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¿Lo que siente tu cuerpo es por ansiedad? Conoce los síntomas

¿Lo que siente tu cuerpo es por ansiedad? Conoce los síntomas

La ansiedad es una de las condiciones de salud mental más comunes a nivel mundial. Un estudio reciente publicado por UNICEF comparte que de 8.444 jóvenes encuestados el 27 % reportó vivir con ansiedad en los últimos dos años. El no tener herramientas para manejar la ansiedad puede ser debilitante para quienes la padecen y se caracteriza por sentimientos de miedo intenso, aprehensión y preocupación por el futuro. Los síntomas varían de una persona a otra: algunas experimentan ataques de pánico, mientras que otras se sienten constantemente nerviosas o irritables.

El cuerpo siente muchas cosas cuando tenemos ansiedad, pues nuestro sistema nervioso es el que se ve alterado en ella. En este artículo se explicará cómo se siente la ansiedad física y emocionalmente, así como la forma de identificarla si se sospecha que se está experimentando.

¿Por qué siento todos estos síntomas extraños en mi cuerpo? ¿Acaso será ansiedad?

Es increíble la cantidad de preguntas que recibimos a diario sobre si lo que siente el cuerpo es por ansiedad o no. Si tú eres una de esas personas, por favor, pon atención a lo que te vamos a platicar.

La ansiedad es la consecuencia de vivir estados fuertes de estrés, ya sea por poco o mucho tiempo. Al vivir así, estuviste activando y desactivando tus sistemas nerviosos simpáticos y parasimpáticos.

Vives estrés cada vez que te tensas, apresuras, preocupas, agobias, aceleras o presionas a ti mismo, cada vez que te guardas emociones, cada vez que te imaginas escenarios peligrosos en tu mente, en pocas palabras, es probable que vivas bajo mucho estrés.

Ahora, los sistemas nerviosos simpático y parasimpático son parte del sistema nervioso autónomo, el cual se encarga de llevar a cabo todas las funciones automáticas de tu cuerpo sin que tú tengas que mandar la señal, es decir, casi todo lo que funciona dentro de tu cuerpo: respiración, frecuencia cardíaca, dilatación y contracción de vasos sanguíneos, digestión, salivación, sudor, contracción y relajación del músculo liso en varios órganos, acomodación visual, dilatación de la pupila, secreción de glándulas exocrinas y endocrinas, la micción y la excitación sexual.

¿Entonces de dónde recibe tu sistema nervioso autónomo la indicación de modificar alguna de estas funciones? Principalmente de tu sistema nervioso central (SNC), el cual a su vez se conforma de la médula espinal y el tallo encefálico, y por otra parte también recibe las señales del hipotálamo.

¿Y qué crees? El SNC regula la información que entra del exterior para mandar la señal a tu interior de lo que tiene que hacer, o sea, si tú interpretas algún peligro exterior, tu SNC le manda la señal a tu SNA de que acelere el corazón y haga todo lo demás que corresponde al estrés.

Por otro lado, el hipotálamo es el rey de las emociones, del hambre, del sueño y de la temperatura interior.

Así es que no hay de otra, es un hecho: cuando vives con emociones fuertes que no procesas y no liberas de tu cuerpo, tu hipotálamo junto con tu SNC siguen mandando la señal de que estás en peligro, y entonces tu SNA sigue activando y desactivando tu sistema simpático y parasimpático… Y entre todo este relajo activa y desactiva constantemente muchas otras de las funciones de tu cuerpo.

Todo esto es a nivel nervioso

Todas estas funciones y eventos internos son a nivel casi eléctrico, de emisiones nerviosas, literalmente electricidad que recorre toda tu columna vertebral y tallo encefálico. No existen fallas orgánicas en sí, sino un desajuste nervioso. Por eso se dice “me dio una crisis de nervios”, porque todos estos sistemas que te describimos antes funcionan a través de nervios que se activan y mandan las señales a los órganos y diferentes sistemas para que funcionen ya sea en alerta o en relajación.

Por eso te recomendamos también hablarle bonito a tu columna, para así sanar tus impulsos eléctricos internos y regular la intensidad de tus emociones.

¿Entonces lo que siente tu cuerpo es por ansiedad?

Si ya tienes tus necesidades básicas cubiertas, si ya comiste, si dormiste bien, si no tienes calor o deshidratación, en fin, si ya has cubierto tus necesidades físicas y aun así sientes algo extraño en tu cuerpo, entonces muy probablemente sí, lo que sientes es por ansiedad.

Si ya descubriste que tienes estrés acumulado junto con las emociones de angustia o desesperación, entonces seguramente todo lo que sientes a nivel físico es por la misma ansiedad. Son impulsos nerviosos y eléctricos que corren desde dos lados: tu interpretación y tus emociones, hacia el resto de tu cuerpo.

Si anteriormente has acudido al doctor y obtienes como respuesta que te encuentras en buen estado de salud a pesar de los malestares físicos, es probable que entonces tengan su origen en la ansiedad (Recuerda no asustarte y no autodiagnosticarte, es necesario que acudas con un experto para saber lo que está ocurriendo). 

¿Sientes que algo malo está pasando o lo piensas? Tu cuerpo es un reflejo de tus  emociones y pensamientos

Es por todo esto que decimos que el cuerpo es el mejor de los mensajeros, pues literalmente refleja lo que está pasando en tu cabeza, a nivel mental y emocional. Por eso insistimos en que no vale la pena que te enfoques en lo que tu cuerpo siente, sino en lo que lo está generando.

Obsesionarte por las diferentes sensaciones físicas tan sólo te distrae de atender lo que realmente necesita atención, que son tus emociones y tus pensamientos. Digamos que te vas por la finta, y lejos de sanarte estás aumentando la tensión: mandas más señales e impulsos de que estás en peligro, y entonces te autogeneras nuevos síntomas extraños.

En la década pasada varios científicos y especialistas de la salud mental se dedicaron a explorar la vinculación del cuerpo con lo que sentimos llegando a crear un “mapa de las emociones”, en el cual se puede observar cómo diversas áreas de nuestro cuerpo se vinculan con las emociones básicas como la tristeza, el enojo, la alegría, la sorpresa y el miedo. Estas emociones tienden a manifestar mayor actividad corporal en lo que es la parte superior del tronco corporal, es decir, la espalda, el pecho y la cabeza, lugares donde se alojan también nuestros órganos vitales.

Este descubrimiento abre la puerta para generar mayores investigaciones en torno a nuestro cuerpo y a la manifestación de nuestras emociones. Si te interesa conocer más al respecto, te invitamos a que googlees sobre esta maravillosa topografía.

Quizás tienes tu conciencia somática muy aguda

Existe en la psicología un fenómeno interesante y curioso que suscita investigaciones para descubrir su origen y sus implicaciones en nuestro cuerpo y nuestras emociones. Este fenómeno se llama somatización, con este se explica que a partir de cuestiones psíquicas se generan síntomas físicos; por ejemplo, cuando hay mucho estrés acumulado puede ser factible que te duela la cabeza, el cuello o la mandíbula con mayor frecuencia, o también hay personas que dicen que cuando experimentan miedo sus dolencias estomacales aumentan.

Además, hay  quienes tienen una alta conciencia somática, esto es que su capacidad de percibir sus sensaciones internas es muy aguda. Entonces cuando tenemos ansiedad nuestra conciencia somática está muy desarrollada, es probable que aumenten los niveles de estrés cada que nos percibimos en peligro, sea real o no.

Podrías tener tantos síntomas extraños como células en tu cuerpo

El punto es que cuando tienes ansiedad, al tener el sistema periférico alterado por la cantidad de estrés, podrías tener tantos síntomas extraños como te puedas imaginar. Además, tienes tu atención exageradamente puesta en encontrar nuevas sensaciones, y esto, aunado a una percepción interna aguda, hace que percibas todos los cambios que hay en tu cuerpo, incluidos los más mínimos.

Lo importante aquí es que le des un giro a esta situación y en lugar de estar pensando si lo que sientes puede ser por ansiedad o no, mejor enfócate en analizar cuál es la emoción que te está queriendo mostrar ese síntoma.

Una vez que disminuyas tu ansiedad (conoce los 5 pasos para transformar la ansiedad en libertad), seguramente esas sensaciones y dolores desaparecerán. Si no lo hacen, visita a tu médico. Y si él te dice que todo está bien, recuerda que también existe una memoria corporal que es necesario desaprender para que te puedas liberar de esos síntomas.

Pero ten presente que lo que no funciona es agregar más tensión una vez que empiezan los síntomas. No funciona que pases tu tiempo pensando sólo en lo que sientes, pues dejas de atender lo que realmente necesita atención: las causas de tu estrés y ansiedad.

Cada cuerpo es diferente

Ahora, no todos sienten lo mismo cuando tienen ansiedad, ya que depende mucho de cada cuerpo y cada mente. Por eso necesitas conocerte a ti mismo y descubrir por qué sientes lo que sientes, en qué situaciones aparecen, después de haber sentido qué emociones o de haber vivido cuáles experiencias. De esta forma podrás diferenciar si lo que sientes es por ansiedad o simplemente tienes hambre, cansancio o calor, por ejemplo.

Las sensaciones en tu cuerpo debido a la ansiedad

En general, las sensaciones que se presentan en la ansiedad son todas las relacionadas con lo siguiente:

  • Cualquier dolor muscular.
  • Hormigueos.
  • Tensión corporal.
  • Paralización.
  • Aceleración del corazón y opresión en el pecho.
  • Temblor de cualquier parte del cuerpo.
  • Cosquilleo.
  • Frío o calor interno.
  • Mareos.
  • Cambios de visión.
  • Pitidos en los oídos u oídos tapados.
  • Dolores de cabeza.
  • Sudoración o sed excesiva.
  • Caída de cabello.
  • Alergias en la piel.
  • Ganglios inflamados.
  • Sensación de pesadez física.

¿Entonces qué hacer?

Ayúdale a tu sistema nervioso a recuperar su equilibrio.

¿Cómo? Aprendiendo a relajarte, a soltar la panza, a dejar de interpretar todo lo que vives como un peligro, descargando la tensión física y emocional.

Haz ejercicio, aliméntate bien, toma vitaminas.

Pero sobre todo, dale crédito a tu cuerpo. Confía en él. Reconoce que está haciendo lo mejor que puede para mantenerte en equilibrio. Vuélvete su aliado en lugar de su enemigo. Confía en lo que hace y dale el alimento, ejercicio y descanso necesario para que por sí mismo se reponga

Si crees que necesitas más ayuda, en Desansiedad contamos con un tratamiento en línea para la ansiedad, en el que a través de videos, audios, ejercicios, te compartimos las posibles causas, su origen y recomendaciones puntuales que te ayudarán a sentirte mejor.

En Conclusión

Ten presente que es de mucha ayuda para tu proceso y para disminuir tus niveles de estrés aprender a diferenciar entre lo que sientes a causa de la ansiedad y lo que corresponde a una cuestión de salud física. Pero, en general, si has cubierto tus necesidades físicas y aún así te encuentras con algún nuevo síntoma que te preocupa, no tengas miedo de buscar a un profesional que te pueda confirmar si lo que sientes es por ansiedad.

Mira a la ansiedad como una oportunidad para que trabajes en ti y al fin liberes toda la atención acumulada. Escucha a tu cuerpo. Dale una alimentación saludable, descanso, relajación y ejercicio, pero también busca la manera de sanar con un terapeuta, para que trabajes todo desde su origen.

Y antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos, así como los ejercicios que te sugerimos, no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar la guía adecuada.

Colaboradores: Anel de León y Pablo Aparicio.

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