Ansiedad Generalizada
Todos experimentamos ansiedad de vez en cuando. Algunas veces de maneras más intensas que otras. Y un tipo de ansiedad que puede ser muy difícil de manejar es la ansiedad por comer, especialmente cuando se come sin tener hambre. Este artículo hablará de las causas de esta ansiedad, de cómo identificarla y de lo que puedes hacer para controlarla, de modo que logres una relación saludable con la comida.
Si siempre tienes hambre, la ansiedad por la comida puede ser la culpable. Y es importante saber que la ansiedad no es solo una cuestión psicológica, sino que también implica respuestas fisiológicas. Por ejemplo, se ha demostrado que la ansiedad aumenta los niveles de azúcar en la sangre y libera ácido estomacal, lo que puede conducir a un aumento de la sensación de hambre.
Cuando la ansiedad está presente, es común que las personas tengan antojos de alimentos específicos que suelen ser altos en grasa o carbohidratos. Estos tipos de alimentos ofrecen comodidad porque proporcionan un impulso instantáneo de energía y disminuyen las hormonas del estrés relacionadas con la ansiedad como el cortisol.
Algunas de las causas del hambre constante son el exceso de harinas y azúcares en nuestra dieta, la ansiedad por comer o incluso el aburrimiento.
Lo primero, el exceso de harinas y azúcares, es porque altas cantidades de carbohidratos son procesadas rápidamente en el intestino y no generan sensación de saciedad. Asimismo, provoca una oleada de insulina y una rápida caída de los niveles de azúcar en sangre. Esto hace que vuelva el hambre con más fuerza, por lo que tendemos a satisfacerla con más alimentos ricos en carbohidratos (incluidas las bebidas dulces).
Otra razón es la ansiedad: cuando estamos ansiosos por comer algo como un pastel, nuestra mente nos dice que sería mejor si pudiéramos comer ese pastel ahora mismo; pero lo que realmente ocurre aquí es que la ansiedad te obliga a pensar obsesivamente en la comida, por lo tanto, tu cerebro no puede concentrarse en otra cosa porque siempre hay "un trozo de pastel de chocolate" dentro de tu cabeza.
Lo mismo ocurre con el aburrimiento: cuando uno come continuamente por aburrimiento suele ser comida basura en lugar de opciones de comida sana.
Así que el estrés y la ansiedad excesiva generan la sensación de hambre y pueden causar alteraciones hormonales.
Por eso no puedes dejar de pensar en la comida, incluso cuando no hay ninguna sensación de hambre. No son sólo los factores fisiológicos los que estimulan este tipo de comportamiento, sino también los psicológicos.
Es importante que sepas que el acto de comer está sabiamente puesto en el mismo lugar de tu cerebro en el que registras el placer (el hipotálamo y la hipófisis trabajan juntos para lograrlo). La naturaleza, en su infinita sabiduría, lo hizo así para que pudiéramos sobrevivir, al igual que ahí está ubicada la capacidad de regular tu temperatura y sueño. En este mismo lugar se ubica el registro y regulación de tus emociones (tristeza, enojo, frustración, alegría). Por eso, es probable que al crecer aprendiste a encontrar placer y descargar tus emociones a través de la comida, logrando que ésta te relajara y te diera un sentimiento de tranquilidad. Y más allá de que sea un acto del cual disfrutas, se ha convertido en una relación del tipo codependiente, en el que sufres cuando no la tienes pero tampoco gozas del todo al obtenerlo.
Aquí te van algunos avisos que pueden indicar que has aprendido a canalizar tus emociones a través de la comida:
Si te identificaste con cinco o más de estos puntos, es probable que canalices tu ansiedad a través de la comida. Pero no te preocupes, como te decíamos anteriormente, existe una salida, por más cansado que estés de intentarlo. No se trata de una nueva dieta o de un régimen de ejercicio, se trata de reaprender a comer, recuperar tu capacidad de disfrutarlo sin culpa, y de aprender a darle a tu cuerpo lo que realmente necesita.
Para poder evitar la oleada de insulina es importante que trabajes por evitar consumir en altas cantidades alimentos que contengan azúcares refinadas o alimentos procesados y mejor optes por alimentos ricos en fibra , pues esto ayuda a aumentar la sensación de saciedad y a regular la insulina y azúcar en la sangre. Por ejemplo:
Y ten siempre en mente lo importante que es reducir el estrés y la ansiedad, para lo cual te recomendamos que consumas tés naturales (manzanilla, té verde, de tila, de lavanda), hacer ejercicio, hidratarte adecuadamente y practicar algunas técnicas de relajación.
Si eres una de esas personas que canaliza su ansiedad a través de la comida, no olvides que debes trabajarlo desde la raíz. Es decir, reduce aquellos detonantes de tu estrés y ansiedad, para lo cual te recomendamos lo siguiente:
Es importante recordar que tu ansiedad disminuirá si mantenemos los desencadenantes bajo control.
Los antojos de comida forman parte de la vida, pero si notas que interfieren en tus actividades diarias o te hacen sentir ansioso y fuera de control, puede ser el momento de buscar ayuda profesional.
Si esto te parece algo que debes abordar en tu propia vida, visita nuestros demás artículos para obtener más información sobre la ansiedad y la alimentación.
Esperamos que estos consejos te proporcionen un cierto alivio del agotamiento mental provocado por los antojos de comida para que puedas centrarte en llevar el estilo de vida saludable que es adecuado para ti.
Antes de despedirnos, queremos recordarte que toda la información que aquí te compartimos, así como las recomendaciones que hacemos, no sustituyen lo que es una terapia psicológica o un diagnóstico. Por lo que te invitamos a buscar ayuda profesional para encontrar la guía adecuada para controlar ansiedad comer.
Colaboradores: Pau Gámez y Pablo Aparicio.