Te comparto puntos útiles y efectivos para llevar una relación de pareja en paz.
Los obstáculos que te impiden tener una relación de pareja en paz son:
Que sea lo principal de toda tu vida, que esté por arriba de tus otras actividades, que ocupe la mayor parte de tu tiempo, de tus pensamientos y de tus sentimientos. Creer que si estás bien con tu pareja, entonces tú estás bien en general. Esto genera que dejes de ver por ti, por tus propias necesidades, que inclusive se te llegue a olvidar qué te gusta, qué quieres hacer, que no seas capaz de tomar tus propias decisiones.
Si tu vida fuera un pastel, haces de tu pareja el pastel completo. Pero no es así, tu eres el pastel, y tu pareja es una rebanada, puede ser muy grande, pero no puede ser el pastel completo.
Tener altas expectativas e ilusiones sobre lo que te gustaría que tu pareja hiciera o fuera, imaginas que llegas y te esperará con un regalo, que te felicitará en tu cumpleaños de cierta forma, etcétera. Expectativa es igual a esperar, y cuando esperas, entra el problema, pues no le comentas lo que te gustaría que hiciera y normalmente la situación termina en frustración.
Tener expectativas a veces se convierte en creer que el otro te adivina el pensamiento y te lee tus más profundos anhelos, esto también sucede en la sexualidad, no le dices lo que te gusta, pero le reclamas o le guardas resentimiento por no hacerlo.
Crees que al controlar a tu pareja te sientes seguro de que todo está bien. Al querer controlar al otro te aseguras de que sea la persona con la que quieres estar, pues claro, tú determinas quién tiene que ser. Le pones demandas en tu pareja sobre cómo debe de comportarse, qué debe de decir, cómo debe de llevar a cabo su trabajo, su aspecto físico, todo.
El problema con esto es que te pierdes de la oportunidad de conocer a tu pareja tal y como es, y te la vives tenso y frustrado porque por más que lo quieras controlar, termina mostrando su verdadero ser. Y la parte controlada, por más sumisa que sea, tarde o temprano sacará todo ese enojo guardado de ser privado de su libertad, y explotará de alguna manera.
Sospechar constantemente de las intenciones o acciones de tu pareja, desconfías de lo que hace con su tiempo libre, de con quién se está viendo, de si lo que dice es verdad o no. Puede ser que desconfíes también de su capacidad, de que tenga las habilidades y fortalezas necesarias para estar contigo en la relación.
La falta de confianza te genera falta de seguridad, y esto es el ingrediente básico de la ansiedad.
Crees que ser pareja significa ser uno en cuanto a que tienen que estar todo el tiempo juntos, tomar las mismas decisiones, decidir todo sobre todo. No es lo mismo ser pareja que ser una fusión, (se que se siente padre fusionarse), pero si queremos tener una relación sana, hemos de esforzarnos por saber ser pareja en libertad.
Libertad de tomar una decisión, y después negociar con el otro. Libertad con el uso de nuestro tiempo, de nuestras creencias, gustos, actividades. Lo que ésta libertad implica para ti, el otro ha de estar de acuerdo.
¿Cómo podrán volar dos águilas si se amarran las alas uno al otro?
Tener miedo a ser abandonado, creer que no podrías vivir sin ella o sin él, que tu vida depende de seguir con esa persona, y que no sabrías como reponerte ante una ruptura
Por una necesidad infantil no cubierta, o por una baja autoestima, tienes la necesidad constante de que tu pareja te satisfaga todos tus caprichos o necesidades, quieres que tu pareja ocupe el lugar de tu papá o tu mamá (aunque no te des cuenta), que te resuelva lo que se te dificulta, que te cuide cuando enfermas, que te pague tus cuentas, etcétera.
Desconfías de ti mismo de que eres capaz de cuidarte a ti mismo y ver por tus necesidades, y por lo mismo crees que si la relación termina, sufrirás incansablemente y que jamás podrás reponerte.
Cuida el miedo a ser abanado, pues por ese miedo empiezas a actuar de tal manera que tu mismo generas que la relación se vaya quebrantando. Mejor ten la confianza de que con esa persona o sin esa persona, tu eres un ser completo y autosuficiente, y que si estás con tu pareja, es para disfrutar, más no para sobrevivir.
Comparar a tu pareja con otras personas constantemente, sobre todo con tus parejas pasadas, decir “es que fulanito no era así” o… “yo veo que la esposa de fulanito sí le prepara de comer, tu deberías de ser igual”. Esto puede ser dicho o no dicho, pero lo piensas, y te estresa.
El comparar tu relación con otras relaciones tampoco funciona, pues por más que veas que los demás son perfectos o que se llevan increíble, no sabes cuál es su problema de fondo o su realidad diaria. Además, cada relación es única, y has de ser creativo para resolver tus conflictos en conjunto con tu pareja.
Y mucho menos funcionará comparar tu relación de tu pareja con la de tus papás, o a tu pareja con tu mamá o tu papá. Recibiste un ejemplo de cómo ser pareja, pero eso no significa que tenga que seguir siendo así.
Llevar al futuro las cosas que no te gustan de la relación, pensando que se agrandarán e intensificarán, lo aplicas a otras situaciones, crees que así será él o ella por siempre y que esto irá de mal en peor.
Magnificas las acciones o palabras que usa tu pareja, y le pones etiquetas de que porque así actuó, así es. En lugar de decir “gritaste”, dices “eres un gritón”.
Meter a otras personas en la relación, sobre todo a familiares, esto es, que otras personas quieran resolver los conflictos que existen entre ustedes, o se pongan de lado de uno o del otro cuando les platicas algo, o bien, que de la nada, lleguen a decirte qué y cómo deben de llevar su relación
Falta de tiempo para convivir y platicar, creer que con el simple hecho de vivir juntos o estar juntos, estáaaaan juntos. Se necesita tiempo para cultivar la relación, y no nada más para ver tele o comer, sino para platicar y ponerse al tanto de su día, su mes, sus sueños, sus necesidades, etcétera.
En caso de tener hijos, el sentir que no cuentas con el apoyo incondicional para el cuidado o manutención de tus hijos, o para la toma de decisiones, sentir que te lleva la contraria o que no se entienden en momentos de tomar decisiones para los hijos
Si eres hombre, y tienes hijos, puede angustiarte si no sientes de tu pareja la misma atención que recibías antes de los hijos, te sientes echo a un lado y que tus necesidades o pláticas no son tan importantes como todo lo que le sucede a los hijos
si eres mujer, el sentirte poco comprendida por tu pareja en tus cambios de humor o necesidades afectivas
El no tener claros los roles o las funciones de cada uno dentro de la pareja, tener la incertidumbre de “qué pasaría en caso de…”, el no conocer lo suficiente a tu pareja como para saber si están en el mismo canal o si es necesario llegar a un acuerdo
Es totalmente normal que estés en desacuerdo con tu pareja y con otras personas, lo que no es normal, es que creas que tú siempre tienes la razón, que te montes en tu caballo y de ahí no bajes a ver la perspectiva de tu compañero/a. El creer que tu percepción de la realidad es la única y la verdadera, te impedirá entender y comunicarte con tu pareja, así es que comienza por ponerte en sus zapatos y ver que lo que dice es verdad para él o ella.
La culpa es igual a castigo, y cuando tu te sientes culpable o le echas la culpa al otro, estás castigando. Si te estás castigando a ti, terminarás en depresión, y si culpas al otro, terminarás en enojo e inclusive en ira.
Atrévete a ver las situaciones como responsabilidad 50% y 50% en la relación de pareja. Al ser dos personas, los dos son igualmente responsables de lo que sucede. Si crees que todo lo malo que pasa es tu culpa o la del otro, te limitas de ver la solución o salida del problema; si ves la responsabilidad, encuentras la respuesta para mejorar y evitar que se repita eso que te disgustó.
Te haces la víctima cuando te visualizas sin poder y sin responsabilidad sobre tu relación de pareja. Va ligado con echarle la culpa al otro. Y victimizar al otro es cuando lo ves menos que tú, minimizas su valor y dices frases como “pobrecito nunca aprendió a ser buen hombre”. Si no te parece la situación de pareja en la que vives, es tu responsabilidad hacer algo al respecto.
No nada más de actividades, sino de cómo te comportas y cómo te muestras a tu pareja. Te vuelves predecible, y en cierta forma, aburrido o aburrida para el otro. El cansancio de la vida diaria te gana y dejas de hacer actividades tanto contigo mismo como con el otro que salen de lo común, te alejas de amistades, te enfrascas en lo predecible, y así, fácilmente alguno de los dos se termina cansando.
Cualquiera que sea el obstáculo en tu relación de pareja, existe una salida, manténte al tanto para el post de qué hacer para recuperar la paz y armonía en tu pareja.