La mayoría de tu personalidad se formó por el ejemplo que observaste a tu alrededor, ya sea para imitar o para evitar; es nuestro estilo de aprendizaje más significativo.
Aquí te comparto los 15 mejores ejemplos que puedes darle a tu hija, los cuales ayudarán a protegerla de la mayoría de los padecimientos emocionales como: depresión, ansiedad, codependencia, inseguridad o baja autoestima, entre otros.
Como mamá, de un día para el otro, tus hijos se vuelven tu prioridad, y realmente lo único que quieres es estar ahí a su servicio, dar, dar, dar y dar. Y de un día para el otro, te encuentras cansada, aturdida o irritable, ¿por qué? porque has perdido el equilibrio entre tú y los demás.
Necesitas estar en equilibrio entre los demás y tu misma, y en medida de lo posible, continuar con actividades personales que te proveen de descanso y satisfacción. También date chance de disfrutar de tu soledad de vez en cuando, y así tu hija aprenderá que es suficiente estar con ella misma.
Para esto, va a ser necesario que te atrevas a hacer un alto de vez en cuando en tu día y en tu vida. Yo sé que lo único que quieres es ser un roble y que nada te afliga, ser todo poderosa y exitosa, pero parte de ser exitosa, es permitirte hacer un alto de vez en cuando. La debilidad no tiene nada que ver con descansar ni con enfermar, tiene que ver con que eres humana. Así es que de vez en cuando recuerda que además de ser “superwoman” eres una mujer terrestre como las demás.
Esas veces que se te cae la taza y te dices “ay qué wey soy”, “no puede ser, otra vez se me olvidó, ¿qué no aprendo?, “ah que torpe soy”. Todo eso lo que hace es fomentar la vergüenza y culpa en tu hija, y por más que tu le digas que se tiene que hablar bonito para tener buena autoestima, si un segundo después te ve hacerlo a ti misma, con eso se quedará.
A veces como mamá, me imagino que quisieras casi casi no sentir emociones, es parte de querer ser esta imagen perfecta e inmutable para tu hija, pero precisamente la perfección se encuentra en permitirte sentir emociones, en contactar con tu vulnerabilidad y expresarlo con asertividad.
Ponle nombre a tus emociones, y compártelas con tu hija, no porque lo hagas significa que tu hija sentirá lo mismo, por el contrario, lograrás que cuando sienta esa emoción sabrá qué hacer al respecto y no se sentirá avergonzada o asustada por sentirla.
Cómo pretendes que tu hija sea sana y vigorosa, ¿si te observa a ti descuidarte? Cuidar tu cuerpo implica que comes con tranquilidad, despacio y sin atiborrarte, que haces ejercicio y que escuchas lo que necesita tu cuerpo y se lo das. Si tu hija te observa cuidar tu cuerpo, le será mucho más fácil cuidar el suyo por el resto de su vida.
Y por otro lado, si constantemente estás queriendo cambiar tu cuerpo, hacerte cirugías, evitar las arrugas o las canas, tu hija empezará a buscar qué aspectos de su cuerpo cambiar. Observa el video de la siguiente liga para que te quede más claro de los riesgos de esta situación:
Las mujeres actuales, dentro de esto de ser “todo poderosas”, nos hemos olvidado de nuestro lado femenino. Tu lado femenino no es nada más ponerte tacones y alaciarte el pelo, es dedicarte a actividades que nutren, que generan vida, alimentan, embellecen, proveen de calidez al ambiente y al hogar. Tu lado femenino es la que te inspira a sembrar, abrazar, hacer cosquillas y llenar de velas la casa. Y de vez en cuando hay que pasar del “soy productiva”, al… “nutro mi vida”.
Sea de tu suegra, pareja, mamá, hermanos, desconocidos… si tú no le pones un límite a los demás, tu hija creerá que está bien ser abusada, con tal de ganar el amor, aprobación y cariño de los demás. Poner límites con amor es simplemente declarar lo que te gusta, lo que no y tomar elecciones claras sobre lo que quieres que suceda en tu vida.
De vez en cuando, déjate consentir por tu hija, ayudar por tu esposo, consentir por quienes te rodean. Deja que el señor del súper te guarde las bolsas en la cajuela más seguido; que tu hija te ayude a bajar la más ligera. Una que otra vez acepta que no puedes con algo, sin culpa y sin vergüenza, simplemente así como es.
Creo que el error más grande que cometemos como mamás, es crearnos una súper máscara y barrera ante nuestros hijos, pues claro, es por lo mismo de querer ser el mejor ejemplo, incorruptible y perfecto, y creemos que así nuestros hijos lo serán. Pero no es así, somos humanos, y lo mejor que puedes hacer por tu hija o hijos, es tener un vínculo de amor sincero, honesto y congruente, en el que te dejas ver tal y como eres, con espontaneidad y transparencia.
Esto significa que pones tu música favorita y las cantas con ella, que te dejas bailar, reír y ser chistosa y ocurrente frente a ella, que te dejas volver a jugar y disfrutar del momento presente tal y como es. Es cuestión de dejarte fluir y seguir explorando la vida y cada día como si fuera el único y mejor día de tu vida.
A veces como mamás desahogamos con nuestras hijas nuestras frustraciones, sospechas o enojos. Has de saber que suposiciones son sólo eso, suposiciones, y que es mejor averiguar cuál es la realidad, en lugar de andar viendo leones donde sólo hay gatitos. Así es que dale el ejemplo de ser realista, de evitar magnificar las cosas o de estar segura de lo que los demás piensan o lo que va a pasar después, pues la limitarás de descubrir la vida a su manera.
En verdad te lo digo, cuando tu vida se trata de andar hablando de los demás (y de gente que ni conoces), le mandarás el mensaje directito a tu hija de que tu vida y la de ella son menos importante, que lo que importa es andar al pendiente de los demás, y esto con el tiempo se traduce en inseguridad y complicaciones existenciales.
Que si la mamá de fulanita tiene una mejor camioneta, o el disfraz de halloween le salió mejor a la otra mamá, o que si el papá de la otra mujer sí la lleva a pasear… cualquier comparación que hagas frente a tu hija, le mandará el mensaje de que no es suficiente ser como es, que hay que andar viendo qué me falta, y llegará a creer que todas las demás familias son más bonitas que la suya, y cuidado, pues podrá compararte a ti con otras mamás, y eso sí que no querrás que suceda ¿verdad?
Si estás enojada con tu pareja, ve a terapia o por un café con tus amigas. Hablar mal de tu pareja con tu hija, le pondrá la semillita (que muchas mujeres traemos), de que los hombres son inferiores, inútiles, buenos para nada… y con esto, es la mejor manera de decirle los hombres buenos no existen, a menos que encuentres a tu príncipe azul, y buscará a su príncipe azul toda su vida, desilusionándose cuando vea que ese príncipe tiene mala letra (o cualquier otro defecto), y sobre todo, perdiéndose de la oportunidad de enamorarse de un hombre tal y como es.
Además, la pondrás entre la espada y la pared para elegir bando, y como los ama a los dos, la meterás en un verdadero conflicto emocional.
Me parece que esto es lo más importante, si dejas de ir por tus sueños por tus hijos, llegará el día en que no sabrás quien ser sin ellos, dejarás de saber ser mujer, sólo sabrás ser mamá, y en el momento que tengas que dejar de ser la mamá que cuida y se desvive por tus hijos, no sabrás qué hacer.
Ve por tus sueños y comparte esos sueños con tu hija, y le enseñarás que se vale soñar, y sobre todo, que se vale ir por ellos, que se vale ser auténtica y lograr lo que se quiere, que se vale ser feliz y hacer todo lo que se desea, incluyendo tiempo para la familia, para ti misma y para tu trascendencia.
Déjate llevar por tu intuición en el arte de ser mamá, sé auténtica y al mismo tiempo consciente de tus acciones y tus palabras, que tu hija sea tu mejor oportunidad para recordar cómo amarte y enseñarle a hacer lo mismo.