Aquí te platico de la importancia de aceptar la ansiedad para desenmascararla y poder superarla.
En todos los años que llevo trabajando con personas que sienten ansiedad, he comprobado una y otra vez, que el primer paso fundamental para superarla, es aprender a aceptarla. Aceptar la ansiedad hace que tus esfuerzos por curarte realmente sirvan y que todo tu proceso de sanación sea más pacífico.
Aceptar la ansiedad implica que dejas de luchar contra ella.
Lo contrario a la aceptación es la queja y la resistencia, el renegar y no querer aceptar que eso está sucediendo en tu vida. Aceptar la ansiedad implica que realmente dejas de resistirte a ella, de verla como tu peor enemiga y de querer destruirla.
Me “encanta” cómo nos referimos a la ansiedad y a los sentimientos o pensamientos negativos como “he de destruirla, quitarla, combatirla, amarrarla, controlarla…” y bueno, esto realmente no funciona, pues todas esas actitudes internas son las que te están precisamente generando ansiedad.
El control, la resistencia y la rigidez son actitudes internas que nos generan ansiedad, y cuando tenemos los síntomas de la ansiedad, si aplicamos lo mismo, aumentaremos la tensión. Precisamente lo que nuestro cuerpo necesita para empezar a recuperar su equilibrio, es que dejes de querer controlarlo y empieces a tratarlo con más cuidado y amor.
Claro, hay que estar realmente convencidos de que no es peligrosa para poder aceptarla, pero esto solo vas a poder saber con certeza, si te dejas vivirla. Por eso, para aceptarla, necesitas valentía, mucha valentía, para sentarte y observar que no te hará daño mientras pasa por ti, y entonces así podrás ver que eventualmente cesa, se va, sin haberte generado un daño.
Pero como antes de sentirla, la dopamos, la callamos y la evitamos…en el fondo siempre nos queda la duda de que puede ser peligrosa, y entonces el miedo nos acompaña y ahí es donde entramos en los círculos viciosos de la ansiedad, en las recaídas y en la agorafobia.
Una vez que logras aceptar la ansiedad, vives el dolor tal y como es, el dolor primero y auténtico que se siente cuando estás en un estado de ansiedad, pero de ahí a que sufras es otras cosa. El sufrimiento viene a partir de que quieres quitar el dolor, (en este caso el dolor es la ansiedad), y entonces generas más tensión dentro de ti, mucha resistencia que se convierte en sufrimiento.
Bien lo dice Buddha “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.
La ansiedad es energía que vive dentro de tu cuerpo, cuando no la aceptas, esta energía se hace más grande, e intensa.
Al querer deshacerte desesperadamente de la ansiedad, le das más poder, pues estás alimentándola. Cada vez que te quejas, resistes o rechazas estás alimentándola y engrandeciendola.
Pues claro, te das cuenta que por más que haces eso no se va, y llegas a creer que entonces es incurable, que vivirás con ansiedad toda su vida.
Pero esto no es así, aumenta y pareciera ser infinita porque tu insistes en resistirla. Recuerda lo que dijo Carl Jung: a lo que te resistes, persiste.
Una vez que aceptas la ansiedad, tu cuerpo inmediatamente empieza a relajarse. Junto con esto, tu mente empieza a ver más claro y te pueden empezar a caer los veintes.
Cuando la aceptas, dejas de luchar en tu interior contra tu propio interior, se termina la guerra interna, e inmediatemente entras a la etapa de recuperación.
Es como el famoso dicho de que la guerra necesita de dos partes para existir, si estás sintiendo que la ansiedad te está atacando, entonces es momento de dejar de atacarla tú. De cierta forma te rindes ante ella y te sumerges en todos sus síntomas.
Esto significa que la aceptación no te llegará por añadidura de la nada un día de repente, la aceptación se trabaja en tu interior como una actitud interna, que aunque de momento no la sientas, la empiezas a generar dentro de ti.
La ansiedad en sí vive dentro de ti, ahí es donde la sientes (por eso pocas personas logran entenderte), pues solamente tú sabes lo horrible que se siente y lo inexplicable que puede ser justificar su existencia.
Y si la ansiedad vive dentro de ti, entonces ese es un hecho que has de empezar a aceptar, ya está ahí, es un hecho, mientras más luches contra ese hecho, más tensión interna generas en tu cuerpo, por ende, más crece tu ansiedad.
Si después de todo esto ya te convencí de aceptarla… aquí te van las principales estrategias para lograrlo:
Habla con ella
Vas a hacer una cita para hablar con ella en privado y hacer las paces. Dile lo que sea necesario decirle, lo que te nazca de tu corazón, si quieres insultarla al principio está bien, pero a lo largo de que te vas desahogando, necesito que puedas llegar a decirle: estoy dispuesto a aceptarte, acepto que estás en mi vida, que llegaste por algo, acepto que estás aquí, que algo me quieres decir y estoy dispuesto a escucharte.
Puedes hacerlo frente al espejo o imaginando que está en una silla vacía frente a ti.
Habla con los síntomas
Cada vez que empieces a sentir que la ansiedad llega con su distinguida inquietud, preocupación, nerviosismo, sudoración, taquicardia… cual sea que sea tu síntoma, en cuanto ves que empieza a llegar, en lugar de tomar una actitud de defensa y de alerta, vas a hacer un alto, y decirle “ah… aquí estás, bienvenida… puedes entrar…” (además ya está dentro entonces… más vale que le des la bienvenida).
Hablar con tus síntomas significa que dejas de creer que estos síntomas te pueden hacer algún daño, o que estás en peligro de muerte, realmente es dejar de creerlo, así es que te invito a que te atrevas a darte cuenta que si hasta el momento no te has muerto, es porque no te morirás a consecuencia de estos síntomas.
Te recomiendo que cuando empiecen a llegar, te sientes en la silla, cama o sillón con los brazos abiertos y le digas haz lo que tienes que hacer, con una actitud de “flojito y cooperando”, tu cuerpo ligero, tus ojos cerrados, y que observes cómo van llegando y qué van a haciendo en tu cuerpo.
De esta forma observarás cómo se van yendo también.
Respóndele a tu diálogo interno
Cada vez que te caches diciéndote a ti mismo ¡por qué me está pasando esto a mi, por qué yo, por qué a mi! vas a responder esa pregunta. Vas a decirte pues porque algo necesitas aprender, porque llevas mucho tiempo descuidándote, porque es momento de evolucionar, lo que sea que te hace más sentido.
Te recomiendo hacer lo mismo con cualquier otra pregunta que llegue a tu mente, busca tú mismo la respuesta, evita dejarla al aire porque cada vez que lo haces te estás mandando un mensaje de que no existen soluciones y respuestas, de que está muy difícil superar esto, de que es casi imposible.
Descubre el mensaje
La ansiedad no apareció así de la nada en tu vida, es la consecuencia de algo, y por eso mismo te trae el mensaje de que necesitas evolucionar en algún punto de tu vida.
El mensaje generalmente gira alrededor de lo siguiente
Una vez que descubras el mensaje y actúes en consecuencia, verás que la ansiedad se irá más pronto de lo que crees.
Para más información sobre el mensaje busca en: https://www.desansiedad.com/que-es-la-ansiedad-mensaje-equilibrio
Deja de asustarte
Finalmente, es muy importante que dejes de asustarte. La ansiedad tiene su fundamento en miedos y temores sin justificación real, son mentiras e inventos de nuestra mente. Si sigues asustándote por estar viviendo esto, si sigues creyendo que algo malo realmente te puede pasar, que puedes perder la razón… entonces como te decía antes, estás alimentando la ansiedad, estás haciendo más grande al monstruo.
Créeme que el sentir que algo malo está pasando o que te estás volviendo loco, es parte de los síntomas de la ansiedad, y ninguno de los dos es verdad. No te vas a morir ni te vas a volver loco, necesitas convencerte de eso por favor.
Vuelve a disfrutar
Yo se que la ansiedad te hace sentir que ya no puedes disfrutar de tus actividades normales, pero te invito que a pesar de que existe la ansiedad dentro de ti, te des permiso de volver a disfrutar de tus actividades y de ir recuperando el gusto por vivir.
Para hacer esto, te recomiendo que durante una semana por lo menos, hagas en cada momento, absolutamente lo que se te antoja. Que pidas esa semana libre si es necesario, pero que disfrutes de estar contigo, que no le rindas cuentas a nadie, que re conectes con la libertad.
La ansiedad no es mala, tampoco es tu peor enemigo, es algo que nació dentro de ti y te trae un mensaje que mejorará tu vida y le dará un giro de 180 grados. Si crees que ya te conocías, que ya sabías lo que era ser feliz, prepárate, pues si logras aceptar la ansiedad y verla como una aliada en tu vida, descubrirás aún mucho más la verdadera plenitud.