El miedo al miedo es de los círculos viciosos más desesperantes. Algunas ideas para superarlo.
Simplemente te da miedo tener miedo, porque sabes que al tener miedo sufres, que te generas ansiedad y que puedes terminar teniendo un ataque de pánico. De cierta forma, andas de puntitas contigo mismo en cuanto a evitar cualquier cosa que te vuelva a activar el miedo, dejas de hacer cosas o te pones distracciones para no sentirlo.
Tener miedo al miedo es prácticamente estar paranóico y alerta de que no vuelvas a tener miedo porque sabes que te pones muy mal.
Solamente meterte en un círculo vicioso, porque al hacer esto, estás actuando en base al miedo. O sea, tu crees que al tenerle miedo al miedo estás haciendo algo por evitarlo, pero en realidad, ya lo estás viviendo, ya lo estás generando.
A veces creemos que al estar alerta estamos evitando eso que no queremos experimentar, pero en cuanto a tenerle miedo al miedo, claramente no funciona, pues el miedo ya está ahí.
Entonces, precisamente se trata de que dejes de ver al miedo como algo que sale de tu control, dejar de verlo como lo peor que existe y empezar a perderle el miedo, ¿cómo…? sintiéndolo.
Sí, hay que decirnos a nosotros mismos “bueno, si siento miedo, no será el fin del mundo, lo he sentido antes y aquí sigo, si lo vuelvo a sentir, sabré qué hacer en el momento, el miedo sale de mi y de mi mente así es que siempre estaré en control de él”.
Y cuando empieces a sentir miedo… en lugar de querer frenarlo, distraerte o luego luego suprimirlo, déjate sentirlo por un momento, sumérgete en tu miedo, y ya después…
No nada más salgas corriendo por sentir miedo, haz un alto y enfréntalo, háblale, pregúntale qué está haciendo aquí, qué es lo que quiere, dile que tú estás en control de ti mismo y que por más feo que se sienta él… no podrá dañarte en realidad, dile que es una fantasía creada por tu mente.
En otras palabras… pon a tu miedo en su lugar. Y su lugar, es el que al ser producto de tu mente, no es mas grande que tu.
En el intermedio de que estás hablando con tu miedo, reconoce cuál es la distorsión, el error o la mentira detrás de él, qué es lo que te está diciendo que no es verdad, sobre ti, sobre el mundo, sobre los demás o sobre algo que está pasando.
Y después, dile cuál es la verdad…
Hazte esta pregunta, reflexiona por un momento…¿qué es lo peor que podría pasar si sientes miedo?
Y vuélvete a preguntar esa pregunta sobre la respuesta que encuentres, y finalmente, resuelve lo que se esconde detrás de tenerle miedo al miedo.
Por ejemplo: si siento miedo, lo peor que podría pasar es que me de ansiedad. Si siento ansiedad, lo peor que podría pasar es que tenga un ataque de pánico. Si me da un ataque, lo peor que podría pasar es que me sienta mal por un rato.
Si el miedo te está llevando a tener ansiedad o un ataque de pánico, y no te sientes capaz de enfrentarlo o de saber qué hacer en ese momento..entonces claro que tendrás más miedo al miedo. Pero, una vez que sabes qué hacer y te sientes preparado, capacitado y con las herramientas necesarias, no tendrías miedo de enfrentarlo.
Lo más importante que necesitas saber para enfrentar la ansiedad y el pánico y el miedo, es que luchar y huir no sirve de nada, necesitas quedarte, enfrentar, aceptar y sentir… y en ese momento, el miedo perderá valor sobre ti.
Así es, una vez que hiciste lo anterior, puede llegar un momento en el que inmediatamente aceptas el miedo, ves su distorsión y naturalmente, espontáneamente, te reirías de él. Podrías burlarte pues sabes que te está asustando sin razón, que es un embustero que nada más magnifica las cosas de proporción… y entonces, te ríes de él.
La realidad es que como seres humanos, hemos creado muchas estrategias de evitación al miedo.
El miedo es una emoción natural en nosotros que nos ayuda a sobrevivir, pero como no se siente agradable, y como muchas veces no sabemos qué hacer con él, o simplemente muchas veces lo sentimos pero “sin razón aparente”, entonces creamos una barrera de protección ante él.
Pero esto no funciona.
Queremos guardar y esconder al miedo, queremos una vida donde no lo sintamos, queremos hacer como que no existe, queremos luchar contra él en muchas ocsaiones… y claro, como no funciona, el miedo se queda reprimido…y ¿qué crees? se disfraza de otros miedos para poder salir a tu conciencia.
El miedo a manejar, el miedo a quedarte sólo, a enfermar, a viajar, a asomarte por las escaleras…son tan sólo formas en las que el miedo verdadero se disfraza para poder hacerte saber que ahí está, y que por más que lo quieras evitar ahí seguirá.
Entonces, no nos gusta sentir miedo, pero si te fijas, si sientes miedo, ¡no pasa nada! más que lo sientes, y claro, se siente fuerte, desagradable, intenso, y sobre todo, hace que sientas que tienes que moverte a hacer algo, a resolver, a atacar, a huir…
Pero no tienes nada que atacar ni nada de qué huir en ese momento, entonces sientes miedo y agregado a esto sientes desesperación, prisa, inquietud, angustia.
Y entonces tu mente se busca pretextos para darle sentido a esto que sientes, quiere encontrar explicaciones y entonces piensa en los posibles peligros en los que en base a lo que viste en la tele o lo que te platicaron, crees que puedes estar expuesto, claro, no en el momento presente pero quizás sí mas adelante.
Así es que el miedo que necesitas exponerte a sentir, es al mismo miedo y sobre todo, a la incomodidad, prisa o inquietud de sentirlo.
Imagina que te sientas en tu casa, totalmente protegido, totalmente a salvo, cierras tus ojos, y te dejas sentir el miedo. No tiene que ser miedo a algo, de hecho, de lo que se trata es que solamente sientas el miedo. OJO: claro que te sentirás inquieto, claro que te sentirás nervioso. Pero imagina que lo sientes, no te estoy pidiendo que lo hagas (a menos que tengas baja ansiedad y te animes a hacerlo).
Me refiero a que lo sientas sin querer huir, sin querer atacar, y que aceptes todas las sensaciones que conlleva sentir miedo. Y quizás así, al sentir al miedo, sin disfraz, sin máscara, puedas darte cuenta que es tan sólo una emoción, y como toda emoción, trae consigo una carga energética que puedes aprender a usar a tu favor. Veamos cómo.