El requisito más importante es que realmente, de corazón creas que es tiempo de relajarte.
Para no darle vueltas al asunto te lo digo directo: el requisito más importante es que internamente, realmente, de corazón y absoluto convencimiento, creas que MERECES darte el TIEMPO para RELAJARTE.
Que realmente creas que relajarte es igual o más IMPORTANTE que activarte, que sea una PRIORIDAD para ti, no algo importante; una prioridad.
El punto es que he observado a mi alrededor que para darnos permiso de relajarnos, tienen que ser vacaciones, o has de haber salido de tu trabajo más tarde de lo normal o cumplido con todos tus deberes.
No sé en qué momento nos hicimos a la idea de que teníamos que “ganarnos el derecho a relajarnos”, como si fuera un plus o un premio por el alto rendimiento y esfuerzo que tenemos.
Y entonces, confundimos lo que es relajación y pensamos que es distracción, alcoholizarnos o salir de fiesta. Eso no es relajación, eso es distracción, alcoholizarte y salir de fiesta…sin embargo, a veces ni si quiera de eso nos damos permiso porque tenemos la conciencia intranquila y no nos damos el permiso de hacerlo.
Por eso te quiero invitar a que realmente le des la prioridad y el lugar que tiene el que te puedas relajar en tu día a día, diario. No hasta que llegue la noche, sino en medio de tu día, inclusive, empezando el día.
Imagínate que antes de empezar tu día te relajaras y que en medio de cada una de tus actividades recuperaras tu equilibrio interno y te relajaras, que no te permitieras ir todo el día corre y corre, que no te esperaras a que te dieran permiso para tomarte un día de descanso.
Imagina que escucharas a tu cuerpo y que cuando lo encontraras tenso te dieras un momento de descanso; que no tuviera que ser tu cumpleaños para regalarte un masaje, que fuera parte de tu rutina semanal darte un baño con velas y música de relajación de fondo, que igual cuando te tomas un vaso de agua cuando tienes sed, cierres tus ojos y relajes tu respiración cuando te encuentres tenso.
Imagina por un momento ¿cómo sería tu día si realmente te dieras permiso y te sintieras merecedor de estar relajado y relajada? ¿de darte esos momentos? ¿cómo manejarías el coche? ¿cómo caminarías por la calle? ¿cómo esperarías en las filas del banco y del súper? ¿cómo te irías a dormir?
El punto al que te quiero llevar, es que veas si en el fondo generas y acumulas tensión porque sientes que no puedes relajarte por alguna idea equivocada de que no lo mereces, de que tienes que ir igual que los demás corriendo, apretando el paso y pensando en qué otra cosa más tienes por hacer, de que antes de relajarte necesitas hacer todo lo que está en tu mente. Y si este es tu caso, lamento informarte que presentas productivitis o la culpa de no hacer nada.
Pero… ¿qué pasaría si por un momento te fuera suficiente con lo que ya hiciste? y… ¿qué pasaría si confiaras en que eventualmente harás lo demás pero que puedes darte un momento de relajación?
La lista de cosas por hacer y los pendientes son algo constantes, como dice Marinela (quien te responde los mensajes aquí en el blog) “el cesto de la ropa sucia está constantemente lleno, y enfocarte en vaciarlo para estar tranquila es imposible”.
Y yo también te diría que el cesto de la ropa sucia sirve para guardar la ropa sucia, no es para estar vacío y limpio, es para guardar la ropa sucia. Igual que a veces nuestra mente está para decirnos todo lo que necesitamos hacer, pero no hay que pretender que esté totalmente vacía para darnos el permiso de relajarnos, hay que darnos ese permiso aún y con pendientes por hacer.
Aunque claro, sí puedes vaciar tu mente con la técnica de vaciado de mente.
Es por todo esto que antes de compartirte herramientas y ejercicios de relajación, has de estar bien pero bien seguro de que mereces relajarte, de que no tienes que ganártelo con tu esfuerzo y de que más que un lujo, es una inversión.
Pues ¿cómo harás todo lo demás que tienes que hacer si estás cansado? ¿con qué mente te podrás enfocar si estás tenso?
Relajarte a nivel físico y mental es una inversión para poder hacer todo lo demás, quizás si lo ves de esta forma ya no te sientas tan culpable de hacerlo…
De todas formas, mi punto es que no tienes por qué sentirte culpable de darte y generarte lo que necesitas para que tu cuerpo esté en equilibrio. No tienes que esperarte a que tengas algún síntoma o gripa que te impida moverte para decir en tu trabajo que necesitas una tarde, o para pedirle a tu familia que se las arreglen solos sin ti por medio día por lo menos a la semana.
Y todo esto te lo comparto pues el sábado pasado tuve una despedida de soltera fuera de mi ciudad, y por esta razón le pedí a mi esposo que se quedara a cuidar a mi bebé y le pedí a una niñera que les ayudara. Pero… quizás si el plan hubiera sido irme a dar un masaje y desayunar con mis amigas, honestamente… no lo habría pedido.
Pero de camino de regreso a mi casa reflexioné sobre todo esto, de cómo lucho por “merecer” esos momentos y esos momentos han de ser justificables, algo que no sea negociable como un compromiso familiar o social, una gripa o una rodilla lastimada.
Yo hago esto y en general lo hacemos como seres humanos, hacemos de nuestras propias necesidades algo negociable, algo que puede esperar, algo que no es prioridad.
Y por eso te invito a que me acompañes a que no sólo como mamá o como papá, sino que como ser humano, le des esa prioridad a tu bienestar y pidas los espacios y momentos que necesitas para tener 5 minutos de paz interior en el día o un fin de semana para ti.
Aunque en realidad te digo, que no hemos de esperar a la noche o al fin de semana para hacerlo, ha de ser algo que procuramos como algo normal en nuestra cotidianidad.
Así es que ya sabes, para poder relajarte, has de creer que mereces hacerlo y hacer a un lado la culpa que la productivitis te ha hecho generar en tu interior.