La comida es un termómetro que te indica tu nivel de autocuidado, y recuerda que mientras más vaya bajando ese nivel, más propenso estás de caer en los avisos de la ansiedad (la ansiedad te avisa que ya te descuidaste demasiado).
Entonces… ¿cómo mejorar tu relación con la comida?
- Deja de verla como tu enemiga que de repente la amas y luego la odias, a veces no quieres saber nada de ella, y luego te le avalanchas como si fuera la última coca cola del desierto. Para eso, te recomiendo que cuando te encuentres en alguno de estos dos estados, te digas a ti mismo “la comida es alimento para mi cuerpo y yo decido cómo relacionarme con ella”.
- Ten comida que tú eliges en el refrigerador, si puedes, ve personalmente al súper (sin hambre), para que elijas lo que sabes que te hará bien, y procura que siempre tengas opciones diferentes. (no se trata de no darte antojos, si no que tus antojos sean de alimentos que eliges previamente).
- Organiza tu horario para que puedas prepararte por lo menos 5 comidas diarias, y que aunque salgas a la oficina o a la calle, siempre traigas contigo algún snack rico y sano como cacahuates, amaranto, un sándwich integral, y así no tengas que pararte a comprar papitas en la tiendita.
- Analiza desde cuándo aprendiste a canalizar tu ansiedad o tus emociones a través de la comida, y date cuenta que fue algo que necesitaste hacer en su momento para adaptarte, pero no necesariamente tienes que seguir haciéndolo, el asunto es que lo traes aprendido por la repetición, y por eso hay que empezar a forzarte a repetir nuevos hábitos en un principio, hasta que el comer en paz se vuelva tu nuevo estilo de vida.