La hipocondría o miedo a enfermar es algo más común de lo que te imaginas; los altos niveles de ansiedad hacen que tengamos miedo a enfermar.
Es uno de los trastornos de ansiedad (y has de saber que tras-torno significa que estás girando para el lado contrario de tu bienestar) caracterizada por la obsesión y miedo a tener enfermedades físicas, casi siempre, de índole terminal. Cuando tienes miedo a enfermar, parece que por más doctores que visites, no logras estar tranquilo, y esa misma intranquilidad, aumenta la ansiedad y con eso, el miedo a enfermar. Generando así un círculo vicioso, el cual es importante que aprendas a interrumpir.
En mi experiencia clínica, he podido platicar con muchas personas “diagnosticadas con hipocondría” o simplemente, con miedo a enfermar sin saber que eso es hipocondría, y he podido observar varias causas a la misma:
Principalmente, el estar acostumbrado a querer tener todo bajo control y negarte la oportunidad de sentir tus emociones fuertes.
Como todo en esta vida, obtenemos ventajas. Y las ventajas de la hipocondría es que te distraes de no ponerle atención a lo que realmente necesita tu atención (emociones dolorosas, cambios en tu vida). Entonces, es mejor enfocarte en que algo anda mal en tu cuerpo, en lugar de darte cuenta que algo anda mal en tu vida y en cómo estás tomando las decisiones.
Es precisamente por eso que se hace obsesivo el asunto, pues mientras más me obsesiono en la enfermedad, menos atención le pongo a lo demás. Y lo demás… tu vida, necesita de tu atención, pero por algo no se la has estado poniendo.
Casualmente, al mismo tiempo, la hipocondría te sirve para llamar la atención de los demás, de tus papás, de tu pareja o de tus compañeros de trabajo. Y digo casualmente, pues tú eres quién necesita ponerse atención, a ti, a tu vida y a tu cuerpo, pero te las arreglas para que sean los demás quienes te la pongan (al final del día la necesidad busca ser cubierta).
Siguiendo un poco el punto anterior, ¿qué pasaría si realmente enfermaras? quizás sería la única forma en la que te saldrías de tu trabajo y podrías ir a trabajar, o sería la única forma en la que podrías bajar la guardia y dejarte querer y consentir, o sería la única forma en la que podrías mandar las responsabilidades a volar y dedicarte a disfrutar de la vida, o sería la única forma de justificar que has sido víctima en esta vida.
Pregúntate esto, y quizás la respuesta que obtengas, es lo que en el fondo estás necesitando hacer, y ahora cuestiónate sobre eso que estás necesitando hacer y encuentra la manera adulta, responsable y consiente de satisfacer lo que estás necesitando (descanso, cambio de rumbo, bajarle al ritmo, dejar de controlar, dejarte querer).
Cuando tu mente se torna obsesiva, vas a encontrar todas las pruebas, justificaciones y razones con las cuales demostrar que sí tienes una enfermedad, a tal grado, que tu mismo cuerpo puede empezar a somatizar (Convertir inconscientemente un trastorno psíquico en una dolencia física) toda esa tensión y emociones que traes dentro, convenciéndote aún más de que estás enfermo.
Y claro, la tensión tiene que salir por algún lugar… y normalmente, casi que en un 100% de las veces, si no sale a través del llanto, acciones o palabras, saldrá a través de malestares físicos.
Pero lo más probable, es que no estés físicamente enfermo, que sean tus emociones y la tensión de las mismas las que te están generando la sospecha a esos síntomas.
Claro que la mejor opción es ir a una terapia cognitivo conductual que te ayude con la obsesión, y a la par, o mientras tanto, te recomiendo lo siguiente:
Es muy probable que tengas rituales en donde revisas tu cuerpo, en búsqueda de esos síntomas o señales de peligro. Entonces, te recomiendo que registres cuántas veces al día o a la semana lo haces, y que vayas disminuyendo ese número cada semana, dejando de hacer un ritual por semana. Y cuando no lo hagas, necesitas practicar ejercicios de relajación.
Recuerda que si tu buscas “enfermedad” google te dará más “enfermedad”. Google es algo así como el Universo, que te responde lo que estás buscando. y te aseguro que no estás buscando “cómo ser más sano”, estás buscando… “pruebas de que tengo cáncer”. Entonces, claro que te vas a seguir convenciendo de lo mismo. Por eso te recomiendo que busques lo contrario a lo que estás buscando o que simplemente dejes de buscar.
Necesitas confiar más en tu cuerpo, creer que él sabe lo que hace, que es infinitamente sabio y que nació para ser sano y para mantenerse así. Tu cuerpo quiere sobrevivir y estar en equilibrio y bienestar, ese bienestar lo pierde cuando la mente interviene con sus programas mentales contraproducentes y cuando te guardas emociones en tu interior, así es que el problema no es tu cuerpo, enfócate en lo que realmente necesitas enfocarte: aprender a usar tu mente y tus emociones.
Ya sea el dolor de haber perdido a un ser querido por una enfermedad, o el dolor emocional de otro pérdida o simplemente el estrés diario que experimentas… necesitas enfrentarlo, aceptarlo, verlo, sentirlo y después transformarlo hacia tu exterior, ya sea hablando, pintando, bailando… lo que sea! pero no lo dejes dentro… pues, solamente te está generando más de lo mismo.
¿Qué tal que en lugar de registrar todas las señales de enfermedad, registras todas las señales de salud? y quizás te preguntas…¿cuáles son las señales de salud? y no te preocupes, es normal que no las conozcas, no estamos acostumbrados a registrar o identificar la salud, estamos acostumbrados a identificar la enfermedad. Pero date cuenta, el color de tus mejillas, la humectación de tu boca, tu tono muscular, tu cabello, tu digestión… en todos esos lugares puedes encontrar signos de salud.
Y no lo minimices, o sea, no porque un día estuviste mal de la panza, ya estás mal de la panza. Sé objetivo y registra tus signos de salud tanto los de “enfermedad” y ve realmente cómo estás.
Y además de esto, simplemente entra al mundo de la salud y salte del de la enfermedad, claro, si es que realmente quieres estar sano.
Y creo que este es el punto más importante, pues la hipocondría es un llamado de atención al mundo, tanto de tu cuerpo como de ti mismo, y quien se la debe de poner, eres tú a ti, de ti para ti. Así es que ten espacios para estar contigo mismo, para hacer cosas que te den satisfacción, para poner en orden lo desordenado, para tomar las decisiones que sabes que necesitas tomar, hablar contigo y escucharte… eso es lo que realmente necesitas.
Por más estudios o doctores que visites, nadie logrará convencerte de que estás sano más que tu mismo, pero por alguna razón no quieres convencerte. Así es que descubre esas razones que se esconden detrás de todo esto, y decide convencerte a ti mismo y realmente creer la realidad de que no tienes ninguna enfermedad. El visitar doctores y sacarte análisis es un reforzamiento a la hipocondría, cada vez que lo haces te alejas más de sentirte tranquilo (aunque tu creas que eso te da tranquilidad), es como fumarte un cigarro cuando sientes intranquilidad, te da tranquilidad por un segundo, pero después la intranquilidad por fumar regresa.
Y no es que estés intranquilo, es que te pones intranquilo porque quieres fumar. Lo mismo pasa con la hipocondría, te pones ansioso porque te quieres checar, lo haces y te relajas por un momento, pero después vuelve y hasta más fuerte.
Te llega la preocupación o el pensamiento de que puedes estar enfermo, e inmediatamente quieres correr a revisarte al baño, al estudio, al doctor o en google. Y aquí lo que te recomiendo es que cuentes hasta 10, pero realmente, cuenta hasta 30, mientras que relajas tu estómago, respiras profundo y te dices a ti mismo la verdad “ya me he revisado muchas veces, no tengo nada, es mi mente obsesiva que me hace pensar esto, seguro estoy queriendo negar alguna emoción…¿cuál es? ¿en realidad que me está preocupando?”.
Y entonces, enfrentas lo que realmente necesitas enfrentar, un enojo o una tristeza.
La hipocondría o miedo a enfermar es un truco de tu mente que te desvía de lo que realmente necesitas atender, no estás enfermo y ese no es el punto aquí, el punto es todas las emociones y tensión que no estás atendiendo, y que cuando lo hagas, el miedo a enfermar disminuirá por sí sólo, pero claro, también necesitas resolver este miedo en específico.
Puedes continuar con mi otro post Cómo superar las crisis emocionales