En la ansiedad los síntomas extraños en tu cuerpo (taquicardia, sudoración, sentir que te ahogas) son la consecuencia de un desgaste físico.
Del mecanismo natural y positivo que tu cuerpo tiene para sobrevivir: estrés
Cada vez que tu mente se viaja al futuro, se preocupa o se tensa (ya sea por una razón legítima o no), le manda la señal a tu cuerpo de que necesita ponerse alerta y prepararse para correr o huir. Esta es la respuesta natural del estrés.
Por otro lado, aunque tu mente esté tranquila, si te encuentres en ambientes estresantes, el cuerpo reacciona poniéndose a la defensiva.
Segrega adrenalina y tensa los músculos, aumenta el latido de tu corazón, lleva la sangre a tus manos y a tus pies, paraliza el sistema digestivo por un momento, tensa los músculos de tu cara, aprieta la quijada… en fin, todo se aprieta con tal de prepararte para sobrevivir.
Ahora imagínate que haces esto 24/7
Necesitas saber que el encargado de prepararte para sobrevivir es el mismo encargado para ayudarte a relajar y reponer. Este es tu sistema nervioso autónomo, y se llama así porque es un conjunto de cables con terminaciones nerviosas que recorren todo tu cuerpo regulando funciones de manera automática sin que tú tengas que ocuparte por ello. Este sistema nervioso automático está conectado a través de ciertos nervios con tu sistema nervioso central que está en tu cerebro, mandándole las indicaciones de lo que necesita activar y relajar. Estas indicaciones dependerán de tu percepción de lo que está pasando, así como de tu interpretación.
Es por eso que puedes mandar la señal de que estás en peligro y activar todas estas funciones, sin que en realidad lo estés.
Cuando te estresas algunas funciones se activan y otros se inhiben y luego para relajarte, algunas se vuelven a activar y otras se inhiben. Todo en una perfecta coordinación para mantenerte en equilibrio. Entonces para que puedas entender por qué tienes tus síntomas físicos, has de entender que tu sistema nervioso autónomo regula las siguientes áreas y funciones junto con los síntomas más comunes en la ansiedad:
Todas estas sensaciones son normales cuando nos estresamos y se vuelven más intensas cuando el cuerpo tiene que reponerse a si mismo en su propio equilibrio. La ansiedad se genera cuando nosotros con nuestra interpretación queremos controlar o entender qué es lo que nos está pasando, al no entenderlo, nos asustamos más, activando el sistema de estrés aún más y aumentando los síntomas. De ahí es que controlar y resistirnos no funciona, más sentir y permitirnos sí.
Obviamente que el desgaste dentro de tu cuerpo se va generando, vas usando los recursos de los alimentos para reponer el equilibrio (pero no siempre comes muy nutritivamente), entonces tu cuerpo se las ingenia para mantener el equilibrio y cubrir ese desgaste, pero si sigues así por mucho tiempo… es donde entonces aparece la ansiedad.
En fin, cada vez que te sientes en algún tipo de peligro o riesgo, por más pequeño que sea.
Tu cuerpo sólo sabe que le mandas la señal de peligro, y hará todo lo posible por sobrevivir. Él no sabe que no es el fin del mundo, que solamente estás yendo tarde a la oficina, él sólo sabe que tú te sientes en peligro, y que necesita activarse para enfrentarlo.
Nuestro cuerpo es tan increíble, que tiene todo un sistema para aguantar tus altos niveles de estrés que le generas, esto se llama carga alostática.
Este sistema se encarga de hacerte sentir que “todo está bien”, cuando por dentro tu cuerpo va a mil por hora reparando el daño que el estrés genera en tu cuerpo.
Pero llega un día, que esta carga alostática se cansa, se quiebra, deja de funcionar, ya no encuentra los recursos necesarios para tomar de tu cuerpo y reponer el equilibrio.
Ese día se conoce como el primer ataque de pánico que tuviste, o simplemente esa primera señal de enfermedad grave en tu cuerpo como son las alergias.
Nuestro cuerpo tiene dos sistemas increíbles, el sistema simpático y el parasimpático. El simpático se encarga de preparar a tu cuerpo para sobrevivir en esos momentos de peligros (reales y no reales), y tu parasimpático se encarga de relajar.
Y me asombra que esperamos que después de todo un día de tener el sistema simpático activo, llegue la noche y en 8 horas repongamos el desequilibrio.
No funciona así, necesitamos permitirle a nuestro cuerpo que se relaje cuando necesita hacerlo, y dejar de exigirle de más, simplemente porque lo estás llevando al límite de sus capacidades.
Cuando tu cuerpo se acostumbra a estar tenso la mayor parte del tiempo, las células literalmente se tensan también, se comprimen, y todo tu cuerpo empieza a generar tensión tanto a nivel muscular como celular.
En cambio, cuando estás relajado, las células, tu mente, tus músculos se expanden, y al estar expandidos, permiten que las sustancias que necesiten pasar por tu cuerpo, pasen, restauren el equilibrio interior y te mantengan tranquilo.
* cualquier cosa que tenga que ver con tu sistema nervioso y muscular
El que tu cuerpo te lance todos esos síntomas tan extraños, tan sólo es porque te está avisando que necesitas aprender a relajarte, a dejar ser las cosas como son y a cuidarte. Nada más, empieza a cuidarte, a restablecer el equilibrio interior, y verás lo agradecido que será tu cuerpo, haciéndote sentir mejor.