En este post te comparto las razones por las cuales el autocuidado es fundamental para superar la ansiedad y cómo pasar de una actitud de descuido a cuidarte a ti mismo.
¿Sabes qué es el autocuidado? Yo en lo personal me tardé varios años en ir descubriendo lo que realmente significa cuidarme a mi misma en todos los aspectos, y no desde una actitud de autodefensa (como normalmente lo hacía) sino desde un verdadero amor por mi misma.
Y ahora siendo mamá, he podido ver aún más la importancia del autocuidado, no como algo esporádico que se da de vez en cuando, sino como algo que he ido integrando como parte de mi rutina semanal.
Al crecer con carencias físicas, económicas y sobre todo, emocionales, y al tener una personalidad más enfocada en dar a los demás que recibir, en lo personal no sabía cómo cuidarme a mi misma, por eso, si no lo haces, no te juzgues o te culpes, es algo que necesitamos aprender, practicar y desarrollar.
La buena noticia es que mientras más te cuidas, más ganas de te dan de seguirlo haciendo y entramos en un circulo virtuoso positivo para nuestro bienestar.
Es por eso que el autocuidado forma parte fundamental del segundo paso de Dale alas a la ansiedad, ya que para recuperar el equilibrio en nuestro cuerpo y en nuestras vidas, hay que empezar por cubrir nuestras necesidades más básicas.
Es ver por ti mismo, cubrir tus necesidades, tanto las físicas como las emocionales, es evitar el desgaste y la acumulación de tensión, es hacerte tu prioridad, sabiendo que no es narcisismo ni egoísmo, sino lo más inteligente que podemos hacer, pues, ¿cómo vamos a ser útiles para algo o para alguien más si estamos todos desgastados y agotados?
El autocuidado se da cuando dejas de esperar que alguien más venga a cuidarte o darte lo que necesitas, y empiezas a asumir la responsabilidad sobre eso.
Es reconocer que eres ser humano, no robot.
Es saber tus alcances, tus límites y esas necesidades específicas de tu personalidad. Como por ejemplo, al yo tener una tendencia a la introversión, tengo la necesidad de tener un espacio para mi en el que encuentre silencio y poca estimulación, y entonces, he de recrearme estos momentos a lo largo del día para mantenerme en equilibrio, y lo hago con gusto, no con obligación.
A veces pensamos que hacer las cosas que necesitamos es un lujo, algo que no merecemos o que tendríamos que esforzarnos por merecer. Pero no, en realidad es una necesidad, pues será lo que te permitirá cubrir las demás necesidades.
Cuidarte a ti mismo es ir por esa cobija cuando tienes frío, hacerte el te cuando te sientes cansado o con dolor de estómago, ir al súper con anticipación para tener comida sana en tu refrigerador, no involucrarte en relaciones potencialmente tóxicas, irte del bar a la hora que sabes que ya llegó tu limite, meterte a bañar a pesar de que la casa se caiga en pedazos, pedirle a tu pareja que te ayude a dormir un poco más por las mañanas… etcétera etcétera.¿Qué pasa cuando no te cuidas a ti mismo?
1. Vas acumulando tensión emocional y cansancio físico, lo cual te tendrá irritable y enojado sin saber por qué.
2. Si no te cuidas porque estás al pendiente de alguien más, irás acumulando molestias y enojos hacia esa persona o hacia quienes te “tendrían que estar ayudando”.
3. Te irás desconectando de ti mismo, sin saber qué necesitas en diferentes momentos, y eventualmente, tu cuerpo te mandará algún mensaje para hacerte notar lo que necesitas.
Básicamente eso, nos desgastamos, nos enojamos y dejamos de funcionar en nuestro equilibrio e ideal.
También por varias razones.
1. La ansiedad normalmente trae emociones acumuladas debajo, una de ellas es el enojo, si te la vives cuidando a otros menos a ti mismo, sí o sí, sin que te des cuenta, estarás acumulando un enojo en secreto no expresado, el cual generará tensión emocional, y a la larga ansiedad. Así es que si dejas de esperar que el otro te dé tiempo para cuidarte, o haga por ti lo que necesitas hacer por ti, entonces dejarás de acumular enojos y eso te ayudará a sentirte con menos tensión emocional.
2. El estrés y la ansiedad también se originan cuando nuestro cuerpo entra en desequilibrio, lo cual genera tensión, y es precisamente la tensión y el estrés lo que hace que se manden señales como la taquicardia o el mareo, y te des cuenta que necesitas frenar y cuidarte. Entonces, estar hidratado, bien alimentado y con tu necesidad de descanso cubierta, hará que se deje de generar tensión y con eso, esos síntomas.
3. Cuando tenemos ansiedad nos desconectamos de nosotros y de nuestro cuerpo, a pesar de que se sienten muchas cosas en el cuerpo, en realidad no estamos vinculados de una forma positiva con él. Así es que al empezar a hacer estas acciones de autocuidado, reconectarás con tu cuerpo y le mandarás la señal de que ahí estás para él, esto por sí mismo, te empezará a relajar.
Tengo este post donde te las explico de una forma más completa. Pero básicamente son la hidratación, el descanso, alimentación que sí nutra, movimiento, (sí, movimiento), oxigenación y sueño.
Estas son las necesidades meramente físicas, por las cuales te recomiendo que empieces.
Por ejemplo, en mi etapa de recuperación de la ansiedad, cuando me regresaba o me empezaba a sentir inquieta, empezaba por preguntarme ¿en qué me he descuidado? y aunque no lo tuviera muy en claro, me daba una semana de retomar este auto cuidado básico, y con eso ya me sentía mucho mejor.
En este apartado también incluyo el cortarte las uñas, untarte cremas naturales, cuidar tu cabello, tener limpia y ordenada tu cama y tu habitación, y bueno tu casa también jeje ponerte ropa cómoda, invertir en algo si es que ya no tienes como calzones, calcetines o zapatos (te lo digo porque normalmente yo lo dejo al último pero sí es importante estar cubierto en estos sentidos).
Estar cubierto. Y sentirte así… cubierto por ti mismo relaja y te hace sentir amado y amada.
Estas necesidades y otras las encuentras en la Pirámide de Maslow, pero a mi me gusta hacer una adaptación de esta pirámide, agregando necesidades de quienes somos sensibles, introvertidos o simplemente actualizado a la realidad actual, como por ejemplo, necesidad de estar una hora sin aparatos electrónicos al día ;)
Una vez que te cubres las necesidades físicas, puedes seguir con las emocionales, como por ejemplo, sentirte escuchado, eso significa, hacerte escuchar. Sentir que tienes libertad para elegir y tomar tus propias decisiones, sentirte comprendido (empezando por ti mismo), sentirte conectado o vinculado con alguien más (eso significa irte a tomar ese te con una amiga o amigo y hablar de algo más que del clima), sentir que lo que haces tiene sentido para ti…
Sentirte productivo, sin que eso signifique que te quedes hasta tarde en el trabajo.
Sentir que llevas las riendas de la administración de tu tiempo, súper importante.
En general, todas estas necesidades has de empezar a cubrirlas de ti hacia ti, o sea, tú respetarte, escucharte, hablarte, sentirte, amarte, cuidarte… y ya luego, podrás empezar a pedirlo a otros y hacer que suceda de fuera hacia dentro, pero ya no será tanta necesidad, pues estarás cubierto por ti mismo.
¿Te digo la verdad? forzándome. A través de prueba y error, escuchando miles de veces los mensajes de mi cuerpo sin enojarme tanto y más bien tratando de aprender en dónde fue que me descuidé sin darme cuenta.
Dándome cuenta precisamente, que no me daba cuenta cómo y qué tanto me descuidaba a mi misma, hasta que llegaba el aviso. Teniendo esa consciencia de que no era consciente, y por eso, llevando una agenda y forzándome a hacerlo aunque no tuviera ganas, aunque no sintiera que lo necesitaba. Una vez que lo hacía, ya me daba cuenta de cuánto lo necesitaba.
Por ejemplo, hay veces que me doy un masaje y es hasta que termina que me doy cuenta de lo contracturada y tensa que estaba, según yo estaba bien… según yo andaba ligerita, y aja!! cuál!! estaba bien tensa jeje
A eso me refiero, fui aprendiendo a través de hacer cosas que me equilibraban, que estaba bien desequilibrada y yo pensaba que no. Yendo a clases de meditación, tomando sesiones de Reiki o masajes relajantes, yéndome a nadar, tomándome un fin de semana de desconexión para mi, sentándome a escribir… todo eso, me mostraba cosas que traía acumuladas sin notarlo.
Así es que así fui forzándome a llevar a cabo diferentes actividades aunque no tuviera ganas, a decir que no aunque me costara trabajo y a organizar mis tiempos alrededor de mi autocuidado.
El ejemplo de otros también me ayudó mucho
En la Universidad me fui a vivir con una amiga que sí sabía cuidarse a ella misma, y eso realmente fue un parteagüas en mi vida, pues me di cuenta cómo funcionaba eso de consentirse, cuidarse, decir que no, básicamente ser asertivo con uno mismo y con otros. Además, también tenía gestos de cuidado hacia mi. Entonces, ver cómo ella se cuidaba y cómo cuidaba de mi, me ayudó a empezar a encontrar ejemplos en otras personas y aprender de ellos.
Y eso te recomiendo que te fijes en cómo otras personas se cuidan a sí mismos y veas que en realidad está bien hacerlo y pertenecer a este movimiento.
Ya sea tener un hijo, un trabajo de alta demanda o algún familiar por el cual cuidar, siempre vamos a encontrar razones por las cuales “no tenemos tiempo para nosotros”, y esto nos sumerge en una situación como de sacrificio, que en realidad se convierte en una experiencia de abuso para nosotros mismos.
Hay que tener la conciencia de que cuidarnos a nosotros mismos es la base para estar bien para otros, y experimentarlo para que te des cuenta cómo vale más la pena ser una mamá feliz, por ejemplo, que una mamá estresada que está ahí todo el tiempo pero de mal humor.
Más vale tomarte esa hora, esos 15 minutos, que estar el resto de la tarde tensa porque no te pudiste hacer el te que se te antojaba. Para esto, a mi me ha ayudado muchisisisimo el Blog de Janet Lansbury, te dejo este artículo donde habla sobre por qué inclusive es algo bueno que como mamá, le enseñes a tu hijo que la prioridad es tu autocuidado.
Así es que nada, es cuestión de que organices tus tiempos, aprendas a negociar y pedir lo que necesitas, te enfrentes a la posibilidad del rechazo o de molestar a alguien, pero sí o sí, salgas de ese esquema de auto abuso sacrificado en pro de la responsabilidad.
Estoy aquí tratando de convencerte quizás, pero es que es verdad. Si te fijas bien, si te cuidas hoy, tendrás mejor salud, gastarás menos en médicos, estarás de mejor humor con tu familia, y eso hará que tengas mejores relaciones y que en general tengas una vida más abundante en todos los sentidos.
Realmente el autocuidado es una inversión para tu presente y para tu futuro y yo sé, yo sé que da culpa hacerlo, yo inclusive a veces me encuentro dando justificaciones de por qué me voy a dar un masaje o a tomarme una hora para ir a nadar por las mañanas, me siento culpable de no estar ahí “sacrificándome o matándome hasta altas horas de la noche”, pero… hay que exponernos a esa culpa y saber que es irracional, y a pesar de ella, saber lo que es mejor para nosotros y hacerlo.
Hazte esa lista de en qué cosas me he descuidado, haciéndote la pregunta ¿en qué me he descuidado?
Puedes guiarte por esta que te dejo aquí.
Tomo suficiente liquido hidratante en el día (no se valen jugos procesados, cafés o cosas por el estilo)
Me alimento a mis horas, sin dejar pasar más de 4 horas entre alimento
Me doy momentos de descanso durante el día
Me voy a dormir cuando tengo sueño
Practico algún ejercicio o movimiento donde estiro mi cuerpo
Tengo contacto con la naturaleza frecuentemente
Practico alguna actividad que me conecta con mi espiritualidad
Hago algo que me entretiene, que me gusta, que me divierte y disfruto
Comunico mis preferencias y veo la forma en que también se cumpla lo que deseo
Recuerda que todo esto se trata de hacerlo con una actitud de fluir, flexibilidad, y comprensión hacia ti mismo, no se vale que caigas en una rigidez de perfeccionismo de ahora tengo que cumplir el horario y si no tomé la suficiente agua ya me va a dar ansiedad.
No, te confieso que siendo mamá he dejado pasar meses de descuido personal, y no por eso regresa la ansiedad, simplemente si estoy mas estresada e irritable, pero la idea es que el autocuidado sea un proceso de amor propio, en todos los sentidos.
Así es que ya sabes, a cuidarte.