Un pensamiento negativo echa raíz y evoluciona en obsesión aumentando la ansiedad cuando le creemos, cuando nos hace dudar de nosotros mismos, de quienes somos, de lo que deseamos, de lo que podríamos llegar a hacer y cuando nos hace dudar si lo que nos está diciendo, podría suceder.
Entonces te asustas, sigues pensando en eso, preguntándote por qué pensaste eso, por qué te vino esa imagen, esas palabras, esa sensación, aumenta tu angustia al no entender por qué y ya no puedes volver a estar en paz.
El pensamiento negativo pasa de ser una reacción fugaz de dos neuronas chocando entre sí, a todo un trastorno que te bloquea y te limita a seguir. Incluso sientes que no puedes continuar con tu vida como si nada, después de haber tenido ese pensamiento.
Y ahí está la razón de por qué evoluciona a algo más, en la importancia que le damos al contenido de ese pensamiento, en lugar de ver más allá de por qué apareció y resolverlo. Puedes romper el cliclo de pensamientos negativos.
Ver: "Origen de los pensamientos obsesivos y negativos en la ansiedad"
Recientemente me convertí en mamá por segunda vez, a los 10 días de estar en casa, una noche, tuve pensamientos negativos del tipo de impulsión de hacer daño.
Me sorprendí de estarlos teniendo, e inmediatamente me dije a mi misma “wow... no sabía que estaba tan cansada”.
Y en lugar de engancharme con “qué mal que tuve estos pensamientos” y en lugar de dudar de mí misma, me puse a decirme cosas positivas como “Tranquila... Es por todo lo que estás viviendo, es pasajero y vamos a resolverlo”.
En la mañana siguiente, lo que hice fue hacer una lista de todas las cosas que me estaban generando enojo y frustración (salieron muchas más de las que esperaba), e hice conciencia de cómo me afecta la privación del sueño.
Por otro lado, continué con mis actividades y estuve abierta a ver si regresaban o no esos pensamientos pero sin estar demasiado atenta a eso, o sea, seguí con mi día sin obsesionarme con el tema y más bien, me dediqué a dormir todo lo que pude.
Entonces, liberando emociones y aumentando el descanso, junto con una actitud positiva hacia mí, comprendiendo que el pensamiento negativo aparece como consecuencia de eso y no como señal de deseo, fue que esos pensamientos sólo aparecieron esa noche.
El punto está en saber que la mente genera pensamientos negativos por muchas razones y no necesariamente como señal de que desees eso o de que realmente vaya a suceder.
El punto está en que no permitas que el pensamiento te haga dudar de ti mismo. Y que te recuerdes quién eres.
De hecho, el pensamiento te inquieta y lo catalogas como negativo, precisamente porque va en contra de tus valores, de tus deseos y de tu esencia. Hay que tener mucha auto compasión en cuanto a comprender que la mente genera los pensamientos, más tú no eres ellos, no te definen.
Y quizás te preguntas ¿Por qué la mente genera esos pensamientos? Porque está tratando de darle forma a las emociones que traes dentro y hace uso de la información que tiene disponible, según las películas, historias o experiencias que te han impactado.
Ver: "Pensamientos y miedos vergonzosos en la ansiedad: de dónde vienen y qué hacer con ellos"
Ahora no te juzgues, yo también lloré en esta ocasión por estar teniendo esos pensamientos, es normal que nos sintamos mal de tenerlos.
El punto está en cómo reaccionas después, en lo que haces después, y en cómo interpretas el haberlos tenido.
Pero por lo pronto, date permiso también de sentirte triste o enojado por tenerlos, nadie quiere estar pensando cosas “feas”.
⁃ Posiciónate como observador de tus pensamientos, o sea, que tú eres quien se da cuenta de lo que piensas, más no eres el pensamiento en sí
⁃ No le creas al contenido del pensamiento, no permitas que te haga dudar de quién eres y de lo que deseas para ti
⁃ Veelo como consecuencia de una acumulación emocional y cansancio, sobre todo de enojos, privación de sueño seguramente, mezclado con información que estaba guardada en tu cerebro por las cosas que has visto o escuchado, que te impactaron
⁃ Desahoga todo lo que traes acumulado, tienes derecho a estar enojado incluso en momentos donde “tendrías que estar feliz”
⁃ Cubre tus necesidades físicas: descansa, duerme, aliméntate bien, consiéntete, bájale a la presión interna y date un tiempo para ti
⁃ Sigue con tus actividades abierto a que si regresa el pensamiento no hay problema... Pero abierto también a que quizás no regrese
⁃ Si tienes alguien de confianza platícale lo que estás viviendo y necesitando, si puedes desahógate abiertamente
⁃ Recuerda quién eres y lo que deseas, y describe las acciones que corresponden a esa persona que sí eres, o sea, lo que has hecho que demuestra lo contrario al pensamiento
⁃ Conecta con el amor que has dado y que has recibido, con los momentos bonitos, con las acciones positivas y las cosas buenas que te han sucedido
⁃ También ayuda practicar el hoponopono: “Lo siento, perdón, gracias, te amo” ante ese momento de tener los pensamientos y también hacia lo que había vivido emocionalmente fuerte en los últimos días
⁃ Finalmente, se trata de optar por la confianza en ti, por la vida y en los demás; en tu impulso de amor y esencia positiva.
Yo se que no es nada bonito tener pensamientos negativos, y hay que darle importancia al hecho de que aparecieran y hacer algo para atender ese llamado de nosotros a ponernos atención, más no hay que engancharnos con ponerle demasiada atención al contenido.
Recuerda que tú no eres tus pensamientos, tú eres mucho más que el producto de tu cerebro, eres el observador de esos pensamientos y quien puede crear su realidad según tus verdaderos deseos.