En una familia, cada uno tiene un lugar especial y específico. Cuando alguno de los miembros no se encuentra en ese lugar desempeñando su rol natural, se presentan síntomas en uno o varios miembros del sistema familiar. Una situación que puede desarrollarse ante lo anterior es la ansiedad.
Si tú has sentido que eres responsable de lo que le sucede a tus papás, hermanos o algún miembro de tu familia; te preocupas o tienes pensamientos recurrentes sobre su bienestar; frecuentemente dejas tus actividades cotidianas por resolver asuntos de tu familia y te agobia no tener tiempo para las tuyas; entonces el origen de tu ansiedad podría venir de este desorden.
Todas las personas, nacemos dentro de una familia con características raciales,sociales, económicas, etcétera, y eso nos proporciona sentido de pertenencia. El lugar que ocupamos como hijos influirá en nuestras características de personalidad y comportamiento. Ejemplo: No es lo mismo ser el hijo mayor con 3 hermanas menores que ser el hijo menor con 3 hermanas mayores, en ambos casos casos, el primogénito tendrá ese rol, pero su convivencia con el otro género será diferente.
Te voy a compartir algunos ejemplos de qué pasa cuando estamos en desorden: Si papá y mamá se divorcian, al salir uno de los padres de casa, la familia necesita un tiempo de “reacomodo”. Mientras eso sucede, casi siempre uno de los hijos intentará suplir el rol de esa figura que salió de casa, porque la ausencia del padre o madre que se ha ido, le genera ansiedad, y con ello, puede iniciar con un círculo vicioso de evitación de la ansiedad, y entre más la evitamos, más se puede llegar a incrementar.
Otra situación similar puede suceder cuando un miembro de la familia muere, es necesario seguir dándole su lugar para que ningún otro miembro tome ese rol y descuide su vida para hacer lo que el miembro que murió hacía. Resolver el duelo y generar un nuevo orden.
¿Qué significa esto? El rol es el conjunto de actividades, derechos y responsabilidades que hay que desempeñar de acuerdo a nuestra etapa de vida, género, edad y sobre todo a nuestro lugar en la familia.
El rol de un niño es jugar, divertirse, aprender, sentirse cuidado, amado y a salvo dentro de su familia. El rol de los padres es cuidar que esas necesidades de los pequeños sean cubiertas, el hacerse cargo de sus asuntos personales y de su propia felicidad.
Cuando alguno de los adultos a cargo tiene una situación emocional o física que lo hace sentir disminución de sus capacidades, deja de asumir este rol y los hijos suelen tomarlo. En los ejemplos anteriores y muchos otros, puedes ver que es probable que estas situaciones lleguen a generar ansiedad en uno o más miembros del sistema familiar, ante “cargar” con algo que no le toca realizar o sentir a cada uno.
Te platico que soy la hija mayor de 4 hijos, tres hermanas y un hermano, hijo del segundo matrimonio de mi padre. Crecí en una familia sencilla, con una madre ocupada y un padre ausente por el trabajo. Hoy como adulta puedo ver que mi ansiedad comenzó desde los 4 años de edad, cuando tras el fallecimiento de mi abuela materna una tía, hermana de mi madre llegó a vivir con nosotros. Mi tía tenía esquizofrenia y aunque en ese entonces era una adulta, físicamente sana que nos ayudaba a todos, mi madre también se convirtió un poco en su mamá.Todo esto generó el primer desorden.
Yo comencé a preocuparme mucho por mis padres, por sus discusiones, ausencias y también por mis hermanas. Pensando en “no dar problemas”, me convertí en una tenaz estudiante, empecé a desarrollar pensamientos obsesivos, recurrentes, morderme las uñas y sentir angustia. Más tarde, en mi adolescencia, mis padres se separaron y comencé a convertirme en la pareja emocional de mi mamá y preocuparme mucho por ella y mis hermanas menores.
Durante mucho tiempo me empeñaba por “cumplir” con mis cosas personales, pero el esfuerzo era enorme ya que en mi mente necesitaba generar estrategias para que mi familia se encontrará lo mejor posible. Todo esto desarrolló en mí mucha más ansiedad y un trastorno de bulimia ¿La solución? Terapia psicológica.
En algún punto mi padres buscaron ayuda y fue ahí donde todo comenzó a acomodarse, a tomar su orden natural. Los grandes ayudan a los chicos.Yo comencé a tomar terapia y aprendí a delegar, a mis padres y a mis hermanos, las responsabilidades que no me tocaban. Justo ahí la ansiedad comenzó a ceder, entendí que puedo confiar en que cada uno tiene las capacidades para resolver su propia vida y entonces pude dedicarme cada día de forma más libre a mis intereses y a disfrutar de ellos.
Estudié Psicología, me especialicé en terapia familiar y otras variantes de la misma todo con el fin de seguir entendiéndome y poder ayudar a otros a colocarse en su lugar correcto, liberándose de cargas que no les corresponden, y así, poder dejar de sentir ansiedad.
Date cuenta de los dones y cualidades que tienen tus padres, tus hermanos, tu pareja, tus hijos y sobre todo tú mismo, para hacerse cargo de lo que les toca hacer en el aquí y ahora de acuerdo a la etapa en la que cada uno se encuentra.
Aunque intentes hacer de más, no lograras que algo que no te toca solucionar se solucione. Esta acción es solo una forma de evadir y genera más ansiedad.Cuando haces lo mejor que puedes en lo que te toca hacer a ti ayudas más de lo que te imaginas.
Te reto a que encuentres estas actividades y aprendas a disfrutar. Ejemplo: Pintar, ver una serie, descansar, dormir, comer, etc. Esto te ayudará a estar más consciente de ti mismo y a vivir sin realizar “grandes” esfuerzos.
Si en tu descripción está que hay que ayudar a los que amas dejándote de lado,replantea tu descripción. Inventa una historia donde todos y cada uno realiza su rol y es feliz con ello. Haz conciencia de cómo cambia la convivencia cuando cada uno toma su papel natural. Y sobre todo evalúa el grado de ansiedad del 1 al 10 con la primera historia y con la segunda.
La familia es algo muy importante pero antes de ver por su bienestar ayúdate a ti mismo, busca ayuda profesional y habla de lo que sientes.