Ansiedad Generalizada
Los trastornos digestivos pueden originarse o agudizarse por la ansiedad, y justo de eso te hablaremos en este post, para que conozcas las recomendaciones para aliviar estos síntomas y sentirte mejor.
¿Por qué resulta importante conocer esta información? la Gastritis y colitis por ansiedad Porque muchas personas están experimentando estos síntomas día con día y no saben bien qué hacer. Por ejemplo, el colon irritable afecta al 20 % de la población, y al menos 50 % de quienes lo padecen presentan ansiedad generalizada. De igual forma, hay estudios que relacionan el colon irritable con la ansiedad, (aquí se presenta uno de ellos).
En otras palabras, cuando nos estresamos, el intestino lo refleja; y, viceversa, si tienes un intestino estresado, tus emociones también lo reflejarán. Es por eso que el tratamiento ha de ser integral: hay que enfocarnos en resolver la parte tanto emocional como la que se refiere a nuestra alimentación para recuperar el bienestar intestinal.
Nuestro intestino y sistema nervioso están íntimamente relacionados. Actualmente, hay muchos estudios que demuestran la conexión directa y bilateral entre ellos, es decir, lo que pasa en tu estómago no es nada más el resultado de lo que comes o dejas de comer, sino también de tus emociones y pensamientos.
El sistema digestivo está íntimamente relacionado con el estrés, digamos que son como uña y mugre: uno no puede existir sin el otro. Básicamente, para tener un sistema digestivo sano necesitas tener bajos niveles de estrés, y en cuanto éste aumenta, lo primero que nos lo hace saber es nuestro estómago.
Cuando tu cerebro percibe que estás en algún tipo de peligro, activas tu sistema interno de alarma (sistema simpático) y lo que hace este sistema es mandar la señal a tu estómago de que detenga toda actividad. Esto lo hace porque necesita energía para atacar o huir, y el estómago lleva mucha energía para funcionar, por eso lo pone momentáneamente en pausa.
Una vez que estés fuera de peligro, tu sistema digestivo se reiniciará, pero dependiendo de qué tan fuerte fue el shock, serán las consecuencias.
Como te digo, toda la actividad digestiva necesita de mucha energía, y cuando vives bajo altos niveles de estrés, tus niveles de energía están agotados, por lo que digamos que no alcanza o no es suficiente para todo lo que se necesita hacer a nivel estomacal.
Entre los trastornos digestivos relacionados con la ansiedad están la gastritis, la colitis y el síndrome de intestino irritable (SII).
Estas afecciones suelen verse exacerbadas por el estrés u otros problemas de salud mental, como la depresión o el trastorno de ansiedad generalizada (TAG).
Tanto la gastritis como la colitis se han encontrado en personas que experimentan ataques de pánico en los que se hiperventilan, tienen opresión en el pecho o una sensación de fatalidad inminente. Estas sensaciones pueden hacer que el estómago o el colon se inflamen.
La gastritis provoca una inflamación en el revestimiento del estómago. Entre sus síntomas están el dolor abdominal, sensación ardiente en la boca del estómago, náuseas, vómitos y pérdida de apetito.
Es importante una revisión médica para descartar cualquier situación fisiológica que pueda estar generando los síntomas.
La gastritis está relacionada con la ansiedad porque a menudo es causada por el estrés elevado, aunque también puede ser un efecto secundario de la toma de ciertos medicamentos.
La colitis se refiere específicamente a la inflamación de cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca (esófago) hasta los intestinos (colon). Puede causar dolor abdominal, sangre en las heces, fiebre y pérdida de peso.
Es la forma más común de enfermedad inflamatoria intestinal y está relacionada con el estrés y con los conflictos emocionales como la ansiedad, así como con una alimentación inadecuada o la ingesta de medicamentos que lesionan la mucosa del intestino.
El síndrome del intestino irritable es una afectación que causa dolor o molestia en el abdomen y está asociada a alteraciones en el ámbito intestinal.
En este síndrome los intestinos tienen frecuentes episodios de diarrea o estreñimiento sin una causa clara. Puede estar provocado por factores relacionados con el estrés y la ansiedad.
Entre los síntomas principales encontramos los siguientes:
Y es muy probable que todo esto se presente en los momentos menos indicados, es decir, justo cuando quieres relajarte o convivir con otras personas.
El vacío en el estómago es esta sensación que suele ir acompañada de náuseas, vómitos y problemas intestinales.
Las causas de esta sensación son variadas, pero la más común puede deberse a la ansiedad o a tener hambre porque aún no se han ingerido alimentos.
La sensación surge de las contracciones generadas por los músculos abdominales que trabajan más de lo habitual cuando no hay nada dentro de tu cuerpo con lo que puedan trabajar. Como no hay ninguna resistencia, los músculos abdominales siguen contrayéndose. Esta contracción presiona todos los intestinos, haciendo que se empujen unos contra otros y se tensen aun más, por lo que se produce la sensación de estómago vacío.
Ya está claro que la relación entre estómago y estrés es directa e intrínseca, entonces te proponemos lo siguiente para ayudarle a tu sistema digestivo y así disminuir los malestares:
Respecto a esta última recomendación, específicamente necesitas trabajar con lo siguiente para bajar tu estrés:
Si por alguna razón no estás disfrutando en tu vida, tu estómago lo reflejará. Así es que convierte tu vida en algo que disfrutas y verás cómo tu gastritis, o cualquier molestia estomacal, desaparece.
Date cuenta cómo los productos para problemas digestivos son los más vendidos en las farmacias: esto es porque definitivamente nuestro estilo de vida va en contra de un estómago feliz. Para realmente sanar tu digestión, tendrás que empezar a salir de ese estilo de vida que hace daño, empezar a llevártela más tranquila, organizar mejor tus tiempos y tener una vida más feliz.
Por último, si tienes estos síntomas o experimentas un estrés continuo o presentas algún otro síntoma de la ansiedad, es importante que busques ayuda. Si bien hay muchas personas en tu vida que pueden proporcionarte apoyo escuchándote sin juzgar o brindándote un hombro cuando lo necesites, los servicios de asesoramiento también pueden ser útiles, ya que ofrecen a alguien objetivo con quien hablar acerca de tus pensamientos y sentimientos.
Antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar la guía adecuada.
Colaboradores: Braulio Resendiz y María Milagros.