¿Por qué algo que se supone que es para disfrutar, conectar e incluso para crear vida, nos puede generar tanto malestar? Resulta que tener relaciones sexuales nos expone a una de nuestras más grandes vulnerabilidades, nos sentimos expuestos no nada más físicamente sino también a nivel emocional, y es un campo fértil para que aparezcan muchos de nuestros miedos.
Resulta que tener relaciones sexuales nos expone a una de nuestras más grandes vulnerabilidades, nos sentimos expuestos no nada más físicamente sino también a nivel emocional, y es un campo fértil para que aparezcan muchos de nuestros miedos.
Además, es un momento de descarga y esfuerzo físico, lo cual puede generar que contactemos con la tensión que veníamos acumulando, por eso muchas veces hasta dan ganas de llorar después, ya que es una forma de soltar lo que traíamos acumulado.
Por otro lado, para poder disfrutar de una relación sexual, tu sistema nervioso ha de sentirse a salvo, y si vienes con un estado mental de alerta alta, lógicamente te vas a sentir incómodo o bloqueado en el momento de soltar esta alerta.
Y si la relación con nuestra pareja o la persona involucrada, en algún sentido, no nos genera confianza, con mayor razón podemos experimentar miedo o ansiedad en ese momento.
Además, es un momento en el que la mente se ve amenazada, en el sentido de que no puede estar ahí controlándolo todo y necesita dejarse llevar, soltar el control para poder disfrutar y es ahí donde empiezan las complicaciones; ya que en muchas ocasiones, la mente no quiere soltar el control.
Es por todo esto que, para disminuir la ansiedad que nos pudiera estar generando tener relaciones sexuales, habremos de identificar el origen de la tensión y lo que nos hace encender la alerta, para así poder resolverlo y disminuirlo.
En mi experiencia con la ansiedad y en haber conversado con muchas personas que han tenido miedos relacionados con las relaciones sexuales, te puedo decir que los más comunes son:
Al tener estos miedos, es común que empecemos a evitar tener relaciones sexuales, y que en consecuencia, este tema aumente nuestros niveles de ansiedad.
Otras cosas que pueden suceder es que experimentemos ansiedad anticipatoria, tengamos pensamientos recurrentes con respecto a este tema, nos sintamos bloqueados y/o frustrados, lo cual, baja aún más la libido y las ganas de tener relaciones. Esto hace que cuando llegue el momento ya estemos tensos y no lo disfrutemos, por eso es que confirmamos que esos miedos son reales, aumentando así la ansiedad, disminuyendo el disfrute.
Dentro de este círculo vicioso también es lógico que empecemos a dudar si realmente amamos a nuestras parejas y que tengamos dudas sobre continuar o no, debido a que comúnmente interpretamos que tenemos estos miedos porque no queremos al otro.
Entonces el tema se convierte en fuente de tensión, obsesión y ansiedad, entonces, es importante salir de este círculo vicioso para que podamos volver a disfrutar.
Sabiendo que probablemente estás llegando al momento de tener relaciones sexuales predispuesto a comprobar que esos miedos son reales, lo ideal sería que pudieras vivir el momento sin expectativas de lo que tendría o no tendría que pasar.
Sé que se dice fácil y no lo es al momento de practicarlo, pero al menos hay que intentarlo. El punto es que, en los momentos que no estás teniendo relaciones sexuales, y empiezas a pensar en el tema, puedas practicar el sentir la ansiedad que eso te genera, y llevar a cabo un ejercicio de aceptación con respecto a lo que sientes para relajar esas sensaciones.
A la par de esto, vas dejando pasar el pensamiento, sin forzarte a encontrarle una solución, resolver el tema o hacer esfuerzos porque desaparezca. Se trata más bien de que practiques relajación y aceptación en los momentos intermedios a las relaciones sexuales.
Y que puedas decirte a ti mismo “Ya en su momento veré qué sucede, no pretendo controlarlo todo desde ahora”. Llegando el momento, probablemente sientas ansiedad y es lógico, pero es ahí donde puedes poner en práctica lo que ya entrenaste con anterioridad: Relajar el estómago, respirar profundo, permitir las sensaciones incómodas y abrirte sin expectativas del momento.
Detrás del miedo y ansiedad, en relación a este tema existen miedos y causas más profundos, que pueden ser los que los estén originando, revisa qué te hace sentido:
¿Cuál te hace sentido? ¿Identificas otras causas?
Es importante que revises a partir de cuándo o de qué sucesos empezaste con esta ansiedad sexual, para que puedas identificar si hay algo por resolver.
Creo que aprender a meditar con Mindfulness te podría ayudar muchísimo en este tema, para que tengas la práctica de estar en el momento presente, y saber cómo aquietar a tu mente en esos momentos que lo necesitas.
Si vives las relaciones sexuales desde el presente, a partir de una experiencia más sensorial que mental, soltando expectativas y juicios, seguramente que tu relación mejora y va bajando esa ansiedad.
En Desansiedad ofrecemos entrenamientos en Mindfulness, abrimos grupos en diferentes fechas, mantente al tanto para estar enterado del próximo.
Identifica cuál es tu miedo profundo y real
¿Qué es lo que realmente te está dando miedo? Identifica cuál es ese miedo que tienes y pregúntate ¿Qué es lo peor que podría pasar si sucede eso que temes?, para que puedas identificar qué hay detrás.
A lo mejor encuentras que tienes miedo a ser rechazado, abandonado, mal visto, experimentar ansiedad, tener una crisis, no poder controlarte… ¿Qué es?
De esta forma, podrás enfocarte en perderle el miedo a lo que realmente temes en relación a la sexualidadl. En el paso 3 y 4 de Dale alas a la ansiedad, te oriento mejor para poder encontrar esos miedos profundos y resolverlos.
No trates de esconder lo que te está pasando, mientras más tratas de ocultar al elefante rosa en la habitación, más grande se hace y menos te enfocas en ti y en tu pareja. Ahora, cuando hables con tu pareja, aclárale que es algo que estás trabajando, y hazle las peticiones que necesitas en caso de que haya algo que pueda hacer para ayudarte.
Por otro lado, puedes preguntarle cómo se siente en relación a tu desempeño o a su satisfacción, qué le gusta de ti y de tu cuerpo, qué le gusta de lo que haces durante la relación, y en qué puedes recibir una retroalimentación desde su percepción. Ahora, recuerda que es su percepción, quédate con lo positivo que te diga y evalúa si lo que te pide o lo que no le gusta tiene que ver con una necesidad suya o realmente contigo.
Si consideras que este tema ya afectó la relación, si se ha convertido un tema, si tu pareja se siente frustrada en relación a esto, o si te sientes presionado por él o por ella para mejorarlo, entonces… quizás sea buen momento para ir a terapia de pareja y resolverlo.
Muchas veces podemos hablar las cosas entre nosotros, pero nos hace bien tener una perspectiva externa que nos pueda ayudar a resolver estos conflictos.
Si quieres probar nuestra terapia en línea, aquí encuentras nuestros terapeutas.
Todos esos pensamientos de “yo debería de… él o ella debería de…” nada más te meten más presión y no te permiten fluir en el momento. Olvídate de los objetivos alrededor de tener un buen desempeño, lograr un orgasmo o impresionar a tu pareja. Mejor, enfócate en conectar, en sentir, en vivirlo desde el presente, en explorar, divertirte o simplemente pasar un momento agradable con tu pareja.
A medida que sueltes las presiones y expectativas, podrás irte sorprendiendo de lo que sucede, pero es importante que te quites esa presión de los hombros.
Sigue leyendo sobre cómo soltar las expectativas y disminuir las frustraciones
Como te decía para romper el círculo vicioso, a medida que practiques ejercicios de relajación, podrás llegar más relajado a esos momentos, disminuyendo la ansiedad anticipatoria y entrenando a tu mente y cuerpo a estar más en el presente.
Igualmente, en el paso 1 y 2 de Dale alas a la ansiedad, te apoyo con estos ejercicios.
Aquí puedes consultar ejercicios de relajación.
Aunque no lo creas, hacer ejercicio físico que te implique sudar va a ayudar a disminuir las hormonas del estrés y con esto te sentirás con mucha mayor vitalidad, incluso, mejorarás tu libido.
Si te da miedo practicar ejercicio físico por las sensaciones que puedas tener, te recomiendo este video.
Pero además del ejercicio físico hay muchas cosas que puedes hacer para aumentar tu libido, escucha este audio donde te comparto cómo lograrlo.
Vete exponiendo a ir soltando el control poco a poco, a permitirte ser más espontáneo, fluir, y sentir lo que se va presentando. Muchas veces tenemos miedo a las sensaciones que “no controlamos”, y las relaciones sexuales son eso, entrar en un mundo sin mente de sensaciones y disfrute.
Así es que por un lado, date permiso de disfrutar, y ve descubriendo cómo puedes hacer a un lado la mente y el control por un momento, y no pasa nada… no estás en peligro ;)
A la par de todo esto, hay que trabajar en amarte a ti mismo primero, en gustarte, en aceptarte tal y como eres y quitarte esos juicios, etiquetas o cosas que crees de ti mismo que no son verdad, mejorar tu diálogo interior (la forma en la que te hablas) y sentirte suficiente con ser como eres.
Tengo este curso gratis donde puedes hacer varios ejercicios para mejorar tu autoestima.
A medida de que te sientas más cómodo con estar relajado y tranquilo, te sentirás más cómodo al momento de tener relaciones sexuales.
Recuerda. Si estuvieras en un momento de peligro, simplemente ni considerarías tener relaciones, ni prácticamente nada relacionado con comer o descansar, pues más bien tienes que enfocarte en sobrevivir.
Por eso es importante que reconozcas y te sientas a salvo, y poder así estar más tranquilo mientras tienes relaciones.
Incluso es probable que te sientas culpable, o como perdiendo el tiempo, si le dedicas tiempo a algo placentero siendo que tu mente te dice “no no no, hay que protegernos y estar alerta”.
Como puedes darte cuenta, hay muchas cosas que puedes hacer para sentirte mejor respecto a la ansiedad que te están generando las relaciones sexuales, te invito a abrirte paso para darte cuenta de qué es lo que realmente estás necesitando con respecto a este tema y espero que estas recomendaciones que encuentras aquí te sean de utilidad y sobre todo, que las pongas en práctica. Recuerda que si necesitas apoyo más puntual, podemos apoyarte de cerca con nuestro tratamiento y terapia en línea.