Primero que nada, te quiero compartir que ser introvertido es un rasgo, no es un defecto ni una deficiencia. Un niño introvertido tiene cualidades maravillosas que necesitan ser reconocidas y validadas.
La respuesta corta es enséñalo a enamorarse de sí mismo.
Primero que nada, te quiero compartir que ser introvertido es un rasgo, no es un defecto ni una deficiencia. Un niño introvertido tiene cualidades maravillosas que necesitan ser reconocidas y validadas.
Imagina que un niño introvertido y su familia van a una fiesta infantil. El resto de los invitados exploran, corren y juegan; pero este niño está buscando insectos en el jardín, o brincando de piedra en piedra o sentado cerca a mamá. Cuando alguien de su familia le dice: “mira como todos los niños juegan, en cambio tú andas solo, buscando insectos o aquí pegado conmigo. Deberías ser más social, ser menos penoso, más seguro.”
El efecto de frases y exigencias como ésta, es que poco a poco el niño irá concluyendo que es malo asistir a fiestas. Ya que cuando asiste se siente comparado, incluso él mismo aprenderá a compararse con esos otros niños que sus propios papás sí validan. Sentirá que debería ser como ellos; y entonces asociará las situaciones sociales con sentirse exigido, comparado y avergonzado. No es de extrañar que se refugie aún más en su interior, porque ahí es un lugar seguro. Y tendrá menor motivación para conectar con el exterior.
Es común que a los niños y niñas introvertidas se les presione para que sean más abiertas, que tengan muchos amigos, que se haga escuchar, sin embargo desde esta postura de exigencia se logra justo lo contrario. Entre más presionamos y enjuiciamos, peor la pasa el niño y tenderá a retraerse aún más.
Ser introvertido o extrovertido tiene que ver con el temperamento. Algunos niños tienen una tendencia natural a conectar con el exterior, les es llamativo y satisfactorio socializar en ambientes nuevos, tomar riesgos a lo grande, o participan en clases, cuentan chistes en las fiestas. Y eso está bien para ellos.
Mientras que para otros niños la tendencia natural es observar con atención lo que sucede alrededor, hacer conjeturas, ver las relaciones, ver cómo otros niños juega, como son, incluso buscan detalles, zonas de riesgo, formas de llegar de un punto a otro, y combinan toda esa información con su imaginación y recuerdos. Y dado que su atención recorre todos estos puntos, les toma más tiempo, que a los niños que te describí primero, romper el hielo e involucrarse en actividad con otros niños. Además, tienden a profundizar en sus pláticas, en sus temas y por ello se sienten cómodos teniendo amistades uno a uno. Simplemente les es atractivo funcionar de esa forma y mientras no se comparen ni se generen expectativas que les cuesta cumplir, ellos se sienten bien así.
Lo que un niño necesita para desarrollarse plenamente es amor incondicional. Si se sabe aceptado, único y especial para sus padres, también se enamorará de sí mismo y se sentirá más confiado cuando le toque enfrentar retos nuevos.