¿Cómo no habríamos de asustarnos si nos duele? Pero quizás el dolor se debe a tu postura física y ante la vida?
Desgraciadamente, el asustarnos sólo empeora las cosas, pues agrega tensión a la tensión que ya existe. Es por eso que en esta ocasión te quiero platicar sobre la importancia de la postura y de abrir tu pecho para sanar o aliviar tu corazón.
Si te fijas y te auto observas durante un día completo, te darás cuenta que constantemente encorvas la espalda llevando los hombros hacia delante, bajando un poco la cabeza y apretando todo el tórax, tu pecho y tu espalda también.
Esta postura significa dos cosas:
¿Te hace sentido?
Necesitas revisar tu postura constantemente a lo largo del día, hacer un alto y respirar profundo y enderezar tu espalda, echar los hombros hacia atrás suavemente mientras que sientes cómo abres tu corazón.
Mientras haces esto, te haces consiente de que te estás abriendo a la vida, al gozo, al placer y a la creación, y también, que estás dispuesto a recibir los flechazos (miradas, insultos, palabras, abandono, juicio, lo que sea!) de los demás.
Pero es preferible andar con el pecho abierto, que estar cerrado haciéndote tu daño.
Digamos que por evitar que los demás te hagan daño, te lo estás haciendo tu, pues también te privas de las cosas positivas que puedes recibir. Recuerda que al cerrarte a las emociones negativas te cierras también a las positivas.
Así es que te invito a que ésta semana abras tu pecho, respires profundo y le des paso a la vida que está sucediendo en ti y a tu alrededor.
Si tu postura ante la vida es de estar cerrado, protegiéndote, a la defensiva, paranoico y queriendo controlar todo lo que sucede, tu postura física lo reflejará específicamente alrededor del corazón, tensará los músculos y a la larga te generará el dolor que sientes.
Si modificas tu postura ante la vida, mejorarás tu postura física y con esto aliviarás tu corazón.
Específicamente cuando dormimos, mostramos ésta actitud o postura de la que te hablo, por eso, esta misma noche, antes de dormir, revisa cómo te acuestas, y muévete de tal forma que te sientas que estás relajado y abierto, echa tus hombros hacia atrás, deja que pase el aire y ábrete a la vida.
Es muy probable que tu corazón tan sólo esté siguiendo tus instrucciones de tensarse y acelerarse para hacerle frente a los supuestos peligros en los que estás, por eso es importante que hables con él y le digas que no están en ningún peligro, que puede relajarse. Dile que confías en él, en que sabe lo que hace, y que le permitirás hacer su trabajo. Dile que tu lo proteges y que no saldrá lastimado, pero que no por eso tienen que andar cerrados los dos.
El corazón tiene inteligencia propia ¿lo sabías? y en esa misma inteligencia, hace lo que sea necesario para ayudarte a lograr lo que estás queriendo lograr, si esto es protegerte, él se protegerá y tensará los músculos alrededor de él. Por eso la importancia de decirle que estás a salvo y que puede relajarse.