Las náuseas son un síntoma común cuando tenemos ansiedad, nuestro estómago nos está diciendo que tiene mucho estrés acumulado.
Cuando tu cuerpo se estresa, activa su sistema nervioso simpático, t de las primeras cosas que hace es paralizar las funciones del estómago (pues éste requiere de mucha energía que en su momento es mejor utilizar para atacar o huir). Junto con esto, empieza a segregar adrenalina y otras sustancias que a la larga, eventualmente afectan al estómago.
Es por esto, que la ansiedad y las afecciones del estómago están íntimamente ligadas, por eso es que es tan común que sintamos náuseas, ganas de vomitar, diarrea o simplemente malestar estomacal sin entender bien por qué. Bueno, la razón es que llevas mucho tiempo afectando tu sistema digestivo con tanto estrés que acumulas en tu interior, y que ahora se convirtió en ansiedad.
Como normalmente digo, la ansiedad tiene muchas caras, una de ellas es la punta del iceberg, conformada por los síntomas físicos y emocionales inmediatos, que son los que más nos molestan y queremos rápidamente quitar. Pero estos no son el problema real, y tampoco quitarlos es la solución. La solución está en trabajar con el fondo del iceberg, en este caso, la ansiedad.
No es que te den náuseas y luego ansiedad, o que estén por separado. Tienes ansiedad elevada y tu cuerpo lo manifiesta con náuseas (entre otros síntomas). Entonces, una vez que bajes los niveles de ansiedad, las náuseas disminuirán casi por sí solas.
Pero también hay que trabajar directamente con las náuseas, para resolver el asunto de forma integral por así decirlo.
Es el miedo a vomitar y experimentar esa sensación tan desagradable, por lo que evitas situaciones, alimentos o personas que te puedan hacer vomitar. Normalmente está relacionada con las náuseas, pues sientes náuseas, te da miedo vomitar, y empiezas a generar estrategias para evitar ésta situación.
A veces sucede que ya venías con ansiedad elevada y entonces sucedió algo, un disparador, que te hizo experimentar náuseas y probablemente vómito. La situación fue tan desagradable que generaste éste miedo a vomitar y a sentir náuseas. Entonces ahora, cada vez que las sientes, te da miedo volverte a sentir así de mal (con una crisis de ansiedad, que fue lo que te pasó esa primera vez). Y es así que se genera ésta fobia, aumentando tu hipervigilancia a tus sensaciones estomacales y tu miedo.
A mi me encanta el tema de las fobias, pues podríamos tener fobia a casi todo y sería muy fácil andarnos diagnosticando con ellas. Pero en realidad las fobias son parte de la ansiedad en cuanto a que cuando ésta está muy elevada, tendemos a experimentar cosas o situaciones desagradables, nos obsesionamos con ellas, empezamos a evitarlas y entonces ¡bum! resulta que ya tenemos fobia a eso que queremos evitar.
Pero repito, el problema no es la fobia, sino la ansiedad elevada que te la generó.
Recuerda que en el estómago se acumulan corajes y enojos, y si me atrevo a interpretar las náuseas, yo diría que son precisamente corajes y enojos que no has procesado, que quizás ni te has dado cuenta que traes, pero ahí están diciéndote a través de las náuseas que existen.
También puede ser que sean situaciones en tu vida que estás rechazando o que “te dan asco”. Situaciones que en realidad no quieres en tu vida, que desapruebas, inclusive personas, pero que no has hecho nada por resolverlo.
Como te digo, son suposiciones, y si buscas en internet seguro encuentras más relaciones del estómago con las emociones, pero principalmente se trata de enojos, corajes y situaciones o personas que no digieres.
Te recomiendo trabajar en 3 líneas: sanar tu sistema digestivo (Gastritis, colitis, acidez, indigestión, agruras), perderle el miedo a las náuseas y liberarte de la ansiedad que te las está generando.
Para esto existen infinidad de terapias y tratamientos, desde un cambio en tu dieta, limpieza del colon, tratamiento con tes (infusiones), ciertos jugos, constancia en tu alimentación, eliminar refrescos, tratamientos médicos… etcétera. Lo importante es que te enfoques en tu estómago y en sanarlo, no en medicarlo y sopar los síntomas sino realmente sanarlo.
Mientras tanto te puede ayudar que antes de comer, te tomes un te de manzanilla o de toronjil, y que después, te tomes una pastilla de Tums o un vaso de agua con bicarbonato. Como te digo, son remedios que te ayudan para aminorar las sensaciones, más no para sanar las causas ¿ok?
Lo que sí me parece muy importante es que te enfoques en comer sano y que no dejes pasar más de 4 horas entre comidas.
No porque sientas náuseas significa que vas a vomitar o que estás en peligro, tan sólo significa que tu estómago te está pidiendo atención y cuidado. Por eso, cuando sientas náuseas, siéntelas, sin resistencia, sin queja, sin agrandarlas o sin preocuparte de más, simplemente cuando las sientas, cierra tus ojos y ponles tu atención, mientras que aflojas tu estómago y respiras profundo unas cinco veces.
Cada vez que respires, mándale oxígeno a tu estómago, y puedes hacerlo mientras que le dices frases positivas como “tranquilo, todo está bien, ya estamos sanando”.
Lo importante es que dejes de activar más estrés al sentirlas, porque de por sí ya tienes ansiadad, y luego cada vez que sientes náuseas te asustas más… pues estás aumentando “el problema”.
Por eso piérdele el miedo a las náuseas y cuando lleguen relájate, respira y piensa frases positivas.
A la par necesitas trabajar con las emociones y pensamientos que te están generando ansiedad, con los comportamientos que te son dañinos o resolver las situaciones de presión en tu vida. Para eso te recomiendo ir a terapia, escribir sobre lo que sientes, empezar a hacer lo que te gusta, dejar de hacer lo que no te gusta, modificar conductas y comportamientos que te hacen daño… en fin, todo lo que necesites hacer para vivir libre de ansiedad.
A mi siempre me ha funcionado hablar con mi cuerpo, pues nuestro cuerpo está a nuestro servicio, y si algo ha hecho es funcionar y aguantarnos con todo y nuestro estrés acumulado. Por eso al hablar con él, puedes pedirle perdón por tantos corajes o estrés que tienes dentro, decirle que ya lo vas a cuidar, y darle la instrucción de que empiece a sanar.
Finalmente, dedícate a escribir todo lo que te enoja, lo que te da coraje, lo que no procesas en tu vida, lo que no toleras, lo que te genera rechazo o malestar, y de ésta forma, canalizándolo al exterior seguramente tus náuseas bajarán.
Recuerda que cualquier síntoma físico de la ansiedad es tan sólo una forma en que tu cuerpo te está pidiendo atención y cuidado, así como que aprendas a canalizar tus emociones y pensar cosas reales, así es que agradécela a las náuseas que te están gritando que hagas un alto en tu vida y empieces a cuidarte más.