Para ser tú mismo necesitarás quitarte las máscaras que te has puesto para recibir amor y aprobación de los demás.
Y vives en un escenario ficticio que te lleva a la conclusión de que ” no estoy siendo yo mismo”. Pero existe un camino de regreso a casa y aquí te platico un poco más sobre cómo lograrlo.
Ésto no sólo sucede en los casos graves de ansiedad, sino también en los más ligeros niveles de estrés, pues cuando sientes que la situación que estás viviendo te sobrepasa, o que no sabes cómo hacerle para salir temprano del trabajo, pararte y madrugar para ir al gimnasio, o ponerte de acuerdo con tu pareja… empiezas a sentir que careces de la fuerza y de la inteligencia necesaria para tomar las riendas de tu vida, y claro… sientes que las cosas no van como tu quisieras, y eso lo atribuimos a un sentimiento de que no estás siendo tú mismo.
Pues en el fondo sabes que sí tienes la capacidad de hacerle frente a esas adversidades, sabes también que en algún momento de tu vida has experimentado momentos de felicidad (te acuerdes o no), y algo dentro de tí te dice que hay una mejor manera de vivir tu día y tu vida, pero que por alguna extraña razón no lo estás logrando.
La realidad es que no podemos enfrentar nuestros miedos porque tenemos un concepto equivocado de nosotros. O bien queremos pretender alguien que no somos, y enfrentarnos a cosas que en realidad no estamos listos o no queremos, o sí estamos listos pero al no saber quienes somos no nos damos cuenta.
El punto es que antes de enfrentar tus miedos, reconozcas cuáles son tus fortalezas, tus cualidades, tus dones y tus talentos, qué has demostrado ser en tu pasado, con qué cuentas para enfrentar estos miedos y que reconozcas tus capacidades para que entonces sí, te plantees enfrentar tus miedos en proporción a la confianza que tienes en ti mismo.
Bien pues esa mejor manera de vivirla es siendo tú mismo, pues dentro de tí se encuentran todas las respuestas que necesitas y toda la información necesaria para dictar los caminos que quieres tomar, las decisiones que te llevarán a tomar esos caminos y la manera en la que sabes ser feliz.
Ahora si que el maestro, el guía, el mero mero, y el todopoderoso, eres tú mismo, y me atrevo a decirlo aunque se me pongan de punta los que están en contra del “New Age”, pues… si, estamos en una nueva era, en la que hemos de recuperar ese poder interno que cada uno de nosotros llevamos dentro (conectado con algo superior a nosotros desde mi punto de vista personal), y cuando lo logres contactar y te ubiques en tu propio centro, tu vida fluirá y transitará armoniosamente, pase lo que pase a tu alrededor.
Fácil, porque hemos aprendido a ponernos un sin fin de máscaras sobre nuestros rostros, sobre nuestra personalidad, comportamientos y palabras, las cuales han ido callando y escondiendo quien realmente eres, lo que realmente piensas y lo que en el fondo de tu alma y tu corazón quieres.
¿Y por qué nos ponemos tantas máscaras? Fácil, para recibir la aprobación de los demás, y con ésto, seguramente, su amor.
A lo que me refiero con “máscaras”, son todas esas veces que prefieres no decir lo que piensas o sientes por miedo a lo que pueda sentir o pensar la otra persona, y entonces prefieres ser precavido con la expresión de tus emociones, piensas que no tiene caso expresarlo y optas por callar.
También es cada vez que alguien te pregunta ¿cómo estás? y sonríes plácidamente con una sonrisa ya casi automática respondiendo “muy bien!” y en cuanto te das la vuelta la sonrisa desaparece y las angustias en la mente regresan.
O qué tal cuando te preguntan “¿ y tu qué piensas?” y dices algo así como “bueno, lo que están diciendo es la mejor opción”, o mejor aún “¿qué se te antoja hacer hoy?” te pregunta tu pareja y respondes: “no sé, lo que tú quieras corazón”.
Todas éstas frases y otras más son señales de alarma de que estás viviendo bajo los poderes y las influencias de tus máscaras, ya sea la máscara del amable, del buena onda, del que no le aflige nada, del que siempre ayuda a los demás, etc.
Las personas que tenemos tendencia a experimentar ansiedad estamos acostumbrados a complacer a los demás, a ser amables y a ver por lo que el otro necesita antes de lo que yo quiero, pienso o necesito, porque vivimos con un constante miedito de que esa persona se pueda molestar con nosotros, o que al ver que no somos tan hermosos, gloriosos y dadivosos, se desilusione de nosotros y nos deje o simplemente piense… “qué mala onda”.
No no no, eso sería catástrofe para nosotros los ansiosos, que alguien piense que somos mala onda, alocados, rebeldes o que vamos por el camino del “mal”. Entonces a pesar de lo que nosotros queremos, buscamos satisfacer esa imágen que pensamos que el otro quiere o tiene de nosotros.
Y es curioso, pues en teoría estás recibiendo su aprobación y su cariño, pero en realidad no eres tú el que lo recibe, sino tu máscara, tu personaje ficticio que has ido creando con el paso del tiempo, del cual cada vez se vuelve más difícil distinguir si ese es tu verdader yo, o no.
Y bienvenida sea la ansiedad, pues cuando no sabes realmente qué quieres, o quién eres, empiezas a tener miedos, a hacer cosas que no van contigo, a estar con personas que en realidad no aguantas, en trabajos que no te gustan, llevando tu vida por un camino que no es el tuyo sino el que crees que debes tomar.
Te auto impones tantos deberías, que tu vida se vuelve una exigencia y un estrés constante en el que tu cuerpo se tensiona y segrega todas las sustancias que más adelante en exceso, generarán los famosos síntomas del ataque de pánico, o bien, úlceras, gastritis, dolores de cabeza, mareos, hormigueos, alergias, malestares estomacales, gripas constantes, irritación en la piel, etc.
Atrévete a ser tú mismo, si, suena a libro de autoayuda, pero creo que éste blog efectivamente es eso jeje, entonces, sé tu mismo, quítate las máscaras, atrévete a decir lo que piensas, a pedir lo que necesitas, a ponerle límites a los demás cuando sientes que los están rompiendo, haz de tu tiempo del día lo que tú quieres hacer, demuestra tu amor a los demás de la manera que tú sabes hacerlo y dale chance a los demás que te quieran por quien realmente eres.
Y sobre todo, no tengas miedo de perder el cariño o la aprobación de los demás, si la pierdes, es porque en realidad nunca la tuviste. Así es que ¿qué prefieres? Disfrutar auténticamente de la verdad y de la realidad de quien eres, o ¿aparentar, estresarte, angustiarte y vivirtela pensando en función de los demás para entonces decidir quién ser?
Te dejo otro post que puede ayudarte aquí .