Atravesar por cambios físicos no es sencillo, y menos cuando son inducidos o más fuertes, por eso en este artículo te comparto cómo manejar la ansiedad que se puede presentar después de una operación.
Es normal tener una reacción emocional después de tener una intervención médica, y lo interesante es que no importa si es que te quitaron una muela o estuviste horas en el quirófano, puede suceder de igual forma.
Y hay quienes viven esta reacción emocional un poco más fuerte por diferentes factores, pudiendo experimentar ansiedad y tristeza.
En lo personal tengo tres experiencias con intervenciones médicas.
La primera fue cuando me operé de los ojos para mejorar mi vista en el año 2009, el cual fue el año en el que se dispararon mis crisis de pánico más fuerte. (ahora que lo pienso revisaré cuándo me la realicé y qué tan cerca estuvo de la crisis más fuerte.... hhhhmmm...)
La segunda fue mi cesárea para tener a mi bebé, y en la tercera englobo las 3 extracciones de muelas de juicio y dos endodoncias, de las cuales una duró literalmente dos días.
Y de todas estas experiencias, he visto cómo he mejorado significativamente en cuanto a la ansiedad anticipatoria y también las reacciones emocionales posteriores.
Cuando me operé de los ojos sufrí muchísimo, sobre todo en el momento, sentía mi cuerpo paralizado, recuerdo esa sensación de no poder cerrar mis ojos y frustrarme simplemente por sentir esa limitación, tratando de controlarme, con miedo a cualquier cosa que decían los doctores, observando sus reacciones buscando reafirmación de que todo estuviera bien.
Aquí lo viví todo en silencio, sin decir lo que sentía o necesitaba en el momento, paralizada.
Y después de esta operación, como a los 15 días, terminé una noche en urgencias pensando que había sido intoxicada con una bebida en un bar, cuando en realidad no salió nada en los estudios (aunque mi vista si disminuyó después de ese evento y el lugar sí era famoso por meter éter en las bebidas) aún así, en los estudios del hospital decían que no tenía nada y que al parecer tuve un ataque de pánico y crisis emocional fuerte (de esas que pierdes el control de ti y sólo quieres que te conecten al suero)
Y mi conclusión ahora es que creo que se mezclaron las dos cosas, ya que un amigo me confirmó al día siguiente que si habían alterado mi bebida, pero esto en sí, no fue la causa de mi crisis emocional, fue todo el cocktail de emociones que ya traía, mezclado con el detonador de la operación y la tensión acumulada que traía.
Bien pues esa fue la peor y no tenía idea, hasta ahora, que estaba teniendo una reacción postoperatoria.
Después de la cesárea y de las endodoncias ya tenía mucha experiencia en la práctica de Mindfulness y de todo mi cambio mental, lo cual realmente te podría decir que tal cual no desarrollé síntomas importantes de depresión o ansiedad, pero claro, sí experimenté nerviosismo, sí tuve, después de la cesárea, episodios de taquicardia y sensaciones extrañas, claro... también tuve arranques de ira jeje pero, realmente nada que ver con el sufrimiento que todos conocemos de lo que es la ansiedad elevada.
Entonces, analizando mi experiencia y observando la de quienes se acercan a nosotros en desansiedad, fui descubriendo que después de las intervenciones médicas habían quienes (no todos) desarrollaban o reactivaban sensaciones y emociones propias de la ansiedad.
E investigando al respecto, he descubierto que tiene mucho que ver con una reacción de nuestro sistema nervioso, junto con una reacción de estrés postraumático, lo que principalmente nos lleva a esta situación.
Revisa si estás presentando algo de lo siguiente, y si cumples con más de 3 criterios, probablemente estés atravesando por un momento de ansiedad:
Primero que nada hay que considerar si tuviste anestesia general o no, ya que en caso de sí haberla tenido, esta puede ser una de las principales causas.
Al anestesiar tu cuerpo, estás apagando ciertos centros en tu cerebro para no percibir el dolor o sensaciones de tu cuerpo durante la operación, a través de apagar tu sistema nervioso en general.
Lo que esto ocasiona es que irás sintiendo cosas muy extrañas en tu cuerpo mientras que se va reactivando tu sistema nervioso.
Y si además traes una historia de estrés postraumático, donde tienes esta memoria de “desconexión del cuerpo igual a peligro” (ya que nos desconectamos del cuerpo cuando estamos en peligro) y no traías una práctica de cómo reconectar con tu cuerpo, entonces pues aún más sentirás la despersonalización y sensaciones raras en tu cuerpo.
Lo que nos lleva a la ansiedad ante este panorama, es también la reacción mental que tenemos a todo esto que vamos sintiendo, ya que por ejemplo, yo lo sentí después de la cesárea, pero me ayudó mucho el no agregarle interpretación, saber que era pasajero, y hacer ejercicios de relajación sintiendo mi cuerpo con consciencia, como despertándolo parte por parte.
Esto también lo puedes experimentar en menor medida si tuviste anestesia local, dependiendo de dónde y qué nervios estuvieron involucrados.
Para quienes hemos aprendido a tener el control de todo, no es fácil exponernos en situaciones donde lo perdemos y quedamos en manos de alguien más.
Esta situación nos puede llevar a conectar con una percepción de vulnerabilidad e indefensión, y activar así la alerta, el sentirte en algún tipo de peligro porque no controlas la situación, y esto genera mucha desesperación, ya que te sientes entre la espada y la pared, pues sabes que tenías que hacer esa operación, pero al mismo tiempo te sientes como que perdiste tu armadura.
Como te mencionaba anteriormente, tener una historia de estrés postraumático, te puede hacer vivir esta situación como una retraumatización, o un nuevo trauma en sí. Además, cuando tenemos una historia de estrés postraumático no resuelta o atendida, de cierta forma el cerebro reacciona más fácil a situaciones donde te expones a algún tipo de peligro, viviéndolo como un trauma, sin importar su magnitud.
Y si además en la operación existía, en tu mente o en la realidad, algún tipo de riesgo para ti, por más mínimo que sea, pues con más razón te reactiva esta sensación de “estuve en peligro”, y aunque no tuvieras historia de estrés postraumático, la operación en sí misma se puede vivir como una experiencia traumática.
Te puedes dar cuenta si esto está pasando sobre todo si tienes síntomas de temblor muscular, insomnio, arranques de ira o enojo y despersonalización.
La etapa post operatoria es súper retadora para quienes no traen práctica en el arte de no hacer nada.
Si eres una persona acostumbrada a estar haciendo mil cosas a la vez, a sentirte en peligro si no estás cubriendo las necesidades de tu familia, culpable por no ser productivo, incapaz de dejarte ser ayudado, avergonzado por sentirte incapaz de hacer algo o vulnerable… entonces con más razón la estaba post operatoria te puede generar ansiedad.
Además, en esta etapa te enfrentas a sentir cosas incómodas en tu cuerpo, quizás dolor, y sobre todo, limitaciones, y esto te puede hacer pensar que entonces no sirves, y activar la intolerancia a la frustración ante estas limitaciones temporales.
La verdad es que cuando estamos acostumbrados a “ser los fuertes” y tener todo bajo control, es incómodo e incluso, puede activar la alerta psicológica, el encontrarte en situaciones como esta.
Si antes de la operación te sentías muy nervioso y con ansiedad anticipatoria, con miedo al desenlace, o percibiendo algún tipo de peligro ya fuera real o desde tu mente, entonces, una vez que ya pasa la operación y todo salió bien o relativamente bien, digamos que el cerebro dice “fiuf, ya pasó el peligro” y es ahí… que va a aprovechar para liberar toda la tensión muscular y adrenalina que acumuló antes y durante la operación.
Recuerda, es importante que sepas que mientras que estás tenso por algo que va a pasar, acumulas esta tensión y adrenalina, y después tu cuerpo, cuando se acaba ese peligro, va a aprovechar para liberarlo todo.
De ahí que te sientas quizás agotado, sin energía y con sensaciones de liberación de tensión como taquicardia, sudoración o temblores.
Ante situaciones como esta es muy importante la perspectiva y actitud que tenemos. por eso hay que saber y recordarte a ti mismo que esto que estás viviendo es pasajero, y que mejorará en función de las cosas que hagas por ti a partir de ahora. Esta etapa pasajera será mucho más llevadera si le das tiempo a tu cuerpo de reponerse y haces a un lado todo tipo de exigencia, presión a ti mismo, culpas o viajes mentales al futuro.
Cuando te vengan las sensaciones, específicamente las de temblor, taquicardia... trata de recostarte, de relajar tu estómago y permitir que todas esas sensaciones fluyan tal y como se van presentando. Recuerda que mientras más quieres auto controlarte... más tensión aplicas y menos permites que tu cuerpo se relaje.
Aquí te dejo más ideas para liberar la tensión.
No te quedes guardado nada... si no tienes la confianza de hablarlo con tus seres queridos, busca apoyo terapéutico, y mientras tanto, escribe todo lo que sientes, escribe todo lo que pasó con la operación, como un cuento donde narras todo lo sucedido, eso te ayudará mucho a procesar toda la situación.
Aunque si la operación fue en sí más traumática o realmente estuviste expuesto a algún tipo de peligro, sí te recomiendo que busques apoyo terapéutico.
Regresa al presente, reconoce cómo en este momento presente ya no estás ahí, ya pasó, ya estás a salvo, incluso puedes decírtelo a ti mismo en esos momentos, y hacer este audio de afirmaciones positivas para la ansiedad.
Esto es sencillo pero necesitas darte tu tiempo para cerrar tus ojos y llevar tu atención a cada parte de tu cuerpo desde pies a cabeza, mientras que llevas tu atención ahí, sientes que le envías oxigeno a esa parte de tu cuerpo, como si la estuvieras re encendiendo, re conectando tu cerebro con tu cuerpo, esto te ayudará sobre todo para la despersonalización o sentirte raro.
Date la oportunidad de aprovechar este tiempo como un retiro para ti, y activar todo el auto cuidado que te sea posible, pedir lo que necesitas, consentirte... cuidarte, mimarte como te hubiera gustado que lo hicieran cuando eras niño ;)
Como arreglar tu álbum de fotos, limpiar tus archivos, ver tu película favorita, leer un libro... dibujar, hacer un collage de cosas con las que sueñas, etc etc.
Recuerda que no estás solo, que no tienes que atravesar todo esto descifrando cómo resolverlo por ti mismo, si bien el trabajo es tuyo, habemos muchas personas que podemos apoyarte.
Es importante que puedas trabajar en ti, en cuanto a aprender a sentir la ansiedad y sus sensaciones, para perderle el miedo a la misma ansiedad.
Yo sé que no es fácil, pero puedes prepararte para la operación con el poder de la visualización, teniendo más en claro "cómo sí quiero sentirme" que "lo que no quiero que suceda", y que al mismo tiempo, tengas claro qué puedes hacer en caso de que se presenten incómodas, que no necesariamente porque te sientas mal, tienes que desarrollar ansiedad.
O sea, puedes sentirte mal, sabiendo que es pasajero, sin aumentar interpretación o desesperación, aumentando auto cuidado, pero no necesariamente la ansiedad tiene que estar fuera de control, o sea, tú puedes tomar las riendas.
Para esto te invito al Programa en línea de Dale alas a la ansiedad para que te prepares y ya no le tengas tanto miedo a la ansiedad.
Vivir una operación no es cualquier cosa, y es totalmente normal que sientas consecuencias emocionales después de haberlo vivido, por eso, date tu tiempo y haz lo que necesitas para ir recuperando tu equilibrio.