Jan Chozen Bays habla de 7 diferentes tipos de hambre, con los cuales practicaremos el domingo en el taller, y a lo largo de la meditación con Mindfulness también.
Pero sobre todo me parece muy interesante que ella habla de 7 diferentes tipos de hambre, con los cuales practicaremos el domingo en el taller, y a lo largo de la meditación con Mindfulness también.
1.- Hambre por la vista: lo veo… y me da hambre.
2.- Hambre por la nariz: lo huelo… y me da hambre.
3.- Hambre por la boca: se me hace agua a la boca… anhelo su sabor… y me da hambre
4.- Hambre por el estómago: siento un hueco, mis tripas suenan… me da hambre (generalmente estamos desconectados de éste)
5.- Hambre por el cuerpo: te deshidratas, o haces demasiado ejercicio, y te da hambre.
6.- Hambre por la mente: te llega alguna idea, o tienes aprendido que a las 2pm se come… y te da hambre.
7.- Hambre por el corazón: sientes tristeza o soledad… y te da hambre.
¿Cuál hambre es verdadera? ¿la única? ¿la inigualable? La del estómago y la del cuerpo.
Las demás solamente son anclajes y relaciones que formamos con la comida, que nos generan una sensación de hambre en nuestro cerebro, pero nuestro cuerpo realmente no necesita el alimento más que cuando tu cuerpo o tu estómago así te lo piden.
Así es que antes de devorarte un pastel o paquete de palomitas, pregúntale a cada parte de tu cuerpo quién es la del hambre… y decide si lo complaces o no, se vale complacer, pero no se vale quererlo satisfacer a tal grado que después te arrepientas, pues claro, no tenías hambre realmente….era sólo un antojo, date los antojos sin llenarte.
Nos hemos confundido con los tipos de hambre, pues desde chicos fuimos perdiendo la capacidad de escuchar realmente lo que nuestro cuerpo necesita, por eso MAMÁS: si su hijo ya no quiere comer, no lo obliguen a comer más o acabarse el plato, pues ellos sí saben escuchar a su cuerpo. Y en los momentos que les pidan comida…aunque no sea la hora de comer, denles opciones saludables y ricas para que realmente aprendan a comer cuando tienen hambre, y las cantidades que necesitan. Claro, siempre y cuando no sea demasiado tarde y se estén moviendo por el hambre de la vista al ver los panditas en la alacena.
Otra estrategia que podemos hacer con ellos, es acostumbrarlos a que cuando coman… coman. Que no exista televisión, ipad, iphone, lo que sea, pues ahí es donde empezamos a desconectar el sentido de saciedad, al no poner atención a lo que comemos… podemos comer y comer, o bien, dejar de comer porque lo “otro” está mas entretenido. De por sí comer mientras platicamos ya implica un desfase de nuestra atención, disminuyamos lo más posible los distractores.
Y si tu hijo ya está desconectado del arte de comer, siempre puedes inventar juegos con la comida (si se vale, ¿por qué no?) al querer verla tan seria es que luego nos la tomamos tan en serio y vivimos obsesionados con ella. =) Como adultos podemos probar hacer eso, decorando nuestro plato en formas divertidas, combinando colores, mezclando sabores… y de esta manera, le pondremos más atención a lo que comemos.
Si quieres leer el artículo en inglés, ésta es la liga