Ansiedad Generalizada
Los mareos por ansiedad son un síntoma común, la cual también puede provocar sensaciones de desmayo, aturdimiento e inestabilidad. Por lo mismo, puedes tener dificultades para concentrarte o enfocar tu trabajo cuando los experimentamos. Algunas personas lo describen como una sensación de "pérdida de conocimiento" o como si fueran a desmayarse en cualquier momento. En este post te explicaremos porqué ocurre y qué puedes hacer al respecto.
Los mareos son una sensación de inestabilidad en el cuerpo. Un síntoma o señal de que estás presentando algún desequilibrio interior, ya sea a nivel físico o emocional. Rara vez aparecen aislados o de manera individual, ya que se deben a algo más. El mareo por sí sólo no es una enfermedad pero necesitas atender lo que lo está ocasionando.
En lugar de preocuparte excesivamente con el hecho de que estás mareado, hay que ubicar cuál es su causa y trabajar desde raíz. Una vez que resuelves su causa y te enfocas en recuperar tu equilibrio, el mareo disminuye por sí solo.
En pocas palabras, sabemos que los mareos son muy desagradables:
Hay distintos tipos de mareos y diferentes causas para cada uno de ellos; en este caso hablaremos específicamente de los mareos ocasionados por el estrés y la ansiedad.
Otras señales que aparecen junto con los mareos son las siguientes:
Es normal que nos asustemos por los síntomas que podemos llegar a experimentar debido a la ansiedad. Y muchas veces incluso nos da más miedo que no encuentren una causa específica para lo que sentimos.
Sin embargo, es importante que poco a poco le vayas perdiendo el miedo al mareo, pues esta emoción nada más activa tu sistema nervioso, aumentando el desequilibrio que te está llevando a sentirte mareado.
Si además del mareo tienes otros síntomas como dolor de cabeza, tensión muscular y angustia, te recomendamos revisar este post para comprender Por qué tienes todos esos síntomas tan extraños en tu cuerpo.
Como la tensión y el miedo nada más aumentan tu malestar, tenemos preparado para ti un audio específico que podrás escuchar en los momentos en los que te sientes mareado. Esperamos que te sea de mucha ayuda.
Existen diversas causas que llevan a una persona a estar mareada. A continuación te platicaremos las principales que hemos descubierto con los miembros de la comunidad del tratamiento en línea para la ansiedad, Dale Alas a la Ansiedad.
Las preocupaciones o el estrés nos hacen apretar los músculos de la espalda, los hombros, el cuello, pero sobre todo los de la quijada. Apretamos la quijada cuando estamos molestos con alguna situación, inconformes, a disgusto, pero como no queremos mostrar esa molestia a los demás, entonces la acumulamos en la quijada.
¿Y qué relación tiene esto con el mareo? Al apretar la quijada, tensamos también los músculos alrededor de los oídos, y al tensar esta zona podemos generar el desequilibrio, ya que en los oídos está nuestro centro de equilibrio interior.
Nuestros oídos son fundamentales para mantener el equilibrio, pues ahí está un nervio que envía señales al cerebro que controlan la audición (función auditiva) y ayudan con el equilibrio (función vestibular). Otra afectación común es el tinitus
Por ejemplo, hemos visto una correlación entre personas diagnosticadas con bruxismo o que el dentista les envía una guarda para dormir, y el mareo. Así es que sí, sí puede ser una posible causa.
Si sientes que el dolor en la quijada es algo que te puede estar generando tensión y mareo.
Resulta que cuando estamos bajo mucho estrés alteramos nuestra respiración: ésta se hace más superficial (a nivel de pecho) y rápida. Esto genera que a la larga no estemos oxigenando bien nuestro cerebro, y si lo juntamos con el hecho de que tenemos tensión muscular y que la tensión no permite que circule del todo bien el oxígeno, entonces, básicamente, te está haciendo falta respirar bien.
En estos casos necesitas aprender a abrir tu pecho, relajarte, respirar a nivel de diafragma y poco a poco recuperar el equilibrio en tu respiración.
El desvelo es una de las principales causas que hemos descubierto en quienes se marean. Normalmente, el mareo viene acompañado de insomnio, y esto se debe a que la misma tensión, estrés y preocupaciones no nos permiten apagar la alerta para irnos a descansar; entonces, al desvelarnos, nuestro cerebro no tuvo el tiempo necesario para hacer las millones de cosas que hace mientras duerme, así que al día siguiente estamos somnolientos.
Si este es tu caso, tu cuerpo te está pidiendo que te recuestes y descanses, para recuperar las horas de sueño que no te has dado.
Si necesitas apoyo con el tema del insomnio, te recomendamos revisar la categoría del Blog de Sueño y Descanso.
Cuando nos estresamos aumentamos el ritmo de nuestro corazón para bombear más sangre a manos y pies, entonces, al estar con cambios constantes en nuestro ritmo cardíaco, junto con la presión en el pecho, hacemos que la tensión arterial se eleve y después disminuya.
Ahora, si la tensión arterial disminuye después de que se elevó mucho para poder reponer el equilibrio, no significa que haya un problema de presión arterial, simplemente nuestro corazón se acelera de más cuando nos preocupamos por el futuro, nos enojamos, o tenemos cualquier emoción intensa. Y después de tener un poco elevada la presión, nuestro cuerpo lo compensa bajándola para recuperar el equilibrio.
Estos cambios en la presión arterial son los que pueden generar mareos, pero por favor, antes de empezar un tratamiento o autodiagnosticarte con presión arterial alta o baja, haz ejercicios de relajación, ve a terapia y deja de mandarle señales de alerta a tu cuerpo.
Nos podemos generar mareos de muchas formas: cuando comemos algo pesado como café con leche, o algo muy picoso o grasoso; cuando presentamos náuseas, gastritis, colitis, agruras, acidez; cuando sentimos como si una angustia se nos fuera al estómago, o simplemente cuando estamos demasiado nerviosos. Digamos que las emociones intensas se sienten principalmente en el estómago y en el pecho, por eso la acumulación de éstas generan los síntomas físicos.
No es que las alteraciones en nuestro sistema digestivo generen directamente el mareo, pero si aceleran nuestro corazón, y recuerda que así mandamos menos oxígeno al cerebro y podemos marearnos. Pero, sobre todo, es la sensación de malestar en general la que nos puede hacer sentir así. Puedes ver el post sobre trastornos digestivos y cómo mejorarlos, aquí.
Los dolores fuertes de cabeza o migraña también indican que tenemos mucha tensión acumulada. Incluso pueden ser ocasionados por la misma tensión en la mandíbula o por la falta de oxigenación. Cuando el dolor de cabeza es intenso, es normal sentir mareos. También tenemos un post sobre dolores de cabeza.
Este es un síntoma particular del estrés postraumático, de la ansiedad y de haber tenido infancias difíciles. Cuando experimentas despersonalización o irrealidad te sientes desconectado, ya sea de ti o de lo que te rodea, y por lo mismo te sientes inestable, mareado, inquieto… ¡y hay ocasiones en las que no sientes el piso!
Esta sensación va disminuyendo a medida que aprendes a ubicarte y orientarte en el momento presente, en la realidad. Ya después hay que trabajar en aprender a sentir sin miedo, para que puedas volver a estar en tu cuerpo, ya que la despersonalización es la fuga del cuerpo como un medio de supervivencia.
Igualmente si quieres leer más sobre este tema, da click aquí.
Cuando tomamos alcohol en exceso, nuestros vasos sanguíneos se dilatan. Esto hace que la sangre que necesita llegar al corazón y al cerebro se tarde más en llegar, por eso cuando nos levantamos y caminamos mientras estamos alcoholizados, nos sentimos mareados, pues la sangre no está corriendo con la suficiente presión que necesita.
Nuestra recomendación principal es que dejes de tomar alcohol en exceso, total, al final no borra las penas.
Por otro lado, hay medicamentos, hierbas, drogas o alimentos que también nos pueden generar mareos al bajar la presión arterial, así es que si has comido algo “extraño” últimamente o consumido algún medicamento diferente, revisa si esa podría ser la causa, para que entonces no te preocupes más.
Cuando no estamos bien alimentados nuestro cuerpo se debilita y eso conlleva problemas como la anemia. Esta debilidad general por la desnutrición y la anemia pueden generar mareos.
Puede ser que no estés comiendo porque te sientes angustiado o porque te da miedo ahogarte con la comida, puede ser que no comas por anorexia o bulimia, cualquiera que sea la razón, atiende su raíz emocional para que recuperes el gusto por la comida.
Como puedes ver, la mayoría de las causas pasadas tienen que ver con altos niveles de estrés y ansiedad en el cuerpo, así es que podríamos decir que el estrés elevado es el que nos genera los mareos. Pero si aparte nos asustamos y alteramos y queremos quitarnos rápido la sensación de estar mareados, entonces nos generamos ansiedad. ¡Es un ciclo!
En general, las principales causas son la acumulación del estrés, el vivir en alerta y con preocupaciones, adelantarnos al futuro, acumular nuestras emociones, descuidar nuestro cuerpo y no darnos el tiempo de descansar.
Cuando tenemos altos niveles de estrés, es probable que llevemos mucho tiempo tensando nuestros músculos, guardando nuestras emociones, y teniendo pensamientos obsesivos, entonces imagina que esta acumulación de tensión afecta oídos, ojos, cuello, pecho y estómago… Todos ellos involucrados en mantener la sensación de equilibrio y estabilidad en nuestro interior.
Además, si lo que sientes es principalmente angustia o una sensación de que no puedes respirar bien, entonces la opresión en tu pecho baja la oxigenación en tu cuerpo y por eso te puedes sentir mareado también.
Por un lado, la tensión muscular de tu cara puede llegar a alterar tu visión, y al apretar tu mandíbula afectas tu oído, y ambos son fundamentales para mantener la sensación de equilibrio interior.
Por otro lado, la tensión emocional te genera malestares estomacales, los cuales a su vez generan mareos; o bien, la tensión emocional que te hace apretar el pecho y con esto reducir tu capacidad de oxigenación, y lógicamente, al disminuir el flujo de oxígeno que le mandas al cerebro, te mareas.
La misma ansiedad es por tener tensión en general, la cual, como ya vimos, te puede generar los mareos. Al mismo tiempo, cuando te sientes mareado, te da miedo y aumentas la ansiedad. Entonces se genera un círculo vicioso, y para salir de él hay que empezar por restablecer las necesidades de tu cuerpo.
Cuando presentas mareo de manera aislada a la ansiedad, es decir, si de repente te mareas sin estar ansioso o angustiado en el momento, puede deberse a que no hayas dormido bien la noche anterior, o quizás a que tienes algún desajuste físico ocasionado por alguna causa médica, por lo que te recomendamos acudir a consulta para que revisen tus oídos, vista, oxigenación o metabolismo.
A veces nos mareamos simplemente porque nos levantamos muy rápido del piso (aunque si te pasa seguido hay que evaluar un poco más), o porque nos faltan unos buenos lentes o ajustar la graduación de los mismos, puede que los audífonos que tenemos emiten un sonido extraño casi imperceptible o que un día antes tomaste alcohol en exceso y no descansaste bien.
También nos podemos marear mientras vemos el celular rápido scrolleando hacia abajo, o cuando leemos mientras vamos en el coche. Esto es por efectos visuales momentáneos y el mareo no te debe de durar mucho tiempo.
De cualquier forma, tengas o no tengas ansiedad, es importante tener una revisión médica general. Aunque recuerda, si resulta que tienes un problema en tu cuerpo, lo más probable es que sea ocasionada por la acumulación de estrés, así es que el camino de la relajación de todas formas es el indicado.
Si decidimos ver más allá de lo físico de los síntomas, los mareos representan algo que está sucediendo en nuestro interior a nivel existencial o psicodinámico.
Si te mareas muy seguido puede ser que te haga falta más estabilidad en tu vida: quizás tienes conflictos continuamente o llevas un ritmo acelerado e inestable. Quizás no te ubicas en la Tierra o no tienes bien puestos tus pies sobre ella. O bien puede ser que no encuentres tu punto de equilibrio interior, el cual es tu fuente de poder, tu esencia, y estés necesitando encontrarlo.
También puede estar relacionado a que escuchas demasiado las historias y opiniones de los demás, eso puede confundir por tanta información, y necesitas empezar a contactar con lo que tú crees. La idea es que retomes tu centro, tu punto de equilibrio en la vida en general.
Las siguientes recomendaciones son para aprender a sobrellevar los mareos y disminuirlos en su momento, pero lo que en realidad necesitas hacer es transformar tu ansiedad, ya que ésta es la que los está generando.
En el momento que aceptes tu ansiedad, junto con todos sus síntomas, y empieces a trabajar en transformarla (esto es, no querer eliminarla sino usarla para aprender y crecer), y en el momento que atiendas las causas que te generan estrés, ya sean preocupaciones, futurear, presionarte, exigirte, aburrirte, en ese momento los mareos disminuirán considerablemente.
Así que aprende a relajarte, a pensar de manera más positiva y a gestionar tus emociones.
Mientras tanto puedes aplicar las siguientes recomendaciones:
Haz del dormir tu prioridad, descansa, tómate las cosas con calma, baja el ritmo y las luces a partir de las 6 de la tarde, ten un buen ritual y hábitat del sueño.
Aliméntate por lo menos cada 4 horas con comida no muy alta en azúcares de bajo índice glucémico. Y no te vayas a dormir sin cenar algo ligero.
Toma agua a lo largo del día para que tu cuerpo esté bien hidratado y con esto ayude a la oxigenación en general de tu sangre que va al cerebro.
Con esto me refiero a que por lo menos cada 2 horas te sientes en un lugar tranquilo, cierres tus ojos y los descanses. Como yo digo: “mirar para adentro”. Y si te preguntan qué haces, diles: “estoy mirando pa’ dentro”, pero date esos momentos de descanso y de respiración.
En los momentos que sientas el mareo, detén lo que estés haciendo. Aunque vayas en el coche, busca donde orillarte, para que no vayas pensando “¿y si me mareo? ahorita me caigo… ahorita choco”. Es mejor que hagas un alto, aflojes tu estómago, respires profundo y oxigenes de nuevo tu cuerpo manteniendo la calma.
En esos momentos también ayuda el fijar tu mirada en un punto fijo en el piso o frente a ti, para que de cierta forma visual “te agarres de la estabilidad”.
Esta es una forma de aceptar y fluir con tu mareo que te ayudará no sólo a disminuirlo, sino a dejar de sufrir por tenerlo. Cuando sientas mareo, siéntate en un lugar tranquilo, cierra tus ojos y déjate llevar por él; siente cómo todo tu cuerpo se mueve y viaja o baila junto con él.
Al pasar unos minutos, empieza a respirar tranquilo y poco a poco vete reincorporando.
A mí me ayudaba mucho darme cuenta que el piso no se mueve, que ese está estable con todo y que, aunque va en movimiento con la Tierra, está estable. Entonces sentía con conciencia mis pies sobre el piso y absorbía esa estabilidad llevándola al resto de mi cuerpo: es como si sintieras que tu cuerpo se solidifica pero no hacia la rigidez sino hacia la estabilidad. Ahora sí que… ¡ancla bien tus pies sobre la Tierra!
Precisamente la respiración es algo que te acompaña todo el tiempo y que puede convertirse en tu punto de equilibrio. La respiración entra hasta el centro de tu cuerpo; al sentirla y respirar con conciencia, podrás empezar a sentirte mejor.
Antes de saltar del piso hacia arriba o de la cama al baño, pon pasos intermedios. Siéntate, híncate, mueve más despacio la cabeza cuando voltees a algún lugar... intenta hacerlo más despacio para que no te generes el mareo en el momento. Te compartimos este post donde hablo de la importancia de ir más despacio a nivel físico y mental.
Creo que esto es de lo más importante: ¡Necesitas relajar tu mandíbula, tu cuello y tu rostro en general! Te recomendamos hacer los ejercicios de Lea Kauffman que vienen en youtube, y también que revises los tips de relajación que tenemos aquí en el blog.
Por aquello de que estés acumulando tensión en tu mandíbula por enojos reprimidos, te recomendamos que los escribas todas las noches o que los hables con alguien a quien le tengas confianza, pero que no te guardes tus enojos, porque esos son los que te tienen tensando la mandíbula. Aquí te dejamos un post para aprender a desahogar tus emociones.
Practica con más frecuencia el abrir tu pecho, echando los hombros hacia atrás, aflojar tu estómago y respirar profundo (pero no muy profundo, para que no te generes más mareo). Se trata de que poco a poco vayas ensanchando tu capacidad torácica para que respires mejor y te oxigenes más.
En un inicio, respirar profundamente te puede generar mareo, pero no te preocupes que es cuestión de práctica.
Con esto me refiero a que dejes de tomar alcohol y que consideres dejar el café o cualquier alimento que irrite tu estómago, acelere tu corazón o adormezca tu cerebro.
Registra un día cuánto tiempo pasas usando la computadora o el celular. Date cuenta que en muchos de esos momentos lo haces por aburrimiento, a veces ya ni siquiera pones atención a lo que ven tus ojos en pantalla y, además, te estás generando mareos, así es que disminuye el uso de estos aparatos y cuando scrollees hacia abajo hazlo más despacio.
Esperamos no haberte mareado con tanta información. Y que, al contrario, te hayamos ayudado a ubicarte más en tu centro y a entender lo que necesitas hacer para sentirte mejor.
Recuerda que siempre es bueno revisarte médicamente y apoyarte de la medicina natural o tradicional si te es posible para así atenderte en caso de tener una infección en el oído, bajar tus malestares estomacales, o mejorar tu vista.
Antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar la guía adecuada.
Colaboradores: Braulio Resendiz y Pablo Aparicio.