En este Post te cuento más sobre cómo viajar en el metro o camión sin miedo.
Estoy segura que muchas personas pueden tener calidad de vida y afrontar los diferentes estresores de la ciudad de México, pero aún así, es un hecho que existe un aumento de factores que estresan a la persona, y creo que no sólo es mi opinión, está más que comprobado.
El metro en especial me parece el símbolo perfecto de cómo viven el estrés los mexicanos chilangos, pues la mayoría va a prisa, si le toca un horario pico van en literal hacinamiento, van al cuidado y defensa de sus pertenencias, escuchando sonidos intensos y diferentes en intervalos no mayores de 1 minuto (vendedores ambulantes, música, ofertas, anuncios del metro, sonido del metro), en ocasiones van por afuera viendo la ciudad y recibiendo la luz del día pero luego entras al túnel y la luz es tenue y el ambiente encerrado, realmente no hay verde a tu alrededor, si tienes suerte disfrutas de un mural o de pinturas artísticas, pero normalmente el ambiente es de colores apagados, estás rodeado de gente, pero realmente nadie habla con nadie, si te toca transportarte largas distancias tienes que cazar un asiento, algunas mujeres van a la defensiva de diferentes abusos que puedan experimentar, entre otros.
Es también un lugar en el que se ha hecho mucha fama de ser peligroso, con escenas de robos y demás situaciones peligrosas, las cuales para una persona que vive de ansiedad, generan en ella mucho miedo y temor a simplemente entrar a ese mundo subterráneo.
Muchas de las personas con altos niveles de ansiedad, desarrollan una fobia a salir de su casa, a estar en lugares encerrados, a estar rodeados de mucha gente, y yo me pregunto, ¿cómo le harán esas personas cuando tienen que transportarse diario a su trabajo en metro? Se que existe un alto porcentaje de personas que viven con ansiedad intensa y que aún así tienen que trabajar para mantener a su familia o simplemente para tener qué comer, y es por eso que aguantan largas jornadas de trabajo en condiciones no del todo favorables, para después subirse un par de horas al metro, tomar la ruta, y llegar exhaustos a su casa al rededor de las 10 de la noche, para dormir unas escasas 6 horas y despertarse para hacer lo mismo al día siguiente.
Son esas personas las que reconozco en el metro cada vez que voy y lo tomo, y he tenido ideas de que en lugar de subirme a vender unos CDs a 10 pesitos, les regale 2 minutos de una técnica de relajación o de atención plena, que hagan contacto con su respiración, que hagan contacto con su cuerpo, que asimilen la inmensa cantidad de sonidos, gente y estímulos que hay a su alrededor, que estén en el momento absorbiendo esos estresores y canalizándolos, pues se que muchos han desarrollado habilidades de inhibición y bloqueo a esos estresores, y me parece que ahí es donde vamos perdiendo contacto con nuestro cuerpo y sus sensaciones, y de la nada, un día de repente llegan sensaciones extrañas que no sabes de dónde aparecieron ni el por qué o para qué de su aparición. Pero yo diría que es por la acumulación de estrés, en el cual ya ni si quiera se dan cuenta de que están.
E igualmente veo el trabajo en las fábricas, sus olores y sus ruidos constantes, y veo como por supervivencia las personas bloquean esos sonidos y ruidos, pero el cuerpo sigue absorbiéndolos, y por eso creo que es mejor estar consciente de todos ellos cada día, para poder procesarlos en lugar de acumularlos.
– no te dejes llevar por la prisa de las demás personas
– recuerda que ir rápido no es lo mismo que ir con prisa (la prisa es un pensamiento “tengo que apurarme”, “no voy a llegar”, “hay mucha gente o mucho tráfico”, “si no llego a tiempo algo malo pasará”.
– tómate tiempo de sobra para realmente no caer en ir con prisa
– presta atención a los estímulos que estás recibiendo, no intentes bloquearlos, tus oídos siguen escuchando, tus ojos siguen viendo, tu cuerpo sigue sintiendo
– haz contacto visual con las demás personas y sonríe de vez en cuando
– reconoce lo que te hace sentir incómodo o temeroso, obsérvalo, siente cómo reacciona tu cuerpo y déjalo fluir
– aprovecha que estás sentado “esperando”, cierra los ojos haz ejercicios de contactar con tu respiración y con tu cuerpo
– lleva cambio para ayudar a los que conmueven tu corazón (no permitas que se endurezca o que se vuelva indiferente ante la necesidad, dar a los demás te ayuda a sentirte mejor), o simplemente observa quién necesita ayuda o tu lugar, y haz lo que te dice tu intuición.
– aprovecha los momentos de contacto físico con otras personas como oportunidad de ser tocado
– llévate un buen libro o libros de juegos que impliquen destreza mental (ten activa y presente a tu mente).
– identifica las botanas que te gustan que puedes acceder ahí adentro y date gusto de vez en cuando
– aprovecha ese tiempo para reflexionar sobre algo que le has estado dando vueltas, pero con la intención de llegar a una solución o siguiente acción
– hidrata tus ojos constantemente, normalmente se resecan mucho y no te das cuenta
– date tiempo para ti mismo saliendo de tus actividades o del metro, para re contactar contigo, sacudirte las diferentes energías, tomar agua, y seguir adelante.