciéntete viendo una película con un chocolate, toma vitamina B, haz ejercicio e intenta alimentarte lo mejor posible… no pretendas que tu cuerpo salga adelante por sí mismo, ayúdale, tu mejor que nadie sabes lo que lo hace relajarse y sentirse bien. (el alcohol, las drogas y el cigarro no necesariamente cumplen la función de relajarlo… te hacen olvidar que está tenso, más no lo relajan).
Sé tu propia pareja, esto es… ¿cómo te comportas con esa persona de quien te has enamorado alguna vez? ¿qué le dices? ¿cómo lo conscientes? ¿cómo eres con él o ella? Bueno, pues te invito realmente a ser tu propia pareja, actuar contigo mismo como si fueras tu novio o tu novia, concentirte, decirte palabras de aliento, porque no creo que a tu pareja le dijeras.. “estas en el hoyo, no es posible que no seas capaz de salir adelante, la vida no merece ser vivida” ¿no verdad?
Bueno, entonces te invito a actuar contigo mismo como si estuvieras enamorada o enamorado de tí mismo, llévate a pasear, regálate algo que te gusta, habla contigo con amor y con paciencia, ayúdate, sé amable contigo, quiérete…ámate.
Muchas veces esperamos que el otro venga a amarnos y consentirnos… pero… por qué no hacerlo primero tú… y así sabrás realmente qué es lo que te gusta, y así no andarás mendigando amor… pues… tu vasija estará llena.
Recuerda que tu cuerpo y tu mente…conocen una manera de estar en total y absoluta paz, el problema es que hemos puesto esa paz en manos de otras personas o en cuestiones externas.
A veces pensamos que necesitamos tener trabajo, que nuestra familia no discuta, que todo salga bien, que el hombre o mujer con quien queremos estar también quiera estar con nosotros, que el jefe no sea un gritón, que llegues a tu casa del trabajo en menos de 15 minutos, que todo mundo te quiera y te aprecie, que tengas mucho dinero para hacer lo que quieras…
En fin, le ponemos requisitos y deberías a la vida… y cuando no se cumplen, perdemos la paz y la felicidad.
Pero resulta que tú ya sabes estar en esa paz sin necesitar nada de todo ésto, así es que te invito a cuestionarte en manos de quién o de qué cosas estás poniendo tu paz, y que recuerdes que con el simple hecho de estar vivo y de respirar… tienes lo suficiente para poder sonreír, y que incluso en el peor de los escenarios… tú puedes decidir afrontarlos con tranquilidad, que nadie te quite esa paz… y yo diría… que ningún pensamiento o creencia te la quite, no es justo, no es necesario, y para eso no venimos a la Tierra, estoy segura.