Los dolores en la mandíbula son algo común en las personas con estrés y ansiedad. Recomendaciones para relajar tu mandíbula.
Porque instintivamente, enseñar los dientes era un símbolo de agresión, de fuerza para defendernos, lograr lo que queríamos, y en la actualidad, cuando sentimos esos impulsos, los queremos esconder, y de ahí viene el apretar labios y mandíbula como una manera de cuidarte de “que no se vea que estoy enojado, estresado o con coraje”.
Pues que empezamos a amanecer con la quijada adolorida, te duelen o tienes las encías sensibles en la zona de las muelas, y puedes inclusive desarrollar bruxismo, y dificultades en el oído como sentirlo tapado o con zumbidos. Esto te puede hacer sentir mareado, con vértigo e inclusive náuseas.
Entonces acudes a los doctores, te dicen que estás bien, te mandan una guarda y si bien te va, algunos ejercicios de relajación (cosa que realmente deberían de mandarte).
No son consecuencias graves en un inicio, pero hay personas que después de muchos años de realmente apretar mucho la mandíbula llegan a necesitar una intervención quirúrgica, pero no te asustes, que para eso es este post, para que no llegues a necesitarla y si ya te dijeron que la necesitas, pruebes primero esto y luego vuelvas a revisarte.
Tu mandíbula está rodeada de músculos, junto con pequeños canales hacia tu oído. Por lo que si relajas esos músculos terminarás beneficiando todo tu rostro y tu oído. Estos músculos los puedes aprender a relajar. Subí en facebook un video para relajar la mandíbula.
Así como te muestro en el paso 2 del curso en línea de Dale alas a la ansiedad, puedes darte masajes con tus propias manos todos los días, o ir y pedir que te hagan un masaje facial, o meterte en una tina de hidromasaje y dejar que los chorros de agua te relajen todos esos músculos.
Te dejo este video con ejercicios específicos para relajar la quijada, ponlos en práctica y verás que te ayudan.
Escribe sobre toda las cosas que te molestan, o háblalo frente al espejo o en una sesión de terapia pero libéralo, deja de acumular pues eso es lo que te hace tensar.
Al final del día, probablemente hay algo que no te está gustando o que quieres obtener, entonces.. usa esa fuerza del coraje, de manera sana y propositiva, canalizándola para pedir, decir y hacer que suceda lo que estás necesitando que suceda.
Ponerte mantequilla o telón y que se te resvale el enganche de otras personas, sus actitudes, lo que te dicen… simplemente tu paz interior es más importante que tener la razón, que hacerlos entrar en razón o que demostrarles cualquier cosa.
Respiraciones, visualizaciones guiadas para ayudarle a tu cuerpo a relajarse de dentro hacia fuera. Puedes practicar todas las que te comparto en el paso 2 del curso en línea o escuchar mi lista deaudios en soundcloud para lograrlo.
Sumergirte en alguna tina, alberca, mar, rio… lo que sea, pero el contacto con el agua relaja mucho los músculos, necesitas sumergirte para que llegue a tu rostro.
Ten contacto con tu cuerpo, obsérvate y date cuenta en qué momentos empiezas a tensar durante el día. Aunque en la noche no puedas observarte, si practicas en el día darte cuenta cuando aprietas y aplicar los ejercicios de relajación y soltar, entonces eventualmente aprenderás esa memoria muscular y lo harás sin darte cuenta en las noches.
Lo más importante realmente es irte a las causas de que estés apretando, relajar tu vida, hacer menos cosas, delegar, soltar otras, dejar de presionarte por el futuro, por el qué dirán, por el éxito.. y dedicarte a tener éxito viviendo lo más equilibrado y en paz cada día.
Así como todas las partes de tu cuerpo, cuando la mandíbula te duele te está mandando el aviso de que algo necesitas poner atención y resolver, o enfrentar o relajar. Así es que date cuenta en qué momentos la aprietas y aprende a relajarte, confiando y soltando aquellas cosas que te hacen hacer corajes