Aunque no lo creas sí es posible hacer las paces con tu ansiedad.
Creo que lo primero por aclarar es el para qué:
– Es necesario e indispensable hacer las paces con tu ansiedad (ataques de pánico, ideas obsesivas), para que ésta se pueda ir.
– Para no agregarle más sufrimiento y más pesar a lo que de por sí ya es una molestia. (tu resistencia a tener ansiedad la aumenta)
– Para incorporar y hacerte a la idea de que no eres perfecto (a), aceptar tus defectos y debilidades, y descubrir ahí tu fortaleza.
Ahora imagínate que literalmente estás en una guerra, tú eres un contrincante, y la ansiedad es el otro.
De cierta forma te la vives peleando y queriendo controlar esos sentimientos y pensamientos que llegan, resistiéndolos, oprimiéndolos, haciendo como que no existen, distrayéndote con otras cosas, juzgándolos, haciéndolos menos o en algunos momentos haciéndolos más, pero la guerra es constante, a veces ganas algunas batallas y a veces pierdes otras.
Pero aquí sucede lo mismo que en la vida real, la guerra persiste hasta que una de las partes baje las armas, hasta que una de las partes deje de responder a los ataques de la otra parte.
Tú puedes bajar la guardia frente a tu ansiedad, puedes elegir no pelear y literalmente hacer las paces con ella.
SI tienes un pensamiento obsesivo, o inclusive en los momentos pico donde sientes ese frío interno que recorre el cuerpo, puedes elegir en ese preciso momento no luchar contra ello, no interpretar por qué te está pasando, no juzgarte porque te está pasando, no quejarte, no lamentarte… y simplemente… hacer las paces, eso significa dejarlo estar. Y así como el muro de Berlín, decide tirar y desaparecer esa barrera que existe entre tú y la ansiedad, dale la entrada y observa qué hay del otro lado.
1.- Dale la bienvenida, dile “ya veo que andas por aquí, bienvenido seas”, literalmente aunque suene un poco raro.
2.- Obsérvalo pensando “te voy a conocer, voy a ver de qué se trata todo esto, simplemente observándote”
3.- Decide aceptarlo “ok, ya te conozco, ya vi cómo te sientes, ya veo que aquí andas… está bien, quédate el tiempo que quieras, yo no me voy a ningún lado”
4.- Decide amarlo “eres parte de mí, estás saliendo y naciendo de mí, y aunque ahorita no te entienda o no disfrute de tu existencia, decido amarte, pues eres parte de mí, y algo bueno debes de traer para mí”.
Te prometo que en cuanto logras hacer las paces con eso que te está molestando, sucede algo casi mágico, que hace que desaparezca con el poco tiempo.
Si tu atención está en dejar de experimentar eso, tu atención está en lo desagradable que es “eso”, y seguirás sintiendo desagradable.
Pero si eliges sentir agradable, sentir que haces las paces, sentir amor, a pesar de la existencia de “eso”, entonces tu atención estará en la paz… y eso será lo que experimentarás.