Uno de los principales puntos en los que te recomiendo para sanar, es el de aceptar los síntomas de la ansiedad.
Con aceptar a la ansiedad me refiero a que dejes de luchar contra ella, resistirte, huirla o querer controlarla. Aceptar no es lo mismo que resignarse, yo jamás pensaría que tienes que vivir con ansiedad elevada toda tu vida. Aceptar a la ansiedad es que te rindes y dejas de querer controlarla o evitarla.
Aceptar es sentirla, vivirla, dejarla estar, fluir con ella, observarla, conocerla…
Dejar estar los síntomas en tu cuerpo, observarlos sin miedo, imparcialmente, sin juzgarlos, sin ponerles una etiqueta; observarlos como si fuera la primera vez que los sientes, que los descubres.
Al observarlos, claro que en un inicio sentirás que sube su intensidad, pero no es que suba su intensidad, es que eres consciente de ellos. Si sientes algo pero buscas distraerte pues claro que su intensidad para tu percepción es menor, pero no necesariamente esto te sana, sólo te distrae. Para que realmente tu cuerpo se relaje y reponga y vaya remitiendo la ansiedad, yo te recomiendo que intentes aceptar los síntomas, simplemente para dejar de generar más tensión agregada a tu cuerpo y ayudarte a que dejes de preguntarte ¿Cuánto tiempo dura la ansiedad?, o ¿cuánto tiempo me sentiré así?.
En cuanto empiezas a sentir ansiedad, lo primero que te recomiendo es que hagas un alto de tus actividades y te vayas a un lugar tranquilo o ahí mismo donde estés, y cierres los ojos por un segundo, y sientas lo que estás sintiendo.
En ese momento, en el que te dejas sentir y aceptas que estás sintiendo ansiedad, aprovechas para relajar tu estómago y sentir tu respiración, al mismo tiempo que observas y sientes lo que tu cuerpo está sintiendo.
Esto, con la confianza puesta en que tu cuerpo sabe lo que hace, en que estás a salvo, en que no estás en peligro (aunque se sienta muy mal).
Esperas unos segundos haciendo esto, hasta que sientas que las sensaciones cambian o disminuyen (aunque éste no es el objetivo de la aceptación eventualmente las sensaciones se calman y pasan si tu dejas que lo hagan, si las quieres controlar o entender, se intensifican).
Puedes hacer este ejercicio de aceptación durante unos minutos hasta que sientas un cambio en tu interior, y entonces sí, puedes empezar a respirar un poco más profundo a nivel de diafragma, y ya que te calmes un poco más, volver a abrir los ojos y reconectar con el presente.
A veces ayuda ponerle un número a la intensidad de lo que sientes (del 1 al 10) hacer este ejercicio de aceptación y volver a checar la intensidad, si ya estás en un 5 o menos, entonces puedes volver a abrir los ojos y regresar a tus actividades.
Si no baja tu intensidad, quizás es porque entonces te estás diciendo mentiras o cosas negativas como “algo muy grave me está pasando, qué miedo, estoy en peligro”, y entonces en éste caso te recomiendo responderle a tu mente, decirle la verdad, debatir esos pensamientos y si te funciona, decirte autoafirmaciones positivas como “estoy a salvo, mi cuerpo sabe lo que hace”.
Es una mezcla entre Mindfulness y cognitivo. “ok, acepto el pensamiento, lo dejo ir, pero después lo debato y clarifico para llegar a una nueva conclusión”, lo mismo pasa con las sensaciones. “ok, las acepto, las dejo estar pero respiro y me relajo para que se calmen”.
¿Cuánto dura la ansiedad? Bueno, mi opinión es que tu actitud hacia la ansiedad sea constantemente de aceptación, más no de resignación. Esto significa que no luchas contra ella pero tampoco te abandonas a ti mismo y la dejas estar. (el primer paso de la guía en dale alas a la ansiedad sí consta en no hacer nada y dejarla estar), pero bueno, esto dura un par de días, no toda la vida.
Se trata de que encuentres tu ritmo personal, ese que te sienta bien en el que dices “ok, ya acepté, ya dejé de luchar, ahora ¿qué necesito hacer para que baje?”. Y ahí es donde empiezas a trabajar en recuperar el equilibrio de tu cuerpo, de tus emociones y de tu mente. Pero ya no desde la lucha, el control o la resistencia, sino desde el amor por ti mismo y todo lo que sientes, incluida la ansiedad.
Muchas personas me han dicho “Ya acepté la ansiedad pero la sigo sintiendo”, y claro, no basta con aceptarla, es el primer paso, es fundamental, pero si sigues generando pensamientos negativos, si sigues con hábitos contraproducentes para ti, si sigues acumulando emociones…pues por más que aceptes seguirás sintiéndola.
Aquí lo importante es que cambies tu actitud hacia ella simplemente para que dejes de sufrir tanto ante su presencia y te encuentres con una disposición que te permitirá avanzar en tu proceso de sanación de una manera más tranquila y consciente, a pesar de sentirte mal.
Así es que despréndete del resultado, simplemente acéptala para abandonar la lucha en tu interior.
Y a veces sí basta con este paso para sentirte mejor, pero depende de las causas de tu ansiedad y la intensidad de la misma.
Yo sé que es un paso difícil, de hecho, mucha gente se frustra de no poder lograrlo y esto les aumenta su ansiedad, pero vale la pena intentarlo, perderle el miedo, enfrentarla y decirle “aquí estoy, te voy a sentir”, para que veas que no había peligro, que puedes llorar de liberación al ver que el monstruo no existe, que es tan sólo tu cuerpo liberando tensión.