Algunos puntos que te podrán ayudar para manejar la ansiedad en tu embarazo, tanto durante como después.
Durante casi todo el embarazo algo es seguro, estás cambiando por dentro y por fuera, y como todo cambio conlleva una readaptación, lo principal que te puedo recomendar es que te dejes llevar por éste movimiento natural, que confíes de nuevo en tu cuerpo y en la vida misma y que te olvides de tener bajo tu control absolutamente todo lo que está pasando.
Sean como sean las circunstancias en las que te encuentras, estoy segura que puedes conectarte contigo misma y con tu bebé y disfrutar de este proceso, si, con todo y náuseas, mareos y malestares.
Primero te platico sobre las posibles causas y luego veremos qué hacer al respecto
Cambios drásticos en tus hormonas: el simple hecho de que tu cuerpo esté pasando por cambios internos, te pone en una etapa de adaptación (crisis) que te puede llevar a sentir sensaciones o cosas “extrañas”, generándote ansiedad.
Emociones cambiantes: por los mismos cambios hormonales, te conviertes en un coctel de emociones increíble, ni tu misma te entiendes, y parece ser que lo único que quieres es que tu mamá te abrace. ¿o sólo me pasaba a mí?
Si la noticia fue inesperada: puede ser que te invadan los miedos o la incertidumbre sobre si es la mejor decisión en éste momento de tu vida tener a tu bebé o no, te puedes sentir presionada por la familia, por tu pareja o por la sociedad en general, o simplemente, la sorpresa ante el hecho de que suceda algo que no estaba “en tus planes”, y por lo mismo puedes sentir que las cosas están fuera de control.
Falta de apoyo de familia o pareja: enfrentar los primeros meses del embarazo sin el apoyo de tu familia o de tu pareja, ciertamente te puede generar ansiedad pues es un momento en el que necesitas de fortaleza.
Náuseas: así es, las famosas náuseas, en mi caso, fueron intensas, y sí que son molestas, y mientras más las quieras controlar, más ansiedad te pueden generar.
Saberte embarazada pero no verte embarazada: típico, tú te sabes y te sientes embarazada, pero no se nota todavía, esto te puedo generar cierta frustración o desesperación de querer que crezca la pancita.
No poder seguir con tu vida normal: me acuerdo cuando el doctor me dijo en la primera cita “tu sigue con tu vida normal”, lo cual nada más me hizo sentir rara o como si tuviera algo mal, al definitivamente, no poder seguir con mi vida normal.
Insomnio: es normal que al estar embarazada tengas de repente insomnio, claro, si ya te duró más de 1 mes que no logras conciliar el sueño o te despiertas a la mitad de la noche, sí te recomiendo que busques alguien con quien platicar pues quizás traes muchas emociones acumuladas.
Incertidumbre hacia el futuro: quizás puedas visualizar cómo te quieres sentir y qué quieres que pase con tu vida, pero controlar absolutamente todo lo que va a suceder en tu vida… está medio difícil. Mientras más quieras controlar tu futuro, menos vivirás tu presente y esto genera ansiedad.
Incomodidades físicas: conforme vas avanzando en el embarazo, la pancita va creciendo y quizás te empiezas a sentir incómoda al dormir o al caminar, esto simplemente te pone en un estado de incomodidad que si te desesperas, te puede generar ansiedad.
Taquicardia: puede ser que por los cambios en los niveles de glucosa, por tu tensión arterial o por diferentes razones, que de repente se te altere el pulso y sientas taquicardia, es normal y terminando el embarazo se disminuirá.
Compararte: grave error, cada cuerpo es único y diferente así como cada embarazo es diferente, y compararte o querer encontrar tus respuestas en otros casos, difícilmente te ayudará.
Dificultad para respirar: a estas alturas quizás tu bebé ya está más grande y te aprieta tus pulmones, esto te puede generar cierta taquicardia o dificultad para respirar en las noches, es normal, y lo mejor es no asustarse ante eso.
Falta de sueño: entre que la panza está grandota y que te levantas cada microsegundo al baño, puedes sentirte más cansada de lo normal, y si pretendes seguir con tu ritmo de levantarte a las 7am y rendir todo el día… pues quizás te acabas estresando más.
Querer tener todo listo: esto en mi caso muy personal me genera ansiedad, el querer tener hasta el más mínimo algodón indispensable en el cuarto del bebé, el plan de parto, la ropa para el hospital, casi casi, la hora en que nacerá tu bebé, entonces, hay que priorizar y encargarnos paso a paso de cada cosa.
Si quieres parto natural: puede ser una causa de ansiedad, pues seguramente ya te habrás dado cuenta que no es tan fácil tener la seguridad de que será natural y que tu ginecólogo te apoya para esa decisión. Por otro parte, pensar en el dolor, en las dificultades o en todo lo que le sucede a las demás, también aumenta tu tensión.
Expectativas frustradas: quizás tu tenías una idea de cómo iba a salir todo, y el darte cuenta que no se cumplió tal y como lo pensabas, te puede frustrar, hacerte sentir culpable y sentirte mal por eso, pero recuerda, como suceden las cosas es la mejor forma en que suceden.
Separación del bebé: El simple hecho de separarte de tu bebé y darte cuenta que está fuera de tu cuerpo como ser vivo independiente, te puede generar tensión o tristeza, de ahí que entramos al puerperio o depresión post parto. La separación es natural y a ésta también te irás adaptando.
Dites y diretes de amigos y familiares: He podido ver que al nacer el bebé, es como si se le dijera a las familias “ahora es cuando decirme cómo hacer las cosas”, todo esto, mientras que tú estás tratando de lidiar con las emociones del parto o de la cesárea, y claro, puede ser muy estresante. Por eso te recomiendo que te des tus espacios de la gente para estar contigo misma y tu hijo/a.
Cambios físicos: Los cambios físicos siguen a la orden del día, y puede ser que de nuevo te sientas extraña o diferente, o que te presiones por recuperar tu figura de antes o simplemente que te veas en el espejo y no te reconozcas. Recuerda que es un proceso y poco a poco te volverás a adaptar.
Adaptación del bebé a tu vida : Por ahí escuché, que durante el embarazo, tu bebé seguía tu ritmo, y de un día al otro, ahora tú eres quien ha de seguir el ritmo de tu bebé. Y aunque de cierta forma en el embarazo naturalmente te fuiste entrenando para cubrir sus necesidades, ahora éstas son más claras y se necesitan cubrir más rápido, como comer y cambiarle el pañal, curarle el ombliguito y ayudarlo a dormir tranquilo.
Entonces… pues claro que necesitas pasar por una nueva adaptación, y esto te puede generar tensión, siempre y cuando lo quieras controlar al máximo y tener claro qué es lo que va a pasar.
Conflictos o separación emocional con la pareja: Es común y casi instintivo que te sientas desconectada o separada emocionalmente de tu pareja, que tus exigencias hacia él aumenten, que estés más susceptible a su ausencia o a sus palabras y gestos, y que te sientas como niña chiquita berrinchuda, o bien, como ogro que no quiere saber nada de él.
Recuerda que es parte del mismo proceso, no te adelantes a querer saber qué va a pasar o cómo lo vas a resolver, simplemente déjate sentir, comunícate mucho con él y hagan un plan para tener momentos de encuentro entre ustedes.
Respira: la respiración es fundamental, tanto el simple enfocarte en ella para relajarte, como hacer las respiraciones indicadas para el parto, como para mantenerte tranquila durante los momentos estresantes.
Ve paso a paso en el presente: ríndete a querer saber qué va a pasar después, ve paso a paso, resolviendo lo que puedes, afrontando en el momento y previniendo lo que sea prioridad, pero confiando en que paso a paso resolverás todo.
Hazte tu prioridad: es el mejor momento para aprender a hacerte tu prioridad, cuidarte, apapacharte, comer cuando tienes hambre, ir al baño cuando te dan ganas de hacer pipí… en fin, cuídate que primero vas tu, pues si tu estás bien, tu bebé lo estará también.
Confía en tu poder como mujer y en tu cuerpo: reconecta con la sabiduría que tienes en tu interior, no sólo tuya, sino la heredada por las millones de mujeres que han estado embarazadas, conéctate con la naturaleza, ella sabe lo que hace, tú sólo déjate asombrar por sus maravillas.
Déjate sentir sin resistencia: muchas emociones nuevas e intensas llegan a ti, así es que lo mejor es abrirte a estas emociones, dejarlas estar en tu cuerpo y canalizarlas hacia el exterior, puedes pintar, bailar, cantar, escribir o platicar… pero déjate sentirlas para que no acumules la tensión y luego andes explotando.
Llora pero sin hacerlo un drama: se vale llorar, y para mi, la mejor manera de lograrlo es de forma consciente, liberando el sentimiento que traes dentro, pero sin meterle cabeza o razonamiento, sin agrandarlo, simplemente expresar el sentimiento.
Déjate recibir ayuda: y sobre todo, pedir ayuda, si estás acostumbrada a hacerlo todo tu sola, éste será el momento indicado para aprender a recibir.
Recuerda que todo pasa: las sensaciones desagradables, la adaptación, la crisis, la subida y la bajada… todo, es pasajero, así es que en momentos difíciles piensa esto “me dejo sentirlo, no durará para siempre”.
Agradece los consejos pero decide tu al final: tu escucha y escucha y escucha, y a la par, pregúntale a tu instinto y a tu intuición, para que llegues a tu propia conclusión.
Flojita y coperando en la readaptación, sin forzarte a seguir con tu vida “normal”: esto se trata de que te dejes cambiar y evolucionar, que dejes ir patrones o conductas pasadas, y que no lo veas como una pérdida, simplemente eres tú misma cambiando de forma, pero sigues siendo tú misma en esencia.
No confíes tanto en google: qué peligro yahoo answers y google con sus respuestas catastróficas, te recomiendo que si vas a buscar en internet, lo hagas en artículos de investigaciones o de centros médicos, pero mejor aún, que cualquier duda que tengas la consultes con tu médico.
Evita compararte con otras mujeres: recuerda que cada embarazo es único, aún siendo la misma mamá, tiene diferentes experiencias con cada hijo, así es que de nada te ayuda compararte, vive tu experiencia, compártela, aprende de la de las demás, pero sin minimizarte, criticarte o juzgarte por cómo eres.
Alimentate seguido y sanamente: súper importante, si no es que lo más que he aprendido en este embarazo. comer seguido mantiene tus niveles de glucosa estables, y evitará que tengas tantos síntomas tan desagradables, y por lo mismo, podrás estar más tranquila. Así como mantenerte hidratada con mucha agua.
Comunícate con tu bebe y tu cuerpo: cántale a tu bebé, dile lo que estás sintiendo, no tiene nada de malo que te a sinceres con él o con ella, al contrario, le ayudarás a entender qué es lo que está pasando.
Quítate la presión de estar al 100: a veces queremos estar al 100 física, emocional, mental y laboralmente, no queremos tener la más mínima emoción negativa porque tenemos miedo de lastimar a nuestros hijos. Y por un lado si es importante que te enfoques en estar tranquila y disfrutar, pero si de repente sientes una emoción negativa, déjate sentirla y canalízala al exterior, y después platícale a tu bebé lo que pasó. Pero de nada sirve presionarte por estar perfecta cuando eres humana y sientes, y más con las hormonas como las traes.
Date gusto: creo que es muy importante que te conscientes y te dejes consentir en estos momentos, pues tu niña interior, si no está contenta, hasta celosa se puede poner de que vayas a tener un nuevo bebé en tu vida, y te puede hacer berrinches. Con esto me refiero a que cubras tus necesidades físicas y emocionales, si es un antojo, se vale dártelo, claro, con la responsabilidad del adulto que eres, consciente de qué tan sano es o no y qué tan frecuente lo haces. Pero de vez en cuando… dale gusto a esa niña que traes en tu interior.
Escucha tu cuerpo: tu cuerpo sabe más que tu mente en esta ocasión, trae información ancestral demasiado sabia, y si lo escuchas y haces lo que te pide, verás que todo será más fácil. Tu cuerpo te dice cuándo estás a gusto en una situación o persona y cuándo no, te dirá cuándo necesitas comer, dormir, caminar o descansar, y si quieres parto natural, si escuchas tu cuerpo durante el proceso, te será más fácil.
Evita tomártelo personal: recuerda que cada quién tiene su experiencia y sus proyecciones, así es que los comentarios de otras personas que te perturben sobre ti, o sobre cómo llevas tu embarazo, omítelos por ésta ocasión. Vive tu propia experiencia y deja que los demás vivan la suya.
Ten tu rincón zen: creo que mínimo una vez por semana hay que tener un momento en nuestro rincón zen, en el que estamos nosotras solas, respirando, sintiendo y hablando con nuestro bebé, hablando con Dios o el Universo, hablando con nosotras mismas, sintiéndonos a nosotras mismas. Ojalá que puedas hacer esto un ratito cada día, pues te ayudará a mantenerte en equilibrio.
Deja de pensar que eres el 1%: Me encanta que el 99% de las mujeres creemos que somos ese 1% que tendrá tal problema, condición o enfermedad durante el embarazo, tu o tu bebé. Esto es casi como la hipocondría, donde dejas de ver lo sana que estás y te enfocas nada más en los problemas o señales de alarma. Obsérvate global y objetivamente, hazte tus chequeos trimestrales, acude al doctor una vez al mes, y confía en que si estás bien… estás bien.
Enfrenta las problemáticas con confianza: Si en tu caso si tienes alguna condición, enfermedad o problemática específica, sea cual sea, te recomiendo mucho que primero, te dejes sentir lo que eso genera en ti, y segundo, que reactives la confianza en cuanto a que pase lo que pase, mientras tu pongas tu 100% de amor en tu proceso, pasará lo que te ayudará a seguir creciendo en amor. Sé que es fácil de decir, pero realmente estoy convencida que si confiamos, todo es un acto de amor.
Visualízate: se trata de que te imagines a ti misma en todo el proceso de trabajo de parto o el momento previo y posterior de la cesárea. Sea cual sea el caso, visualízate en ambas, estando en paz. Y si lo que quieres es parto natural, aumenta la visualización en éste, para que lo manifiestes y realmente te lo creas.
Respira con más consciencia: aumenta tus ejercicios de respiración y relajación, y para eso, te recomiendo que al hacerlos, te pongas un olor que te guste, puede ser lavanda, para que tu mente relacione el olor con tu estado de relajación, de esta forma, antes del nacimiento, te pones el olor y te será más fácil relajarte.
Comunica tus expectativas claramente: a tu pareja, familia y doctor, a las enfermeras… a todos los involucrados, atrévete a decir y pedir lo que quieres, y aclara qué esperas que pase ese día, no te esperes a que llegue el día y no suceda lo que querías, necesitas ser lo más clara posible. Y si en el momento no sucede, bueno, puedes confiar y adaptarte, pero al menos habrás hecho tu parte.
Conoce el lugar previamente: elige un lugar para tener tu bebé en el que te sientas lo más cómoda posible, es tu momento y mereces estar a gusto.
Ten una persona de apoyo que sepa lo que quieres: ya sea tu pareja, tu mamá o tu mejor amiga, ten una persona a tu lado que te conozca, que sepa lo que quieres que suceda y que esté a tu lado constantemente.
Ten listo lo mínimo indispensable: como la maleta para el hospital, con ropa para ti, el bebé y hasta el papá, y en casa, ten listo lo más que puedas para no tener que salir, pero sin exagerar en cuanto a querer tener lo que va a usar tu bebé a los 6 meses, recuerda, ve paso a paso, con lo indispensable para sentirte tranquila de que ya tienes lo necesario.
Decide quién quieres que te visite: si quieres estar sóla con tu pareja, o invitar a toda la parentela, se vale, cualquier cosa que necesites para estar tranquila, en cada momento tu puedes decidir si te vas a tu cuarto a estar sola o salir y socializar, no te sientas comprometida, lo más importante es que estés tranquila para lidiar con las emociones y la adaptación.
Pide ayuda: sigue la necesidad de pedir ayuda y que te dejes recibirla, recuerda que no tienes por qué hacerlo todo tú sola, no pasa nada si de repente te dejas recibir…
Descansa: tómate las cosas tranquila en el sentido de que no quieras correr, de que no te gane la prisa, vive cada momento haciendo las cosas a tu ritmo.
Disfruta: enfócate en disfrutar a tu bebé y a ti misma en éste proceso de nacer como madre, pues, no solamente está naciendo tu hijo, sino tu instinto maternal, tu sabiduría y tu intuición que te guiarán en éste proceso.
Te recomiendo muchisisimo que aprendas a meditar con mindfulness, pues a mi en lo personal, es lo que me ha ayudado a mantenerme tranquila durante el embarazo, claro que al principio tuve mis shots de cambios hormonales con sus altibajos emocionales, volver a experimentar taquicardia me generó ansiedad, pero todo esto lo pude sobrellevar gracias a que ya tengo aprendido en mi interior el aceptar los síntomas, dejarlos estar, observarlos, sin juzgarlos, sin ponerles la etiqueta de bueno o malo, mantenerme en mi respiración y dejar pasar el momento, y todo esto, lo aprendí con mindfulness.
Así es que te lo recomiendo mucho.
Creo que de lo que se trata es de aceptar las sensaciones y los cambios cuando están sucediendo, sin adelantarte y absorbiendo el aprendizaje que cada momento te brinda, abriéndote a disfrutar de ésta etapa que seguro, con el bebé que llevas dentro, será una única vez.
Como mujeres necesitamos unirnos más, y por eso, te invito a que compartas en los comentarios lo que a ti te sirve para mantenerte tranquila en el embarazo o después, pues a veces en este proceso nos podemos sentir muy solas, y no lo estamos.