Una circunferencia alrededor de tu cuerpo, el cual necesitas para tu propio bienestar y equilibrio.
Durante la ansiedad pasa algo curioso, por un lado no quisieras estar sólo, y por el otro lado, lo necesitas, aunque no sepas que lo necesitas.
Te platico que ayer tomé un vuelo y a lado de nosotros venía una chica que la estaba pasando mal, se le bajó la presión y se veía un poco inquieta, su mirada estaba fija hacia enfrente, sus rodillas se dirigían al pasillo principal y sus brazos estaban caídos. Mientras que a lado de ella, estaba su novio, totalmente dirigido hacia ella, bien intencionado pero prácticamente encima de ella viéndola constantemente durante 2 horas de vuelo, mientras que repito, ella veía hacia el frente.
La verdad no me animé, pero tenía muchas ganas de pararme y decirle a él “por favor dale su espacio”, y a ella.. “relaja tu estómago, respira profundo, esto va a pasar”. No lo hice pues todavía no doy ese salto a dar ayuda cuando me la piden jejeje pero… quizás ella pueda estar leyendo esto o quizás tú has estado en una situación parecida.
Al verla a ella me acordé de esos momentos en los que yo pasaba por crisis de ansiedad y al mismo tiempo que no quería estar sola, me sentía sofocada por tener toda la atención de las personas que me rodeaban, y más si tenía cercanía de sus cuerpos sobre el mío. Pero al mismo tiempo, no podía pedir mi espacio, pues ni si quiera sabía que lo necesitaba.
La realidad es que en esos momentos sí necesitas tener tu espacio, necesitas espacio para respirar, para contactar contigo y para relajarte, y sí necesitas enfrentarte a separarte un poco de los demás, y dejar de hacer de tus sensaciones y tu malestar el centro de atención de los demás, y más bien, aislarte y sí ponerle atención tú mismo a lo que sientes pero para resolver, más no para agrandar la preocupación.
Y seguramente, además de estos momentos de ansiedad, necesitas espacios vitales contigo mismo, donde reconectes contigo y descubras qué necesitas, qué te está pasando y qué puedes hacer para sentirte mejor. Pero si todo el tiempo estás con los demás, pegado a ellos y con la atención puesta en ti… quizás se aumente tu sensación de falta de aire.
Te platico que en la guía de Dale alas a la ansiedad tengo todo un apartado de los equilibrios que necesitamos en nuestra vida, y uno de ellos es “tiempo conmigo y tiempos con los demás”. Y te confieso que últimamente yo no tengo muchos tiempos conmigo misma y de verdad que los necesito, y por eso los busco y los seguiré buscando, pues estar contigo mismo puede funcionar para recargarte y después salir y compartir, o bien, si eres extrovertido, quizás estar con los demás te recarga pero después también necesitas tiempo contigo para aterrizar.
El punto es que todos somos en alguna medida introvertidos y extrovertidos, y durante la ansiedad pasa que necesitamos ir un poquito más a nuestro interior para descubrir qué necesitamos y tomar las riendas de eso que necesitamos, dejando de esperar que los demás nos resuelvan, pues en los demás no está la solución. Sí es válido pedir apoyo, pedir que te agarren de la mano mientras que cierras los ojos y sientes tu cuerpo, pero insisto, la solución está en tu interior en cuanto a que tú necesitas relajarte por ti mismo y resolver la situación.
Una capacidad que he estado desarrollando es la de poder estar en ese contacto conmigo misma mientras que estoy con los demás, pues con mis antecedentes de codependencia donde ponía toda mi atención en otros no es tan fácil, y después con la ansiedad, tendía a poner toda mi atención en mí y nada en los demás. Yo estoy segura que eso fue parte de irme al otro extremo para poder después equilibrarme. Así es que te recomiendo trabajar conmigo en esta capacidad donde te sientas en tu centro, contigo y cómodo al mismo tiempo que estás con los demás, capaz de resolver tus propios asuntos internos sin la necesidad de traer toda la atención de los demás hacia ti pero sí pidiendo asertivamente lo que necesitas de ellos. Es un equilibrio que se mueve y es flexible… pero por ahí va.
Así es que en conclusión, intenta tener momentos de estar contigo, simplemente estar, sin hacer otras cosas, en silencio y apartado de otros para que después puedas salir y compartir desde tu centro de equilibrio. Y después, intenta que en los momentos de ansiedad o de nervios, pidas tu espacio físico vital para poder respirar y poco a poco lograr que se quite tanta atención de los demás a tus sensaciones o malestar, pues desde mi perspectiva, eso no ayuda del todo.