Ansiedad Generalizada
Esta carta fue escrita para aquellas mujeres que, a lo largo de su infancia, no contaron con palabras dulces y motivadoras para fortalecer su autoestima y en su presente la ansiedad les hace creer que la soledad es sinónimo de estar incompletas.
Si me estás leyendo, déjame decirte que tu niña interior es más valiente de lo que crees, y para buscar el amor por el mundo primero debes cuidarte, escucharte y amarte como nunca nadie lo haría por ti.
Hola, mi niña hermosa. No temas. No te escondas ni te calles. Yo sí te puedo escuchar y sí comprendo lo que sientes. El mundo no es lo que tú crees, desafortunadamente es incluso aún más cruel e insensible, pero aquí estoy yo para contarte acerca de eso y para sacarte ese pesar de tus hombros.
Sé qué por mucho tiempo te has preguntado el porqué de varias situaciones que te han causado dolor y desesperanza. Es que tu alma está tallada a base de esa sensibilidad propia de la infancia, llena de ilusiones y sueños que ni el brujo más malvado puede aquietar. Ese escudo que construiste con tus historias te cuidará durante largos años, pero un día tendrás que sacarte la venda y exponer tu vulnerabilidad de la manera más estoica posible.
No encuentres en estas palabras pesimismo o desolación, sino lo contrario. Vine a dejarte un mensaje para que abraces hasta que crezcas y no lo sueltes. Ahora cierra los ojos y siente:
Cuando nadie escuche tus buenas noticias, yo sí estaré ahí y en el futuro serás la encargada de darlas tú a quiénes más las necesiten.
Cuando esperes demasiado esa muestra de atención que no llega, en realidad la vida te estará regalando una enseñanza: le dedicarás tú el tiempo que deseas a las personas que te valoren de verdad y así podrás crear lazos auténticos y especiales.
Cuando la soledad te agobie y no la comprendas, déjame decirte que te empezarás a convertir en una guerrera rebelde y justiciera y, en un futuro, lograrás acompañar a más personas a través del tiempo y la distancia. Estarás tan llena de amor que no habrá rincón de tu mundo que se olvide de ti.
Cuando la crueldad humana te ponga a prueba la confianza, por favor, recuerda que habrá aquellos que luego te ayudarán a sanar esas heridas y harán que vuelvas a tener fe.
Cuando creas que no habrá hombre que luchará por ganar tu corazón de princesa, te equivocas. Te cruzarás caballeros que te deslumbrarán y te devolverán un poco de esa magia que alimentó tus noches. Y, al final, hallarás al indicado, pero antes sigue ocupándote de amarte y cuidarte.
Y cuando pienses que tus sueños son inalcanzables, aprieta los puños, frunce el ceño y repite en silencio: “vine al mundo a ser feliz y a cumplir lo que me pide el corazón. Nada ni nadie se opondrá en mi camino hacia la felicidad. Estoy segura, lo lograré.”
Tu voz llegará hasta donde tú quieras y eso que parecía imposible sucederá. Eres y seguirás siendo esa niña de mirada transparente que hoy descubrió que su aparente fragilidad era el puente para alcanzar lo que el universo le ha prometido.