Cualquier malestar estomacal tiene relación directa con el estrés.
El sistema digestivo está íntimamente relacionado con el estrés, digamos que son como uña y mugre, uno no puede existir sin el otro. Básicamente, para tener un sistema digestivo sano necesitas tener bajos niveles de estrés, y en cuanto este se aumenta, de lo primero que nos lo hace saber es nuestro estómago. Por eso el malestar estomacal, como la gastritis por estrés, colitis por estrés, u otros malestares del estómago, pueden llegar.
Cuando tu cerebro percibe que estás en algún tipo de peligro, activas tu sistema interno de alarma (sistema simpático) y lo que hace éste sistema es mandar la señal a tu estómago de que detenga toda actividad. Lo hace porque necesita energía para atacar o huir, y el estómago lleva mucha energía para funcionar, por eso lo pone momentáneamente en pausa.
Después de que pasara el peligro, tu sistema digestivo se reiniciaría, pero dependiendo de qué tan fuerte fue el shock, serán las consecuencias.
Como te digo, toda la actividad digestiva necesita de mucha energía, y cuando vives bajo altos niveles de estrés, tus niveles de energía están agotados, por lo que digamos que no alcanza o no es suficiente para todo lo que se necesita hacer a nivel estomacal.
Con el estilo de vida que llevamos, hemos hecho de alimentarnos un simple acto de comer, llevar alimento al cuerpo para tener energía, y ya sea que lo hacemos en exceso, o deficientemente, pero hemos perdido el ritual de la alimentación en la que cada comida tiene sus etapas por las que vamos pasando tranquilamente. Desde el hecho de que no cultivamos nuestros alimentos y que la comida rápida está a la mano, el acto de alimentarnos se ha visto desconectado de nuestras raíces.
Esto genera que no le demos el tiempo necesario a digerir, que hemos perdido la capacidad de identificar los diferentes tipos de hambre, y básicamente, que no disfrutemos de éste acto tan increíble.
Y claro que la calidad de los alimentos influye, al igual que la variedad de los mismos. Si tenemos una alimentación demasiado rutinaria y de baja calidad, no es de extrañarnos que tengamos problemas digestivos.
Nuestro sistema digestivo es sumamente sabio, de hecho se dice que nuestros intestinos tienen células que funcionan independientemente del resto del cuerpo, y mantienen un nivel de inteligencia importante. Por esto mismo, nuestro estómago nos manda señales de cuándo y cuánto necesitamos comer, por eso es que dejamos a los bebes comer a libre demanda. El problema es que hemos querido ajustar nuestro estómago a los horarios, cuando debería de ser al revés.
¿Cómo sería tu día si ajustaras tus horarios a lo que tu estómago te pide?
Claro… un estómago sano y no ansioso
Ya está claro que la relación entre estómago y estrés es directa e intrínseca, entonces, para ayudarnos a resolver esta situación te propongo lo siguiente:
Come en paz
Creo que es una prioridad que en los momentos que comas lo hagas en paz, haz lo que sea necesario hacer para lograrlo, si es salirte del lugar en el que estás y buscar un lugar bonito, apagar la televisión, encontrar nueva compañía… no se, pero hazlo en paz.
Come con consciencia plena
Obviamente que lo que más recomiendo es comer con mindfulness, o sea, con todos tus sentidos puestos en lo que estás haciendo, sintiendo el sabor, la textura, el olor, y sobre todo, cómo responde tu cuerpo cada vez que introduces un alimento.
Elige mejor tus alimentos
Cuando cambiamos el tipo de alimentos que comemos, al principio pareciera que no son tan ricos o atractivos al paladar, pero créeme que con un par de meses disfrutarás muchísimo más de comer sano y natural. Si estás acostumbrado a la comida rápida o engordativa, estás de cierta forma sedado en tu paladar, y en cuanto lo desintoxiques verás que todo te sabe más y mejor.
Date mínimo 45 minutos para cada comida
No sé lo que tengas que hacer, pero eso de comer en 15 minutos mientras caminas de una cita a otra o en el coche, te está haciendo daño, así es que organiza tu día en función de que puedas comer por lo menos durante 45 minutos, no estarás masticando los 45 minutos, sino que te des tiempo de descansar el alimento también, y de elegir con más calma.
No dejes pasar mas de 4 horas entre comidas
Esto me parece que es de lo más importante, cuando tu dejas pasar más de 4 horas, le estás diciendo a tu cuerpo que active la alarma interior de que “algo anda mal”, por eso aunque sea algo chico o sencillo pero come cada 4 horas.
Por nada del mundo te saltes el desayuno
Si algo me enseñó Andrea Triana es que el alimento más importante para disminuir el estrés es el desayuno, pues cuando despiertas necesitas recibir durante la próxima hora algo de energía, de lo contrario, empiezas a segregar cortisol.
No se trata de dietas, se trata de estilo de vida
De verdad te recomiendo que te olvides de las dietas y mejor te enfoques en mejorar tu estilo de vida y tu estilo de alimentación, para que dejes de mandarle tantos mensajes a tu cuerpo, pues cuando haces dieta todo va bien, pero el fin se vuelve una locura y en 2 meses ni se diga. Así es que mejor empieza por elegir otros alimentos, comer seguido y disfrutar de lo que comes sin culpas.
El punto más importante
En el momento que vivas con menos estrés, vivirás con menos problemas digestivos. Así es que lo más importante es que hagas todo lo demás que hemos venido platicando aquí en desansiedad para que tus niveles de estrés bajen, y con esto, tu sistema digestivo se mejore.
Específicamente necesitas trabajar con lo siguiente para bajar tu estrés:
Comer es placer
Si en tu vida, por alguna razón, no estás disfrutando, tu estómago lo reflejará. Así es que convierte tu vida en algo que disfrutas, y verás que tu gastritis desaparece.
Date cuenta cómo los productos para problemas digestivos son los más vendidos en las farmacias, esto es porque definitivamente nuestro estilo de vida va en contra de un estómago feliz. Para realmente sanar tu digestión, tendrás que empezar a salirte de ese estilo de vida que hace daño, empezar a llevártela más tranquila, organizar mejor tus tiempos y tener una vida más feliz.